En Amatrice, la zona cero, todo es desazón e incertidumbre
Los vecinos aún no lograban salir del shock; mucha gente pasó la noche en la calle
AMATRICE (DPA).- Cientos de personas pasaron la noche en la calle después del mortal terremoto que dejó al menos 247 muertos y un rastro de destrucción en el centro de Italia, con miles de personas sin hogar y con un futuro muy incierto.
El sismo sacudió Amatrice en plena temporada alta. El alcalde, Sergio Pirozzi, estima que su localidad y las cerca de 70 aledañas hospedaban ayer a más de 40.000 personas, justo antes de un festival de pasta que iba a celebrarse el fin de semana.
La mayoría de ellos eran turistas o tenían su segunda vivienda en esos municipios, por lo que pudieron volver a sus hogares en otras partes de Italia. Sin embargo, cerca de 1000 residentes no tienen adónde ir, por lo que las autoridades están aunando esfuerzos para proporcionarles un alojamiento de emergencia.
Los miembros de la protección civil italiana levantaron carpas en los campos de fútbol de la localidad y llenaron con cientos de camas los polideportivos adyacentes.
"Tendremos que lidiar con un largo período de emergencia. Todos debemos resistir ante este desafío", dijo el primer ministro italiano, Matteo Renzi, tras una breve visita a la ciudad, donde conversó con algunos voluntarios y el jefe de protección civil, Fabrizio Curcio.
La gente tuvo que salir apresuradamente de sus casas en la madrugada del miércoles y después no pudo recoger sus cosas de entre los escombros, por eso muchos no están preparados para las temperaturas nocturnas, que pueden descender por debajo de los 10 grados incluso a mediados de agosto. Muchos supervivientes deambulaban ayer en pantuflas y pijama.
"Escuché un boom y siguió un temblor que se me hizo eterno", relata Giuseppe, un vecino que camina por el pueblo con la intención de poder ayudar a quien lo necesite, sea repartiendo agua, mantas o, sencillamente, dando un abrazo a quien ha recibido lo peor.
En una plaza donde se encontraban varios edificios modernos, ahora por el suelo, llora una mujer que acaba de salir de los escombros. "Ahí abajo están mis hijos, mi marido, toda mi familia", dice. "Mi amiga y yo somos las únicas que hemos podido salir vivas", repite.
Elisa, una anciana del pueblo, oyó "un ruido muy, muy fuerte" que la despertó, que fue acompañado del estruendo de las cosas que se precipitaban. "Dentro de mi casa, ha caído absolutamente todo: las ventanas, los azulejos, las lámparas." Elisa no se atreve a entrar en su casa y prefiere pasar las horas en la calle, sentada en una silla, desde la que comparte su dolor con los vecinos. El sentimiento que le queda es el de la incertidumbre. "Sé que he perdido a muchos amigos y vecinos, no sé todavía quiénes están en el hospital ni quiénes han fallecido. Sólo quiero pensar que esto no ha pasado, aún no me lo puedo creer."
Un patrimonio vulnerable, un daño esperable
La antigüedad de las localidades afectadas las convierte en un blanco fácil para la destrucción.
293
Sitios culturales
Son los que resultaron dañados por el terremoto de anteayer y la serie de réplicas
300
Euros por metro cuadrado
Cuesta, aproximadamente, hacer segura una casa. Para muchos es imposible de afrontar
100
Años de antigüedad
Tenían un tercio de las casas construidas en Amatrice, Accumoli y Arquanta del Tronto
86%
De viviendas
Ubicadas en zonas vulnerables no se ajustan a los estándares antisísmicos
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