El volcán de La Palma recupera ímpetu y la lava desborda el cono principal
Las lenguas de magma se tragaron una cancha de fútbol y un supermercado en las zonas evacuadas esta semana y ya cubren 674,5 hectáreas de la isla
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LA PALMA, España.- No hay tregua en La Palma. 25 días después de iniciar su erupción, el volcán de Cumbre Vieja mantiene su vigor destructivo y no cesa de expulsar lava. Tanta, que a las 14.15 de este jueves el magma que surge del interior de la tierra ha superado la capacidad del cono principal y lo ha desbordado, según las imágenes difundidas en Twitter por el Instituto Vulcanológico de Canarias (Involcan).
“Es un hecho común por las fluctuaciones del caudal de lava en el cono principal. Nada preocupante por ahora”, han tranquilizado fuentes del Involcan. “Lo normal”, completan fuentes del Instituto Geográfico Nacional (IGN), “es que estas terminen reinsertándose en la colada principal”.
La actividad volcánica se ha cebado en las últimas horas con los vecinos de La Laguna, el barrio del municipio de Los Llanos de Aridane que ha sido evacuado en tres operaciones sucesivas desde la mañana del 12 de octubre hasta este mismo jueves.
El principal desalojo se produjo el pasado día 12. El martes, las autoridades obligaron a marcharse a unas 800 personas del centro de La Laguna por la proximidad de la lava. Un día después, el miércoles por la noche, se decretó la evacuación de otro barrio situado más al este, medida que afectó a unas 100 personas censadas, según los últimos datos. Y apenas 12 horas después, en la mañana del jueves, se ordenó el vaciado de más superficie, esta vez hacia el oeste, justo hasta la linde con el vecino municipio de Tazacorte, en el que viven unas 300 personas.
No obstante, como ha puntualizado el vocero del comité director del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel Morcuende, muchos de estos vecinos ya habían abandonado sus domicilios en días anteriores. En total, en apenas dos días unos 1200 vecinos han abandonado sus casas, lo que acerca la cifra total de desplazados a los 7000. De estos, apenas 283 han reclamado el alojamiento que ha dispuesto el Gobierno de Canarias en un hotel en Fuencaliente (sur de la isla).
La lava, de esta manera, continúa con su camino caprichoso y destructivo, tras arrasar con 674,5 hectáreas de terreno, 34,2 más que el día precedente. “Es lo que pasa con todas las coladas”, ha sentenciado el propio Morcuende en rueda de prensa, “que siempre nos sorprenden con su comportamiento”.
Su trasiego, de hecho, es fiel reflejo de un comportamiento guiado tanto por la orografía como por las modificaciones en el cono volcánico, que crean inopinados centros emisores donde antes solo había una montaña de picón (lapilli). Existe una colada, que el Pevolca califica de primigenia. Actualmente se encuentra detenida. Esta lengua se topó con la Montaña de Todoque durante la primera semana tras la erupción y viró hacia el sur. Este avance terminó llegando al mar y formando el delta lávico, que ahora mide unas 34 hectáreas y cuyo crecimiento se ha detenido.
Con el paso de los días, sin embargo, se creó otro brazo apenas dos centenares de metros más al sur. El magma que lo formaba también cayó ladera abajo arrasando con cultivos de plataneras, y ha detenido su camino a unos 100 metros del mar. Este brazo también terminaría rodeando la Montaña de Todoque por el norte, engullendo lo que encuentre a su paso.
Por encima de esta colada primigenia discurre otra que también se mueve en dirección oeste-noroeste. Esta lengua, a su vez, se ha dividido en dos apéndices: un primero que hasta el miércoles presentaba “alta intensidad y bastante recorrido” y que a lo largo de la noche de ayer ha destrozado la nave en la que operaba un supermercado de la cadena Spar.
Al noroeste de esta lengua se encuentra el otro brazo de colada. Este fue el que atravesó el polígono del Callejón de la Gata, prosiguió su camino cuesta abajo en la tarde de ayer y esta madrugada ha atravesado el campo de fútbol del barrio. “Esta lengua es la causa”, ha explicado Morcuende, “de que hayamos tenido que evacuar toda La Laguna en bloque”.
El supermercado y el campo de fútbol son los últimos capítulos de una ya larga lista, que incluye centenares de pequeñas desgracias anónimas: 1634 edificaciones afectadas, de las que 1548 han sido totalmente destruidas. A estas cifras hay que sumarle otras 179,3 hectáreas de cultivo engullidas. De ellas, más de la mitad (92,9) son de plataneras. La buena noticia es que, según el Pevolca, estos dos últimos frentes “están perdiendo capacidad de movimiento sobre el territorio” debido a la creciente viscosidad y a la gran cantidad de materiales que van arrastrando.
Durante la última noche, la isla registró más de medio centenar de terremotos, uno de ellos de magnitud 4,5. Esta cifra lo convierte en el mayor desde que comenzó la erupción. El seísmo, según ha informado el Instituto Geográfico Nacional, ha tenido una profundidad de 37 kilómetros y se produjo en torno a la 1.30 de la madrugada. La sismicidad, con todo, sigue produciéndose a altas profundidades (de más de 20 kilómetros) y, en principio, no reviste mayor riesgo.
El terreno, a diferencia de días anteriores, se ha deformado ligeramente en la población de Las Manchas, ya evacuada, a poco más de un kilómetro en línea recta del cono volcánico. La portavoz del Comité Científico, María José Blanco, ha matizado, en todo caso, que esta deformación puede amenazar los trabajos de fuerzas de seguridad y científicos que trabajan en la zona aunque, no presenta mayores peligros para la ciudadanía.
La calidad del aire ha sido buena durante estos últimos días gracias a los vientos que permiten la disipación y la ausencia de inversión térmica. A partir de mañana, sin embargo, está previsto que cambien las condiciones debido tanto a una mayor presión atmosférica como a la entrada de aire del este. Este evento, eso sí, beneficiará a la operatividad del aeropuerto de la isla.
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