En Colombia, el Papa pidió orar por las víctimas del terremoto en México y del huracán Irma
Ante una multitud en Villavicencio, Francisco se refirió a los desastres naturales de las últimas horas; volvió a hacer un llamado a la reconciliación
VILLAVICENCIO.- Al final de una conmovedora misa ante 650.000 fieles, a la que asistieron campesinos e indígenas de 103 pueblos ancestrales de Colombia, el Papa pidió hoy oraciones para las víctimas del terremoto en México y del huracán Irma .
“En este momento, deseo manifestar mi cercanía espiritual a todos los que sufren las consecuencias del terremoto que ha azotado a México la noche pasada, provocando muchos muertos y cuantiosos daños materiales. Mi oración por los que han perdido la vida y también por sus familias”, dijo, en referencia al sismo que dejó decenas de muertos principalmente en los estados de Oaxaca y Chiapas.
“Además, sigo de cerca el desarrollo del huracán Irma que está golpeando el Caribe dejando, a su paso, cuantiosas víctimas e ingentes daños materiales, como también está causando miles de desplazados. Los llevo en mi corazón y rezo por ellos. A ustedes les pido que se unan a estas intenciones”, agregó.
Antes, durante una misa muy pintoresca, en la que se oyeron plegarias al ritmo del “jorope”, la danza tradicional del departamento del Meta, con arpas y en lenguas indígenas, el Papa beatificó a dos sacerdotes colombianos asesinados “por odio a la fe”: el obispo de Arauca, Jesús Emilio Jaramillo Monsalve, asesinado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) el 2 de octubre de 1989 y Pedro María Ramírez Ramos, linchado a machetazos en 1948 por militantes liberales durante una revuelta popular recordada como “Bogotazo”.
Durante el sermón impactaba el clima de gran recogimiento de la multitud, que pasó la noche en este lugar, bajo la llovizna y soportando una terrible humedad. La gente escuchaba en silencio al Papa, que volvió a reiterar su mensaje de reconciliación en este país desgarrado por 53 años de enfrentamientos. Para ello, llamó a los colombianos a hacerse cargo de su historia, a asumirla, para llegar a una verdadera reconciliación.
“¿Cuáles son los caminos de reconciliación? Como María, decir sí a la historia completa, no a una parte; como José, dejar de lado pasiones y orgullos; como Jesucristo, hacernos cargo, asumir, abrazar esa historia, porque ahí están ustedes, todos los colombianos, ahí está lo que somos y lo que Dios puede hacer con nosotros si decimos sí a la verdad, a la bondad, a la reconciliación”, dijo, provocando apalusos.
Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto
“Y esto sólo es posible si llenamos de la luz del Evangelio nuestras historias de pecado, violencia y desencuentro”, agregó. “La reconciliación no es una palabra abstracta; si eso fuera así, sólo traería esterilidad, más distancia. Reconciliarse es abrir una puerta a todas y a cada una de las personas que han vivido la dramática realidad del conflicto”, dijo. “Cuando las víctimas vencen la comprensible tentación de la venganza, se convierten en los protagonistas más creíbles de los procesos de construcción de la paz. Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso en tal dirección, sin esperar que lo hagan los otros. ¡Basta una persona buena para que haya esperanza! ¡Y cada uno de nosotros puede ser esa persona!”, animó. Aunque puntualizó que eso no significa desconocer o disimular las diferencias y los conflictos. “No es legitimar las injusticias personales o estructurales. “El recurso a la reconciliación no puede servir para acomodarse a situaciones de injusticia”, advirtió.
También recordó el ejemplo de los dos nuevos beatos, a los que definió “expresión de un pueblo que quiere salir del pantano de la violencia y el rencor”.
Consciente de estar una zona de Colombia considerada la puerta de entrada a la Amazonía y Orinoquia, donde las montañas de la Cordillera Oriental el dan paso a los Llanos Orientales, un “entorno maravilloso”, Francisco también invitó a todos a que el sí a la reconciliación incluyera un “sí” a la naturaleza. “No es casual que incluso sobre ella hayamos desatado nuestras pasiones posesivas, nuestro afán de sometimiento”, lamentó. Y evocó para ello una canción del cantante colombiano Juanes: «Los árboles están llorando, son testigos de tantos años de violencia. El mar está marrón, mezcla de sangre con la tierra» .
Esta tarde se espera que el Papa lidera una gran oración de paz en la que participarán 6000 víctimas de la violencia y ex guerrilleros de las FARC en el Parque Las Malocas de esta ciudad de medio millón de habitantes, nunca antes visitada por un pontífice y revolucionada por la presencia de Francisco. "Estoy feliz, es maravillosa esta visita del Papa, muy chévere, la recordaré siendo un jubilado, él es la máxima personalidad que jamás visitó Villavicencio y desde hace meses estuvimos preparando la organización con gran ilusión", dijo a La Nación Camilo Andrés Guasca, uno de los miles de policías que son parte de la seguridad de un evento que quedará en la historia de Villavicencio.
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