En Brasil, la oposición pide nuevos comicios
Una enérgica Dilma respondió que nadie le quitará la “legitimidad del voto”
RÍO DE JANEIRO.– La oposición quiere poner a Dilma Rousseff contra las cuerdas. En medio de la grave crisis político-económica, con la popularidad presidencial en un mínimo histórico y después del fuerte cacerolazo de anteanoche, la oposición pretende que en las manifestaciones convocadas para el 16 de agosto los brasileños exijan nuevos comicios.
Cada vez más arrinconada, la presidenta advirtió ayer, muy enojada, que nadie le quitará la legitimidad que le dieron las urnas y pidió apoyo a los empresarios para superar cuanto antes la recesión.
Hasta ahora, la oposición, encabezada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) impulsaba la idea de un juicio político. Pero ayer hubo un cambio en el discurso.
"El PSDB continúa en la defensa de la soberanía del voto popular, de la necesidad de encontrar en nuestro pueblo, a través de la legitimidad del voto, la elección de un nuevo gobierno para que podamos sacar al país de esta crisis", declaró el líder socialdemócrata en el Senado, Cássio Cunha Lima.
La opción de someter a Rousseff a un juicio político en el Congreso tiene dos caminos. Uno es acusarla de violar la ley de responsabilidad fiscal por supuestas maniobras realizadas el año pasado para ocultar el déficit, que en estos momentos son analizadas por el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU). El otro es aguardar una decisión del Tribunal Superior Electoral (TSE) sobre las acusaciones de empresarios delatores que apuntaron que, el año pasado, la campaña del Partido de los Trabajadores (PT) recibió dinero ilegal del esquema de sobornos en Petrobras.
Ante el empeoramiento del malhumor entre los brasileños, demostrado por el cacerolazo y una encuesta de Datafolha que le dio a Rousseff apenas un 8% de apoyo y un 71% de rechazo, el nuevo objetivo sería que haya presión en las calles para comicios anticipados.
En el PSDB no todos comparten el pedido del líder Cunha Lima sobre el llamado a nuevas elecciones. Pero el titular del partido, el senador Aécio Neves -derrotado por Rousseff en octubre por el margen más estrecho en la historia de Brasil-, así como el ex presidente Fernando Henrique Cardoso creen que un proceso de impeachment tiene sus serios riesgos.
En primer lugar, los simpatizantes petistas no se quedarían de brazos cruzados y ejercerían toda su fuerza en las calles; luego, quien asumiría el poder sería el vicepresidente Michel Temer, del principal aliado del PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), sobre quien la oposición tiene serias dudas, y, por último, estiman que un juicio político tendría un impacto muy negativo en la de por sí alicaída economía. En el eventual caso de que, bajo presión popular, tanto Rousseff como Temer renunciaran, asumiría el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha -también del PMDB y sospechado de haber recibido coimas de la red del petrolão-, y debería convocar a elecciones dentro de 90 días.
La sola idea fue de inmediato rechazada por la presidenta ayer, cuando recordó que, en sus días de guerrillera durante la dictadura militar, aguantó presiones, amenazas y torturas.
"Sobreviví a las grandes amenazas a mi propia vida. El Brasil de hoy es muy diferente de aquél en el que tuve que enfrentar las más terribles dificultades. Ésta es una democracia y en una democracia respeta sobre todo una cosa: la elección por el voto popular. Nadie me va a quitar esa legitimidad que el voto me dio", advirtió durante un acto en el norteño estado de Roraima.
Sin embargo, el Palacio del Planalto es muy consciente del complejo escenario de obstáculos que enfrenta, tanto a nivel político como económico. Por eso, después de infructuosamente intentar contener las divisiones en la coalición gobernante, ahora se ha abocado a buscar el apoyo de la elite empresarial.
En los próximos días, la presidenta convocará a algunos de los llamados "barones del PBI" a una reunión para diseñar estrategias para darle mayor impulso a la economía, que este año se estima sufrirá una retracción del 1,7%. Entre los nombres barajados, están los presidentes de la siderúrgica Gerdau, del banco Bradesco, de la empresa de energía Cosan, y del Grupo Pão de Açúcar, con diversas tiendas de comercio minorista, todos muy cercanos al gobierno. Afuera quedarían las grandes constructoras brasileñas, la mayoría de ellas involucradas en el escándalo de sobornos de Petrobras.
Ayer mismo, Rousseff recibió una positiva indicación de respaldo a través de las dos principales federaciones de industrias de Brasil, las de los estados de San Pablo (Fiesp) y de Río de Janeiro (Firjan). En una solicitada en los principales diarios, hicieron votos para asegurar la gobernabilidad del país.
"La situación política y económica es la más aguda de los últimos 20 años. Es vital que todas las fuerzas políticas se convenzan de la necesidad de trabajar en pos de la sociedad", señaló, para luego llamar a los políticos opositores a dejar de lado sus ambiciones personales y partidarias, y exhortar al gobierno a reducir sus gastos, priorizar las inversiones y combatir la corrupción con castigos ejemplares.
Por otra parte, de cara a las presiones sociales, la presidenta evalúa anunciar una reducción del número de ministerios (actualmente son 39) y realizar una reforma de su gabinete. Por estos días, incluso, corrió el rumor de que el padrino político de Rousseff, el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, podría incorporarse al gobierno. Aunque significaría una suerte de degradación para el ex mandatario que de todas maneras es el mayor operador político del PT, un nombramiento le garantizaría el foro privilegiado con el cual gozaría de inmunidad jurídica.
Asesinan a un periodista en su programa
- En un crimen que conmocionó a la opinión pública brasileña, el periodista Gleydson Carvalho, conocido por denunciar casos de corrupción en los que estaban implicados políticos y autoridades, fue asesinado anteayer a tiros en momentos en que se emitía su programa radial en una pequeña localidad del nordeste del país.
- Dos hombres armados irrumpieron en el estudio de Radio Liberdade donde ejecutaron a Carvalho, que era el conductor de un programa en el que eran frecuentes las noticias sobre maniobras dolosas en la localidad de Camocim y otros municipios del estado de Ceará.
- Los asesinos lograron franquear la seguridad de la estación de radio simulando estar interesados en patrocinar el programa de Carvalho, uno de los más escuchados en Camocim, ciudad ubicada a 378 kilómetros de Fortaleza, la capital cearense. La policía detuvo ayer a dos sospechosos por el crimen.
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