Elecciones en Bolivia. El escrutinio da ahora el triunfo a Evo Morales en primera vuelta y crece la conmoción social
LA PAZ.- Bolivia entró ayer en una espiral de turbulencia que parece dirigirla al mismo abismo político que recorre a algunos otros países de América Latina. Luego de 24 horas de silencio del Tribunal Electoral, cuando todo parecía indicar que habría una segunda vuelta en diciembre entre Evo Morales y el candidato de centroizquierda Carlos Mesa, anoche se reanudó sorpresivamente el recuento, que mostró al presidente con la diferencia necesaria de diez puntos para ganar en primera vuelta.
Con el 95,23% escrutado, el nuevo conteo preliminar indicaba que Evo obtuvo el 46,86% de los votos y Mesa, el 36,72%. La suspensión del conteo rápido motivó las enérgicas protestas de organismos internacionales, como la OEA, y del líder opositor, que denunció manipulación por parte del gobierno y llamó a una movilización. Los resultados definitivos recién se conocerán dentro de siete días.
Pero desde Mesa hasta las organizaciones civiles que convocaron para hoy a un cabildo abierto en las principales ciudades del país desconocieron el triunfo de Evo y llamaron a la "resistencia civil".
Las protestas se fueron multiplicando por todo el país y la gente salió a protestar frente a los centros de cómputos en repudio de lo que calificaron de fraude.
Ya desde antes de que se conocieran los nuevos cómputos, la tensión había estallado por la mañana en las puertas del Real Plaza Hotel, donde tiene su sede el Tribunal Electoral, en repudio al mutismo en que se había sumido el organismo la noche del domingo.
Desde temprano se habían congregado en la calle una colorida multitud de partidarios de Mesa al grito de "¡fraude!", "¡el voto se respeta, carajo!", y "¡Evo, perdiste!, ¿qué parte no entendiste?".
Por la mañana, Mesa llegó al hotel y frente a la prensa repudió la paralización del escrutinio, cuando faltaba contar apenas el 16% de los votos. Llamó luego a la movilización popular frente al centro de cómputos para que se difundieran los datos.
"El Tribunal Supremo Electoral (TSE) ya tiene la información del 100% de los votos por conteo rápido. Le exigimos que la haga conocer al país", dijo Mesa.
"Lo que están tratando con esta manipulación de los votos es de bloquear la segunda vuelta. Y como candidato que va a ir a la segunda vuelta con Morales llamo a la movilización popular en todos los tribunales electorales. Con la fuerza de la gente exigiremos que no se burle la voluntad popular".
El candidato se refirió también a las declaraciones del presidente de la noche anterior, luego de la jornada electoral, cuando dijo que había que esperar los resultados de las zonas rurales, donde su Movimiento al Socialismo (MAS) suele reunir gran apoyo.
"De las 5000 mesas que aún no han sido contabilizadas, el 31% pertenece a zonas urbanas. No es verdad que sean de zonas rurales", aclaró.
"No vamos a permitir un nuevo 21-F", dijo, en alusión al referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando la mayoría de los bolivianos rechazó la posibilidad de que Evo pudiera presentarse a un cuarto mandato consecutivo, prohibido por la Constitución, pero finalmente autorizado por un fallo del Tribunal Constitucional.
Observadores
Mientras tanto, la misión de observación electoral que desplegó la Organización de Estados Americanos (OEA) en los nueve departamentos bolivianos advirtió por Twitter que "es crucial que este proceso se lleve a cabo con agilidad y transparencia".
Una hora después de la conferencia de prensa de Mesa, mientras los manifestantes opositores seguían montando guardia al frente del hotel, llegó un grupo de militantes oficialistas del MAS que comenzaron a los golpes de puño con los opositores al grito de "Mesa asesino".
Esa consigna comenzó a escucharse en los actos del MAS en las última semanas, e incluso se pueden ver por la ciudad unos con la leyenda "Octubre negro. Ni olvido ni perdón, justicia", con una foto de Mesa.
En las últimas semanas de campaña, cuando Mesa se afirmaba como el principal contendiente, Evo insistió en vincular al candidato de centroizquierda con el presidente derechista Gonzalo Sánchez de Lozada, de quien fue vicepresidente entre 2002 y 2003.
Sánchez de Lozada abandonó el cargo en el "octubre negro" de 2003 después de que 60 personas perecieron y más de 400 resultaron heridas en la denominada Guerra del Gas, una violenta represión realizada por el gobierno.
Pero Mesa asumió el cargo tras la salida de Lozada y gobernó hasta 2005.
Por eso Evo insiste en llamar "neoliberal" a Mesa.
Al clima de desorden social que reinaba ayer por todo el país en repudio del supuesto fraude se sumaron por la tarde varias organizaciones sociales afines al MAS, reunidas en la Coordinadora Departamental por el Cambio (Codelcam), que luego de reunirse con Evo anunciaron que se declaraban en "emergencia" y que no aceptarían la realización de una segunda vuelta.
La Codelcam repudió que desde las ciudades se vuelva a discriminar a los trabajadores del campo y de áreas rurales cuando no se estaba esperando el voto de esas regiones.
"Tenemos que volver a lamentar, los trabajadores del campo, los excluidos, tenemos que volver a soportar las humillaciones", aseguró Hugo Torrez representante de la Codelcam y agregó que "la oligarquía desprecia el voto rural".
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