El voto hispano tendrá un "papel gigantesco"
Los latinos son un alto porcentaje del electorado de estados clave
NUEVA YORK.- Cuando faltan diez meses para las elecciones presidenciales, republicanos y demócratas ya hacen febriles cuentas y trazan estrategias para llegar al número mágico que entrega las llaves de la Casa Blanca: 270 votos electorales.
Para lograr esa meta, el presidente Barack Obama y su rival republicano, que saldrá de la carrera que por ahora encabeza el precandidato Mitt Romney, librarán una brutal batalla en una docena de estados, en donde se decidirá la elección. En cuatro de ellos, el voto latino será determinante.
Analistas y estrategas coinciden en que la elección presidencial de 2012 se disputará en 12 estados "oscilantes": Colorado, Florida, Iowa, Michigan, Nevada, Nueva Hampshire, Nuevo México, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania, Virginia, y Wisconsin.
Obama se quedó con todos ellos en 2008. Pero, en medio de una economía débil que aún intenta despegarse de la Gran Recesión, nadie espera que ese escenario idílico para el mandatario vuelva a repetirse este año.
Ante una elección que todos prevén será muy reñida, el equipo de campaña de Obama diseñó ya cinco caminos para poder capturar la mayor cantidad posible de estos estados, y alcanzar así los ansiados 270 votos electorales. Uno de esos caminos es retener Nuevo México, Nevada y Colorado.
"Los votantes hispanos jugarán un papel gigantesco en el resultado en esos tres estados en 2012", señaló Larry Sabato, director del Centro para Política de la Universidad de Virginia.
El otro estado donde el voto latino influirá en las cifras definitivas es Florida, epicentro de la disputa entre George W. Bush y Al Gore en 2000, que terminó por dirimir la Corte Suprema de Justicia.
De hecho, aquí se especula desde hace meses que Marco Rubio, senador de ese estado, hijo de cubanos, estrella ascendente en el partido republicano, y uno de los ganadores de la elección de 2010, podría ser candidato a vicepresidente para garantizar el triunfo allí.
"Si Rubio está en la boleta, el apoyo y la participación de los cubano-americanos y quizá de otros grupos hispanos puede aumentar para los republicanos", señaló Sabato.
Aunque la economía va a ser el gran tema de la campaña, y es aún la principal preocupación de los estadounidenses, para los latinos, la reforma migratoria, que Obama prometió y nunca entregó, es una prioridad ineludible.
Por los demócratas
Pero a pesar de las promesas incumplidas y de que la última amnistía para los inmigrantes fue otorgada por Ronald Reagan, todos anticipan que los hispanos favorecerán a los demócratas: dos de cada tres votantes latinos votan por ellos, según marca la historia de las últimas elecciones.
Sabato recordó que el apoyo a Obama entre los hispanos ha caído, un hecho que coincide con la pérdida de apoyo que ha sufrido en todos los grupos demográficos, pero que también refleja la frustración por la ausencia de una reforma migratoria, una iniciativa que había incluido entre sus promesas para su primer año en la Casa Blanca.
"Todavía hay que ver si los republicanos pueden sacar ventaja de esto", destacó.
"Sus comentarios fuertes denunciando la inmigración ilegal y a los inmigrantes en general pueden impedirles capitalizar sus dudas sobre Obama", evaluó Sabato.
Pero además de la fuerte retórica en contra de los inmigrantes, los candidatos republicanos, con matices, han mostrado posturas muy conservadoras que pueden servir para seducir a los simpatizantes del Tea Party en las primarias, pero son poco atractivas para otro grupo de votantes que también serán cruciales: los independientes.
Juan Carlos Hidalgo, analista del Instituto Cato, un centro de estudios conservador de Washington, dijo que si la discusión se centra en la economía, los republicanos cuentan con una ventaja sobre Obama entre los independientes.
"La trampa es si los candidatos empiezan a hablar sobre los temas sociales, en contra de la teoría de la evolución o de los derechos de los homosexuales", apuntó Hidalgo. "Ahí es cuando los independientes piensan tres veces antes de votar a los republicanos."
Hidalgo recordó que, en las elecciones legislativas de 2010, hubo candidatos vinculados al Tea Party, como Rubio, que centraron su discurso en la economía y triunfaron. Todos los que se metieron con palabras ásperas en temas sociales, como Sharron Angle, en Nevada, fracasaron.
"El presidente sabe esto, y por eso está tratando de definir el debate en torno a la desigualdad. Ahí se deja un poco de lado la economía, que tiene que ver, pero se está hablando más de justicia social", evaluó Hidalgo.
Un año es una eternidad en la política estadounidense. Pero la Casa Blanca ve algunas encuestas con cierta inquietud. Un sondeo de Gallup en los doce estados "oscilantes" reveló que Obama estaba, a principios de diciembre, cinco puntos detrás de Romney y tres detrás de Gingrich.
Pero la firma dijo que aún era demasiado pronto para hacer predicciones. Lo único que aventuró a decir es que la carrera será "estable y reñida".
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