Elecciones en EE.UU.: cinco claves del debate entre Mike Pence y Kamala Harris
WASHINGTON.- Pocos debates son tan intrascendentes como el de los candidatos a vicepresidente en Estados Unidos, pero la avanzada edad de Donald Trump –quien además contrajo el coronavirus– y Joe Biden, de 74 y 77 años, respectivamente, y la histórica importancia que republicanos y demócratas le asignan a la elección presidencial le aportó una envergadura diferente al choque entre Mike Pence y Kamala Harris.
Separados por dos paneles de vidrio, Pence y Harris debatieron por una hora y media bajo la sombra del fiasco que protagonizaron la semana anterior Trump y Biden, en lo que analistas, estratega y periodistas coincidieron en llamar el peor debate de la historia por lo insultos, las interrupciones y el caos, que terminó por desterrar cualquier posibilidad de lograr una discusión seria y sustancial. El debate fue más civilizado y profundo, y tanto Pence como Harris intentaron ofrecer su mejor argumento para movilizar a sus votantes, más que intentar convencer a los pocos indecisos que parecen quedar en la campaña.
1. Mike Pence respondió bajo presión
El leal vicepresidente de Donald Trump llegó al debate en una posición incómoda y bajo una enorme presión. La fórmula oficialista aparece rezagada en todas las encuestas, y los últimos sondeos mostraron un retroceso en los últimos días luego del caótico primer debate presidencial y la ola de contagios del coronavirus en la Casa Blanca, que llegó hasta Trump y descolocó al gobierno trumpista. Pence llegó con una misión: contener la debacle que sufrió el trumpismo en los últimos días. Y el vicepresidente mostró seguridad y aplomo, y fue efectivo a la hora de esquivar ataques, eludir temas incómodos y desplegar el relato de cabecera trumpista, abundante en falsedades, distorsiones, exageraciones y mentiras. Al igual que Trump, Pence buscó controlar el ritmo del debate al ignorar las reglas y hablar más allá de los límites de tiempo, y eludir varias de las preguntas que le hizo la moderadora, Susan Page.
2. Sin deslumbrar, Harris jugó a no perder
Kamala Harris llegó al debate con una presión distinta a la de Pence: cargaba sobre sus espaldas alta expectativas de sus simpatizantes y una fracción del Partido Demócrata que aguardaban con ansias su momento de mayor exposición en la campaña y algún golpe mortal a Pence. Ese golpe nunca llegó, y para quienes esperaban un desempeño estelar y sobresaliente, Harris decepcionó. Pero lo cierto es que tampoco necesitaba deslumbrar. Harris más bien llegó al debate con la misión de evitar cometer errores serios que se convirtieran en titulares de diarios o en temas de tendencia en redes sociales, y en ese terreno logró salir airosa. Harris logró, además, dejar algunas frases memorables, y ejecutó el libreto asignado sin desafiar los límites. La senadora tuvo su mejor momento al inicio del debate, cuando atacó a Pence por la pandemia y acusó al gobierno de Trump del "mayor fracaso de la historia" y de querer restringir el acceso a la salud. Luego se diluyó, y respondió a los ataques de Pence recostada en la amplia delantera de la que gozan los demócratas en todos los sondeos.
3. Ahora sí, un debate
Luego del caótico primer debate entre Trump y Biden, la vara había quedado tan baja que una discusión más o menos civilizada entre Harris y Pence alcanzaba para dejar un buen debate. Hubo una discusión más sustancial, y la lista de temas incluyó la pandemia del coronavirus, la economía, el comercio y los planes de reforma impositiva, la política energética, la Corte Suprema, el cambio climático, el racismo, la elección y el futuro de la democracia. Ese avance quedó socavado por las exageraciones y las falsedades y las mentiras a los que ambos candidatos recurrieron, sobre todo, Pence. Ambos eludieron además responder las preguntas incómodas que hizo Page. Una encuesta de la cadena CNN entre personas que miraron el debate dio ganadora a Harris por 59% contra un 38% para Pence. El dato de color de la noche lo aportó una mosca que se posó sobre la cabeza de Pence, y que, como prueba de la falta de emociones de la discusión, terminó por eclipsar al debate en las redes sociales.
"Mr. Vice President, I'm speaking." Kamala Harris's response to Mike Pence has already inspired merchandise being sold online — variations of it have showed up on T-shirts, mugs, face masks and laptop decals. https://t.co/2EW0rSoiuBpic.twitter.com/VgbobGyOTn&— The New York Times (@nytimes) October 8, 2020
4. El problema de moderar
Susan Page, del periódico USA Today, fue la primera periodista de un diario a quien la Comisión de Debates Presidenciales le asignó la tarea de moderar un debate entre dos candidatos. Luego de que Chris Wallace quedará totalmente desbordado en el primer debate, Page llegó decidida a imponer las reglas, y aclaró de entrada que no iba a hacer de juez de la verdad corrigiendo a los candidatos cada vez que mintieran. Pero rápidamente Page se enfrentó a dos problemas. El primero fue que Harris y Pence eludieron sus preguntas más incisivas –la más importante: si habían acordado las condiciones bajo las que Trump, 74 años, o Biden, 77 años, les darían el poder de la presidencia–, y Page no insistió con repreguntas. El segundo fue que los dos candidatos, pero, en particular, Pence, hablaron más de lo acordado. "Gracias, señor vicepresidente", la frase a la que Page recurrió para cortar Pence se convirtió en una de las muletillas de la noche.
5. ¿Altera la campaña este debate?
La gran mayoría de los norteamericanos ya tiene decidido su voto. De hecho, millones ya votaron por correo o en persona en los estados donde la votación ya comenzó. El mensaje y los movimientos de ambos bandos parecen apuntar, más bien, a garantizar la movilización de sus votantes para la elección del 3 de noviembre. El debate dejó, además, varios interrogantes. Pence se negó a dar precisiones sobre sus planes de salud o para el acceso de las mujeres al aborto si la Corte Suprema cambia la jurisprudencia. Kamala Harris se negó a responder si los demócratas buscarán ampliar el máximo tribunal para devolverle un equilibrio ideológico, o qué harían diferente respecto del gobierno de Trump respecto del combate a la pandemia. A esta altura, nadie parece dispuesto a dar respuestas que puedan llegar a espantar votos.
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