Los habitantes creen que el riesgo de contraer coronavirus es menor al de desarrollar un coágulo sanguíneo
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SÍDNEY.- En medio de un nuevo foco de la variante delta de coronavirus, los médicos australianos advirtieron que cada vez hay menos gente que quiere vacunarse con las dosis de AstraZeneca.
La advertencia tiene lugar una semana después de que el gobierno australiano haya recomendado que la vacuna de AstraZeneca sólo se aplique a las personas mayores a 60 años tras la muerte de una mujer vacunada de 52 años por un caso de coagulación sanguínea.
Las dosis de Pfizer se convirtieron en “la vacuna de preferencia” para las personas menores de 60 años desde entonces, a pesar de que el país tiene suministros limitados.
Australia es una de las pocas naciones en donde el virus no se arraigó realmente, por lo que para los habitantes, incluso en medio de nuevos brotes que dejó a los ciudadanos de Sídney encerrados en sus casas desde ayer por un nuevo confinamiento, el riesgo de contraer coronavirus es menor al de desarrollar un coágulo.
This daily infographic provides the total number of vaccine doses administered in Australia as of 23 June 2021. Stay up to date with #COVID19 vaccine information here: https://t.co/TUKfzVuGVm #COVID19vaccines #COVID19 pic.twitter.com/PLWXul9D1H
— Australian Department of Health and Aged Care (@healthgovau) June 24, 2021
Las dudas sobre las vacunas han sido siempre un problema en Australia. El problema es que ahora los expertos temen que el último anuncio del gobierno haya obstaculizado el progreso de la vacunación.
“En todo el país, la gente cancela sus citas o pregunta si debería recibir su segunda dosis”, dijo a la BBC la Dra. Karen Price, presidenta del Royal Australian College of General Practitioners.“Definitivamente ha puesto una gran barrera al lanzamiento de la vacuna”, aseguró.
Desde que inició la campaña de vacunación en febrero, Australia inoculó solo al 3% de los adultos y casi el 25% recibió la primera dosis.
El país quedó muy por detrás de otras naciones occidentales, en parte debido a la vacilación de los ciudadanos sobre las vacunas, pero también por los errores del gobierno en la obtención de suministros.
Según la información de Our World in Data, hasta el 31 de mayo, el 29,76% de los australianos que todavía no estaban vacunados tampoco estaban dispuestos a hacerlo y un 19,78% todavía dudaba en recibir sus dosis.
Hasta abril, el gobierno había confiado en AstraZeneca como su principal vacuna de uso nacional. Pero cuando surgieron informes sobre el síndrome de trombosis y trombocitopenia, una coagulación sanguínea poco común relacionada con la vacuna, el gobierno aconsejó a las personas menores de 50 años a elegir dosis diferentes.
El mayor problema fue que el país, de más de 25 millones de habitantes, solo tenía las inyecciones de Pfizer en cantidades significativamente más pequeñas. El gobierno prometió que habrá suficientes suministros de Pfizer u otras vacunas, como Moderna y Novovax, para el último trimestre del año.
Las decisión empujó a dos millones de personas de 50 a 59 años a ser grupos dependientes de las dosis de Pfizer. A su vez, planteó preocupación entre los australianos que se quedaron con AstraZeneca como su única opción de vacuna.
¿Por qué los australianos tienen miedo?
El riesgo de generar algún coágulo sanguíneo tras recibir las dosis de AstraZeneca es de 3,1 casos por 100.000 dosis para los menores de 50 años. Los expertos dicen que estas cifras son extremadamente bajas, y la decisión de limitar la vacuna se toma únicamente en el contexto de casos bajos de Covid como en Australia.
Las autoridades instan a los pacientes que recibieron la primera dosis de este fármaco a mantener el curso y recibir su segunda dosis, señalando que el riesgo de coagulación es incluso de 10 a 15 veces menor. Los datos del lanzamiento de AstraZeneca en el Reino Unido mostraron solo 1,5 casos de coagulación por millón tras segundas dosis.
Pero los especialistas aseguran que las estadísticas no son suficientes. La gente quiere la vacuna de Pfizer, aseguró el Dr. Todd Cameron a BBC, un médico de cabecera de Melbourne que dirige varias clínicas de la ciudad. Ha tenido cientos de reservas canceladas de AstraZeneca, a pesar de que la ciudad salió recientemente de las restricciones por un nuevo brote de casos.
“El problema es que hay una percepción pública de que hay dos vacunas: la buena y la menos buena, por lo que la gente dice razonablemente: ¨Bueno, ¿por qué no puedo tener la buena?¨”, sentenció.
Los riesgos que devienen de la AstraZeneca son comparados a menudo con complicaciones de las pastillas anticonceptivas o de la posibilidad de morir en un accidente de auto o por un rayo, que estadísticamente, todos son más altos. Pero Cameron dijo que los pacientes comparan con el riesgo entre una vacuna u otra.
¿Qué podría ayudar a vacunar a los australianos?
Australia todavía depende en gran medida de AstraZeneca. Los expertos dicen que es crucial que ahora el gobierno implemente mejores mensajes de salud pública para lograr sus objetivos.
“Lo que realmente necesitamos es una campaña publicitaria nacional fácil de entender, donde el mensaje no necesariamente provenga de las autoridades, sino de personas con las que otras personas puedan identificarse”, dijo Price.
Los médicos de todo el país han desahogado sus frustraciones sobre la carga de tener que ser los principales comunicadores sobre la vacuna. Por lo general, los pacientes todavía están lanzando sus primeras preguntas sobre AstraZeneca a los médicos, en lugar de ir a las clínicas ya informados, mencionan.
“Sentimos que tenemos que ser un pequeño apologista de la política del gobierno, tener que explicar algo en lo que en la gran mayoría de los casos la gente quiere algo más”, dijo Cameron. “Ha habido una ausencia total de mensajes de salud pública eficaces sobre la vacuna”.
El gobierno informó que se está trabajando en una campaña publicitaria, pero que no se lanzará hasta que se haya confirmado el suministro de vacunas.
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