MONTEVIDEO.- Al científico uruguayo Gonzalo Moratorio se le acerca gente en su país a agradecerle lo que ha logrado con su equipo: desarrollar tests nacionales de diagnóstico del virus de Covid-19 que han permitido contener el impacto de la pandemia.
El virólogo es el único latinoamericano en la lista de este año de Los 10 de Nature, la selección de 10 individuos que, según la prestigiosa publicación científica británica, "fueron parte de algunos de los mayores eventos en el mundo de la ciencia en 2020".
Moratorio, señala Nature, "trabajó con colegas para desarrollar tests de diagnóstico del virus de Covid-19 que ayudaron a su país a evadir una cascada de infecciones y muertes". El científico es responsable del Laboratorio de Evolución Experimental de Virus en el Institut Pasteur de Montevideo, y es profesor de virología en la Universidad de la República.
El investigador de 37 años, a quien Nature describe como un "cazador de coronavirus", no solo logró con sus colegas que Uruguay tuviera rápidamente sus propios tests de diagnóstico, sino que fueran realizados por una red de laboratorios en el interior del país. "Desde un principio nos dijimos: la clave es ser independientes y poder testear, testear, testear", dice.
Nature aclara que la lista de sus 10 científicos destacados "no es un premio o un ránking, sino una forma de destacar eventos clave en el mundo de la ciencia a través de las historias humanas de los involucrados".
En febrero de 2020 estaba a cargo de su propio laboratorio en el Institut Pasteur de Montevideo, luego de haber regresado a Uruguay tras varios años de investigación en el exterior. Fue entonces que el director del Instituto, Carlos Batthyány, lo llamó a una reunión virtual con directivos de los Institutos Pasteur en diferentes países de América y en París.
"En esa reunión se empezó a hablar del virus (de Covid-19), y de las metodologías diagnósticas y yo me dije: acá hay que hacer algo", relató. "Lo bueno del director fue citarme para esa reunión porque lo más increíble es que había entrado a montar mi laboratorio en febrero y prácticamente no tenía ni un mes en el instituto".
En esa etapa temprana de la pandemia, Batthyány, al igual que muchos otros científicos, pensó que Uruguay no se vería muy afectado, tal como había ocurrido con otras epidemias. "Todos, incluido yo, subestimamos al principio el impacto del virus", dijo Moratorio a BBC Mundo.
Moratorio tuvo claro desde un principio que Uruguay debía ser autónomo y generar sus propias herramientas. "Cuando hablaba con mis colegas en España y en Francia me decían que había un problema: no había tests, capacidades", señaló. "Entonces lo que yo veía era que las fronteras se empezaban a cerrar, que venía un lockdown planetario, y que claramente mercados como los nuestros no iban a ser competitivos".
Al mismo tiempo, "teníamos un montón de gente con expertise y máquinas ociosas que podían ser puestas a funcionar". "Lo perfecto es enemigo de lo bueno. Lo importante fue convencerse de que si abríamos la cancha y poníamos a todo lo que es la academia, en este caso las universidades, los institutos, y les enseñábamos a hacer esto, podíamos montar una red de laboratorios de diagnóstico público. Y eso fue lo que hicimos".
Los tests de diagnóstico desarrollados por Moratorio y su equipo se basan en la tecnología estándar llamada Q PCR, o reacción en cadena de la polimerasa. La Q se refiere a cuantificar. La técnica permite amplificar el material genético en una muestra para detectar señales de fluorescencia que indican la cantidad de virus presente.
"Básicamente nosotros nos basamos en protocolos académicos, en información que estaba disponible", señaló. Pero Moratorio y su equipo desarrollaron innovaciones cruciales. "Vimos que estos tests de Q PCR necesitaban más de un lugar por paciente en la máquina de Q PCR, lo cual significa que si la máquina permite poner 96 tubos, vos por paciente generalmente usabas tres lugares, tres tubos por paciente".
"Lo que hicimos fue llevar toda esa reacción a un único tubo en donde están los controles internos, los controles de si el test funciona y la detección o no del genoma del SARS-CoV-2. Y también utilizamos buffers o soluciones que permitieran acelerar el resultado", explicó.
"Pero la clave", señaló el científico utilizando una analogía, "fue en vez de comprar automóviles importados y muy, muy caros, usar esas partes para construir algo a nivel nacional y poder escalarlo para nunca quedarnos sin tests".
Moratorio destaca especialmente que se trató de un esfuerzo conjunto que los investigadores realizaron sin ningún fin de lucro. "Nunca tuve una visión desde el punto de vista mercantil, sino de democratizar. Lo único que no se puede comprar en la vida es el tiempo, y nosotros lo pudimos comprar para que hoy Uruguay, luego de diez meses de pandemia, tenga menos de 100 muertos", afirmó.
Una vez diseñada la técnica en el laboratorio, los científicos del Institut Pasteur se asociaron con una empresa de biotecnología local, ATGen, para la producción de los tests. En un comienzo los tests de Moratorio eran gran parte de los disponibles. Actualmente hay ofertas de otros laboratorios.
El científico estima que su laboratorio ha aportado en lo que va de la pandemia unos 100.000 tests, cerca de un 20% del medio millón que el país lleva realizados en ese período.
Moratorio se graduó en la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República e hizo un posgrado en el Institut Pasteur en Montevideo, antes de partir a formarse en el exterior, primero en Brasil y luego en California y en París, donde hizo un posdoctorado en el Instituto Pasteur entre 2012 y 2018.
El virólogo uruguayo cree que la pandemia ha dejado muy en claro la importancia de invertir en ciencia y valorar a los científicos. "Al final del día lo que tiene que hacer la ciencia es mejorar nuestra calidad de vida como especie, y creo que esta pandemia dejó claro que el aporte científico, si fuera pensado desde cada rincón de lo que hace un país, puede ser superlativo", concluyó.
BBC Mundo
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