El voto por correo entra en el centro del huracán en la carrera hacia la Casa Blanca
WASHINGTON.- Por la pandemia del coronavirus, millones de norteamericanos planean votar por correo en la próxima elección presidencial de Estados Unidos, una avalancha inédita que desató una áspera pelea por el Servicio Postal –que jugará un papel decisivo– y provocó una inédita ofensiva sin cuartel de Donald Trump , que puso en alerta al país por la integridad de los comicios.
Al menos el 75% de los votantes norteamericanos podrán votar por correo este año en una de las elecciones más importantes y complejas de la historia de Estados Unidos. Para prevenir contagios en medio de la pandemia, muchos estados se movieron para alentar el sufragio a través del buzón, una movida que desató la furia de Trump. El presidente afirma –sin evidencias– que llevará a un "fraude masivo", y a una elección "catastrófica" y "arreglada".
"La única forma en que perdemos las elecciones es si las elecciones están arregladas", lanzó Trump esta semana, en un acto de campaña en Wisconsin.
A la ofensiva retórica de Trump se sumó un fuerte plan de ajuste del nuevo jefe del Servicio Postal, el postmaster Louis Dejoy, un donante trumpista quien asumió a mediados de junio. Por los ajustes, el correo estatal advirtió a casi todos los estados del país que podía haber demoras en el envío de las boletas, y millones de votos podían llegar a quedar fuera del recuento final. Alarmados, los demócratas convocaron a Dejoy a testificar al Congreso, y 20 fiscales generales demócratas decidieron presentar demandas en los tribunales para frenar el ajuste.
Bajo enorme presión, Dejoy dio marcha atrás y anunció que suspendía los recortes, pero la preocupación por la integridad del voto por correo quedó de todos modos flotando en el aire. "El servicio de correo está listo para manejar cualquier volumen de correo de la elección que reciba este otoño", afirmó en un comunicado.
La pelea por el voto por correo bien puede llevar a la elección presidencial de Estados Unidos puede hasta la Corte Suprema de Justicia, como ocurrió en el año 2000, cuando George W. Bush derrotó a Al Gore.
Los cruces en las últimas semanas caldearon el ambiente político en un país muy dividido, donde muchos temen que Trump desconozca una eventual derrota. La elección puede ser caótica. Cada estado define sus propias reglas de votación, y las primarias dejaron al descubierto los problemas para votar en persona, con esperas que se estiraron por horas, y demoras en el recuento del voto por correo, que será récord. El New York Times estimó que alrededor de 80 millones de personas pueden llegar a enviar su voto en el correo.
En Estados Unidos, la elección es nacional, pero el voto es estatal: cada estado define sus propias reglas. Algunos tienen voto por correo universal –Colorado, Utah, Washington, Hawaii y Oregon, hasta este año–, otros tienen "voto ausente" por correo, para el cual hay que dar un motivo, y en casi todos se puede ir a votar desde hasta más de un mes antes del día de la elección. Por la pandemia, Nevada, California, New Jersey y Vermont implementaron voto por correo universal, al que ataca el trumpismo. Otros estados podrían sumarse.
La movida para ampliar el voto por correo desató la furia de Trump, quien desde hace meses lo tiene en la mira y lo mira con recelo y sospechas, y lo ha tildado de "un desastre catastrófico", y un posible manantial de fraude. No existen evidencia de fraude masivo en el voto por correo, y Trump no ha tomado medidas para asegurar la integridad de los comicios.
El voto por correo provocó decenas de demandas en varios estados. Nevada fue el último: la campaña de Trump y el Partido Republicano demandaron al estado para trabar una ley que amplia el voto por correo alegando que resultará en un fraude "inevitable". Otros juicios similares que tocan al voto por correo están en marcha en Florida, Arizona, Carolina del Norte Michigan, Minnesota, Pensilvania y Wisconsin, todos estados cruciales.
Dejoy quedó en la mira: millones de votos pueden llegar demasiado tarde para ser contados para la elección. El recuento puede estirarse hasta más allá de la noche de la elección, y terminar en la Corte.
"Puede ser un problema nacional. Puede ser más grande que lo que sucedió en Florida en el 2000. Esto puede socavar nuestra democracia tanto que terminamos jugando para aquellos que básicamente dicen que tal vez no sepamos esa noche o al día siguiente cuál será el resultado de las elecciones", indicó a LA NACION Donita Judge, directora Ejecutiva Asociada del Centro para los Derechos Constitucionales.
"Es muy probable que esta elección termine en la Corte Suprema", insistió.
Trump, quien ha votado por correo en Florida y volverá a hacerlo este año, ya dijo que la noche de la elección puede terminar sin un ganador. El desenlace de la contienda electoral, dijo, podría demorar meses o incluso años, o dirimirse en los tribunales.
"El correo nunca estará equipado para manejarlo", dijo Trump hace poco en una entrevista con Fox News, sobre el voto por correo. "Será un desastre", insistió.
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