Elecciones en Brasil: “Bolsonaro quiere crear un discurso para cuestionar el resultado”
En una entrevista con LA NACION, el coordinador de comunicación de la campaña de Lula apuntó contra la estrategia del actual mandatario hacia los comicios de octubre; fortalecimiento del Mercosur será una de las primera medidas a tomar
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BRASILIA.- A tres meses de la elección presidencial brasileña, la expectativa en el comando de campaña de Luiz Inácio Lula da Silva, favorito en las encuestas, es alta. Edinho Silva, coordinador de comunicación de la campaña de Lula y alcalde de la ciudad paulista de Araraquara, asegura que la izquierda trabaja para derrotar en primera vuelta al presidente Jair Bolsonaro, quien está tomando medidas económicas que muestran una “desesperación electoral”.
“Lula es la opción por la democracia y por la paz social”, dice en una entrevista con LA NACION Silva, quien afirma que Bolsonaro está creando un discurso para “cuestionar el resultado en octubre”.
Ministro de Comunicación durante el gobierno de Dilma Rousseff, Silva asumió un papel en la campaña, luego de una crisis interna por desacoples en el mensaje y críticas a las piezas publicitarias. El colaborador de Lula defiende una integración de la matriz energética regional a través de proyectos como Vaca Muerta y dice que un tercer gobierno de Lula buscaría el “fortalecimiento del Mercosur”
-Asumió en la campaña de Lula tras una crisis pública. ¿Qué cambios intenta implementar a la comunicación del expresidente?
-Hubo un cambio en el marketing de la campaña, creamos un ambiente de sinergia y definimos con claridad nuestra línea política. Había que llegar con un mensaje claro. Tenemos que dialogar con los brasileños sobre la vida real, la crisis económica que enfrenta el país, el sufrimiento de las familias por la inflación, el desempleo y los más de 30 millones que tienen dificultad para alimentarse. El papel de la comunicación es debatir estos problemas y hacer una comparación entre el Brasil de hoy y el del presidente Lula, lo que vivieron los brasileños en esa época. También, escapar de las trampas colocadas por los bolsonaristas, que quieren huir del debate económico.
-Pero en caso de que Lula gane la elección, el contexto económico será diferente al de bonanza a inicios del siglo XXI.
-En 2003 tampoco fue fácil. Lula también enfrentó dificultades económicas y generó condiciones para que Brasil crease empleos y un programa de combate al hambre. Los brasileños no tienen dudas, por la experiencia de Lula, su capacidad de trabajo y de unificar al país, que conseguiremos dar respuestas rápidas, en los primeros días de gobierno, a los principales problemas como el hambre, el desempleo, la inflación. En el mediano y largo plazo retomaremos las directrices para que Brasil pueda crecer con inclusión social y desarrollarse económicamente.
-Bolsonaro ha explorado como nadie las redes sociales, clave en la elección de 2018 y un campo en el que la izquierda quedó relegada. ¿El PT recortará esa desventaja en esta elección?
-No tenemos preocupación de disputar con el bolsonarismo la estructura que montaron, una organización fascista, de funcionamiento mecánico, de robots. Vamos a organizar lo que tenemos, que son los movimientos sociales, las centrales sindicales, la mayor alianza partidaria de estas elecciones y entidades importantes de la sociedad civil apoyando a Lula. La mayor estructura orgánica brasileña está con nosotros.
-Las encuestas muestran a Lula en una situación de ventaja cómoda sobre Bolsonaro. ¿Cuál es la expectativa para el 2 de octubre?
-Estamos trabajando para que Lula gane las elecciones, lo ideal sería en primera vuelta, porque no habrá dudas de cuál es la opción del pueblo. Pero si no se da, estamos preparados para el ballottage. Lo importante es crear una mayoría que deje claro para todas las instituciones cuál es la opción de nuestra nación. Lula es la opción por la democracia, la estabilidad y la paz social.
-Bolsonaro ha tomado medidas económicas como la ampliación del Auxilio Brasil, cortes en impuestos a los combustibles y otros subsidios a 3 meses de la elección. ¿El escenario podría revertirse?
-Son medidas que muestran la utilización de la máquina pública frente a una desesperación electoral. La sociedad tiene madurez para entender lo que es electoralista, apenas para manipular el voto, y lo que son propuestas de cambio, de transformación. Un gobierno que espera tomar medidas para sacar ventaja la víspera de las elecciones genera desconfianza.
-¿Y qué lugar tendría la Argentina en un tercer gobierno de Lula?
-Es imposible pensar en una política económica de integración, que enfrente la pobreza, la miseria en América del Sur, sin una alianza fuerte entre Brasil y la Argentina. La fuerza económica de la Argentina y Brasil tiene que ser tratada de manera diferente. En un momento de crisis económica mundial, de recesión, tenemos una capacidad de integración, de fortalecer el diálogo sur-sur, de crear políticas de unidad de fortalecimiento económico y del comercio. El fortalecimiento del Mercosur puede ser una de las principales medidas para que podamos retomar un proyecto de crecimiento económico de forma rápida en la región y a partir de eso dialogar con todo el continente.
-La Argentina tiene expectativa por vender gas a Brasil del yacimiento Vaca Muerta. ¿Qué importancia tendrá ese proyecto?
-El debate de alternativa energética es central para el desarrollo económico de toda nuestra región. Tenemos que tratar esa cuestión de forma unificada, como si fuese un problema de un único país. Brasil y la Argentina tienen la tradición de construir salidas energéticas para la región. La cuestión del gas puede ser parte de un diálogo mucho más amplio de diversificación de la matriz energética para un proyecto de desarrollo de la región.
-El triunfo de Gustavo Petro en Colombia dibuja el mapa de la región nuevamente gobernada por la izquierda. ¿Qué lugar ocuparía Lula en ese movimiento?
-Lo que existe es una caída del pensamiento neoliberal. La crisis económica de 2008, que persiste, muestra que los conceptos de ese modelo fueron destruidos en todo el mundo. La pandemia tornó todavía más explícito que el mundo necesita estados y políticas sociales fuertes, porque estamos viviendo un empobrecimiento en todo el mundo, de vuelta a escenas de hambre y miseria. En América del Sur están ganando posiciones los que defienden un estado fuerte, un camino de crecimiento con inclusión social.
-El comando de campaña del PT se ha reunido con embajadores en Brasilia y ha intentado conseguir apoyo de observadores debido a las amenazas de Bolsonaro por la supuesta posibilidad de fraude en los comicios. ¿Existe preocupación de que pueda no reconocer una eventual derrota?
-Brasil aprendió a contar los votos electrónicos en la década del 90. El sistema ya fue auditado, testeado y tiene una confianza muy grande para el elector y las instituciones. Brasil es ejemplo para el mundo gracias a un sistema ágil y confiable. Cuando se pone en jaque la urna electrónica se está queriendo crear un discurso para cuestionar el resultado. Es extremadamente conflictivo con lo que piensa el pueblo brasileño, tenemos generaciones que aprendieron a votar y confían en las urnas. No creo que esa receta, de cuestionar la democracia, que ya es utilizada en otros países del mundo, prevalezca delante de una cultura democrática.
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