Elecciones en España: por qué la derecha ganó las autonómicas y qué puede pasar en las generales
El politólogo y profesor Pablo Simón analiza en una entrevista con LA NACION cómo quedó el tablero político español de cara a los comicios de julio
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MADRID.– Los analistas miran atentos el tablero de la política española y estudian las posibles jugadas y alianzas de sus protagonistas. Las piezas se mueven a gran velocidad después del resultado de las elecciones autonómicas y regionales del pasado domingo que generaron un cimbronazo en el gobierno del socialista Pedro Sánchez por el triunfo del derechista Partido Popular (PP). Hay un cambio de ciclo en el país, anticipado por el adelanto de las elecciones generales de diciembre al 23 de julio.
Pablo Simón, profesor titular de ciencia política en el Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Carlos III de Madrid, es uno de los analistas más respetados de España. LA NACION conversó con él para comprender el escenario actual y pronostica cómo quedará el próximo mapa político.
– ¿Cómo explica los resultados del domingo pasado, con un claro triunfo del PP sobre el PSOE?
- El mapa general está claro: el Partido Popular se ha ensanchado hasta los 7 millones de votos, dos millones más que en 2019. Esto tiene que ver con la absorción del votante de Ciudadanos que tenía 1,8 millones de votos en el año 2019. Además se ha ensanchado el bloque porque la suma del PP y Vox llega a los 8 millones de votos, una cifra cercana a lo que sacó el PP en 2011. El bloque de la derecha se ha movilizado mucho. Ha sido muy eficiente porque ha trasladado prácticamente todos los votos de Ciudadanos al bloque, una parte al PP y otra a Vox.
–¿Qué ocurrió con el bloque de izquierda, con el PSOE y sus aliados?
- Ocurrió lo inverso con respecto al bloque de derecha. Se queda por detrás, pierde en total en torno a un millón de votos. La razón es dispar porque según el territorio ha ido en una dirección o en otra. En algunos sitios, el PSOE ha mejorado un poco, como en la Comunidad Valenciana; en otros sitios ha quedado igual, como Asturias o Castilla-La Mancha; en algunos sitios ha retrocedido, como en la región de Murcia o La Rioja. La historia del PSOE es disímil, pero sus aliados a la izquierda se han derrumbado. Algunos de estos votos se han perdido; no solo se han quedado en casa, sino que ha tenido una peor traslación en términos de eficiencia electoral.
–¿Cuán sorpresivo fue este resultado?
-Sabíamos que el PP iba a crecer y que Vox aguantaba o crecía. Sabíamos que el PSOE aguantaba o retrocedía y que sus aliados iban a ir a peor, por lo tanto, tenía sentido asumir que la derecha iba a ganar poder institucional. Lo que no se anticipa era que tanto y ahí posiblemente haya habido factores de campaña.
–Además de que quizá la campaña del PSOE estuvo mal diseñada, ¿hubo otros factores donde los votantes penalizaron al gobierno aliado de partidos como EH Bildu, que presentó en sus listas a más de treinta etarras, por ejemplo, o el escándalo del fraude electoral en Melilla?
-La discusión era en dos planos. Uno: ¿la elección iba de gobiernos regionales y locales o de gobiernos nacionales? Evidentemente a la izquierda le interesaba más que fuera de gobiernos regionales, porque tú estás en las instituciones, tienes más capacidad para marcar agenda, tienes candidatos más conocidos, barones en muchos casos con popularidad. Dos: la evaluación de los gobiernos autonómicos y municipales era muy superior a la del gobierno de Pedro Sánchez y a los barones del PSOE les interesaba más hablar de su tierra. Por el contrario, al PP le interesaba convertir esta elección en un plebiscito, hablar más de Pedro Sánchez. Esto le ha venido muy bien al PP. Este fue el primer gol de la derecha: colocar la discusión en el nivel nacional; el segundo gol, los temas de los que se ha hablado. En la precampaña el PSOE estaba consiguiendo marcar agenda hablando de Vivienda, de Doñana [una Parque Natural], parecía que podía ir en esa dirección, pero el momento en que se ha hablado de terrorismo, Bildu y de los aliados de Sánchez, se ha movilizado a la derecha. No digo necesariamente que esto penalice a la izquierda, pero lo que es seguro es que activa mucho el voto a la derecha.
–Pero, ¿qué ocurrió con el votante tradicional del PSOE? ¿Eligió abstenerse?
-No es claro. Lo que sabemos seguro es que se activó la derecha. ¿Se desmovilizó al votante del PSOE? Depende del territorio. No es igual en el País Vasco, en Cataluña, en la Comunidad de Castilla y León.
–¿Es posible que, en el caso de que se selle un pacto entre Izquierda Unida y Unidas Podemos, cambien los resultados en julio, que no se imponga la derecha?
-Es improbable que esto ocurra. Hay dos factores estructurales que conspiran contra este adelanto de las elecciones. El primero es que las elecciones serán en julio, muy mal mes porque la gente está de vacaciones y esto hace que la participación sea difícil de empujar. Esto evidentemente perjudica a quienes están menos movilizados. Quien está enfadado, quien se ha movilizado, es la derecha e irá seguro a votar. El segundo elemento es que el bloque de izquierda penalizará un poco a sus candidatos y además si tienen la percepción de que la batalla está perdida, prefiere no ir a votar. Ahora veremos un efecto luna de miel y una mejora clara del PP en los sondeos.
–En el caso bastante probable de que existiera un pacto entre el PP y Vox para formar gobierno, ¿qué ministerios pedirá Vox? ¿Qué condiciones exigirá?
-Hay que ir por partes porque esto viene en cascada. En la elección de los alcaldes no hace falta pactar, porque gobierna la lista más votada; en las autonomías, en algunos sitios, entre el PP y Vox habrá varias dinámicas de pelea interna. Luego, en el nivel nacional habrá que ver cuál es la fuerza relativa que tiene cada uno. Vamos a esperar porque aún no se ha ni votado. Habrá un forcejeo entre el PP y Vox por las carteras que sean relevantes para sus votantes: Seguridad, Derechos sociales, Familia.
–¿Es posible que los candidatos españoles estén haciendo campaña para quienes tienen doble ciudadanía, en la Argentina, por ejemplo? Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Yolanda Díaz, Irene Montero y otros viajaron en el último tiempo a Buenos Aires.
-Es verdad que el voto CERA [los españoles que residen fuera de España, donde la Argentina es el país con el mayor número de estos ciudadanos] ha podido mejorar. Pero creo que de aquí a julio se pierde demasiado tiempo en ir a buscar ese voto porque se pierde tiempo de hacer campaña aquí. Es poco probable que veamos viajes al exterior.
–¿Cómo será el futuro de Unidas Podemos?
-Ha tenido unos resultados pésimos, muy malos cuando van en solitario, lo han sufrido particularmente. Queda casi sin estructura. A Podemos no le queda más remedio que o entrar dentro de Sumar [el partido de Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y Economía Social] o desaparecer.
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