En alerta, la costa este comenzó los operativos para enfrentar a Florence
El huracán categoría 4 obligó a iniciar evacuaciones masivas en varios estados; el presidente Trump supervisó en la Casa Blanca las operaciones con las agencias federales
WASHINGTON.- Como suele ocurrir en los veranos boreales, el Atlántico desata su furia y la costa este de Estados Unidos se prepara para lo peor: huracanes que traen vientos, lluvias, inundaciones, cortes de electricidad y el riesgo de muerte. La última amenaza tiene nombre de mujer, Florence ; es gigantesca, "extremadamente peligrosa" y ya forzó órdenes de evacuación para al menos un millón y medio de personas.
Florence avanzaba hacia la costa sudeste de Estados Unidos como huracán categoría 4, camino a Carolina del Norte, Carolina del Sur, Virginia y el distrito de Columbia, cuatro estados bajo "estado de emergencia", donde la tormenta prometía descargar toda su fuerza, y la gente que vive más cerca del agua comenzó a abandonar sus casas: se prevén inundaciones por varios días de intensas lluvia y una subida del océano que puede llegar hasta dos metros y medio.
"Va a ser una tormenta muy grande, mucho más grande que las que hemos visto en décadas", alertó el presidente Donald Trump , en una presentación a la prensa sobre los preparativos, en el Salón Oval de la Casa Blanca.
"Es tremendamente grande y tremendamente húmeda", describió.
Alexandria, un pueblo histórico en Virginia a minutos de Washington, amaneció con algunas calles inundadas por las lluvias persistentes de los últimos días.
Varios locales tapiaron sus puertas y ventanas con bolsas rellenas de arena. En la víspera, el gobernador Ralph Norham había ordenado evacuar a 245.000 personas.
En Carolina del Sur, el gobernador Henry McMaster ordenó a otro millón de personas que dejaran sus hogares.
"Esta tormenta es un monstruo", alertó el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, en una conferencia de prensa, al ordenar evacuaciones obligatorias en su estado y advertir que todas las personas serán alcanzadas por la tormenta. "Es grande y es atroz", dijo, y las lluvias pueden durar "varios días". Por lo menos otras 250.000 personas eran evacuadas ayer de la costa estatal.
Washington también se preparaba para un vendaval, un epílogo acorde con un verano en el cual las recurrentes lluvias y los escándalos de la Casa Blanca dieron la nota distintiva: 2018 ya figura cuarto entre los años con más precipitaciones desde 1872, según The Washington Post.
Hasta Florence, la temporada de huracanes que suele acompañar el verano boreal había transcurrido con relativa tranquilidad. Ya no. Una imagen satelital de Florence daba cuenta del monumental tamaño de la tormenta, que recicló las peores memorias del año anterior, o de otros azotes climáticos del pasado, como Katrina, en 2005, o Sandy, en 2012.
El año último, Estados Unidos fue afectado por varios huracanes poderosos, incluyendo a María, que dejó casi 3000 muertos en Puerto Rico -el doble de las muertes provocadas por Katrina-, y Harvey, que dejó 82 muertos y provocó daños por unos 1250 millones de dólares, con inundaciones catastróficas en Houston.
La devastación que dejó María en Puerto Rico ha sido uno de los escándalos de los que Trump ha podido salir casi ileso pese a la tardía respuesta por parte de su gobierno. La primera cifra oficial de víctimas fue de apenas 65 personas. Pero tras un estudio de la Universidad George Washington el gobierno de Puerto Rico elevó la cifra final de muertos a 2975. Katrina, una de las peores tragedias climáticas en la historia del país, dejó 1836 muertos, según el Centro Nacional de Huracanes.
"Creo que Puerto Rico fue un increíble, silencioso éxito", dijo Trump, ayer, en el Salón Oval.
Uno de los principales problemas que sufrió Puerto Rico fue la oscuridad que siguió a la tormenta: la isla demoró mucho tiempo en devolver la electricidad a la población. Florence, se prevé, también generará severos daños en las redes eléctricas y podría llegar a demorar el regreso de los evacuados a sus casas.
"Esta tormenta tiene probabilidades de ser muy devastadora. La electricidad va a estar cortada por semanas", anticipó Brock Long, el administrador de la Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), parado al lado de Trump en el Salón Oval.
Long dijo que la amenaza principal de Florence provendrá de las inundaciones por la subida del océano, a lo que se sumará la persistente lluvia.
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