El Vaticano reafirmó la misión por la guerra y mostró su “sorpresa” por la desmentida de Rusia y Ucrania
El cardenal Pietro Parolin, número dos del Papa, dijo que, por lo que él sabía, las dos partes estaban informadas de las gestiones de la Santa Sede
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ROMA.- El número dos de Francisco, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, se manifestó hoy “sorprendido” de que tanto Moscú, como Kiev, hubieran desmentido la existencia de “una misión en curso” de la Santa Sede para intentar frenar la guerra en Ucrania, que reveló el Pontífice el domingo, al regresar de Hungría.
“El Papa dijo que habrá una misión que será anunciada en el momento en el que será pública y yo repito las mismas expresiones que él usó”, dijo Parolin, al margen de un evento, ante preguntas de los periodistas. “Por lo que yo sé, las dos partes estaban informadas”, agregó Parolin, y se manifestó “sorprendido” ante las reacciones de Rusia y Ucrania.
“Por lo que yo sé, saben. Luego, saben cómo es, en medio de los laberintos de la burocracia puede ser que las comunicaciones no lleguen donde tienen que llegar... Pero lo mío son interpretaciones, yo sé que las dos partes fueron informadas”, insistió, según informó Vatican News, el portal del Vaticano.
En la conferencia de prensa que concedió el domingo en el avión al regresar de Hungría, país fronterizo con Ucrania, desde donde lanzó varios llamados a “esfuerzos creativos” para lograr la paz, ante una pregunta sobre las reuniones que allí tuvo con el premier Viktor Orban, aliado de Putin, y con el exnúmero dos del patriarca de Moscú, Hilarion, Francisco había revelado la existencia de “una misión en curso”, de la que no pudo precisar más.
Al ser consultado si, de algún modo, Hilarion y Orban podían funcionar como intermediarios, acelerar el proceso de paz en Ucrania y hacer posible un encuentro entre él y Putin, había admitido que algo de eso había habido.
“Usted se imagina que en este encuentro no sólo hemos hablado de Caperucita Roja ¿no? Hablamos de todas estas cosas. Se habla de esto porque a todos les interesa el camino de la paz. Yo estoy dispuesto. Estoy dispuesto a hacer todo lo que se debe hacer”, dijo Francisco, como ya había hecho en varias oportunidades desde que comenzó la guerra, hace más de un año.
“También ahora hay en curso una misión, pero aún no es pública. Veamos cómo... Cuándo será pública, lo diré”, adelantó, enigmático. “Creo que la paz se hace siempre abriendo canales, nunca se puede hacer una paz con una cerrazón. Invito a todos a abrir relaciones, canales de amistad”, agregó.
Luego, tanto desde Kiev como desde Moscú llegaron desmentidas. Pareció algo lógico al tratarse de gestiones secretas, y reflejaron las dificultades implícitas en las dos partes, que no aparecen dispuestas a ningún cese del fuego ni a concesiones en este momento.
En la entrevista que concedió a LA NACION el 10 de marzo pasado, el Papa también había hecho entender que trabajaba en forma discreta para intentar algo y habló de un “servicio de paz”.
En todo caso, no sería la primera vez que el Vaticano intenta alternativas diplomáticas. “De vez en cuando va mal, como cuando en 2003 Juan Pablo II envió el cardenal Roger Etchegaray a Bagdad y el cardenal Pío Laghi a Washington en el intento, en vano, de detener la Segunda Guerra del Golfo. A veces funciona, como en el caso de las cartas que el propio Francisco le hizo llegar en 2014 a Barack Obama y a Raúl Castro y dieron lugar al deshielo entre Estados Unidos y Cuba: en octubre las delegaciones se reunieron en el Vaticano”, evocó el Corriere della Sera.
Diálogo de alto nivel
En este clima de gran expectativa, llamó la atención hoy la breve charla que tuvieron el Pontífice y el metropolita Antonij de Volokolamsk, número dos del patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kirill, que es un firme aliado de Putin.
El metropolita fue el primero en saludar a Francisco al final de la tradicional audiencia general de los miércoles, en la Plaza de San Pedro. Entonces, como suele hacer cuando saluda a representantes de Iglesias orientales, el Papa le besó el medallón que llevaba colgado al metropolita y conversaron unos tres minutos.
En el breve intercambio, el número dos de Kirill lo felicitó por sus diez años de pontificado y por el tiempo pascual, y después los dos “tocaron una serie de temas de actualidad de las relaciones interconfesionales”, según trascendió. De Volokolamsk fue recibido ayer por el arzobispo Claudio Gugerotti, prefecto del Dicasterio para las Iglesias Orientales y viajó con “la bendición” de Kirill para una visita de trabajo.
Lo cierto es que, ante una pregunta sobre este sugestivo saludo, Parolin descartó en forma tajante que etuviera relacionada con esa “misión en curso” de la Santa Sede. “No tiene nada que ver”, aseguró el brazo derecho el Papa, que aseguró que ese encuentro “se enmarca en las comunicaciones normales que hay”, incluso con los jefes de dicasterio de la curia romana.
En otro orden, Parolin condenó con firmeza el supuesto ataque con drones sobre el Kremlin, que dio lugar a acusaciones recíprocas de las dos partes de terrorismo. “Todas las acciones bélicas, sobre todo si sirven para crear un clima de más hostilidad, no acercan ciertamente a la paz”, lamentó el secretario de Estado, al admitir que no sabía si existen hoy condiciones para un cese del fuego.
“Esperemos… Creo que esta iniciativa, si se diera, del Vaticano, debería ir en ese sentido. Como siempre hemos dicho, querríamos llegar a un cese de los combates para poner en marcha después un proceso de paz”, agregó. “El Papa -recordó- siempre le ha pedido a las dos parte en conflicto encontrar puntos de acuerdo y poner fin a esta masacre que está golpeando con fuerza a Ucrania, pero que también tiene efectos no indiferentes en Rusia”.
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