El único país del Hemisferio Occidental que no tiene ni una sola vacuna contra el Covid
Haití, la nación más pobre de la región, se negó durante meses a recibir dosis de AstraZeneca por el rechazo de la población; llegarían recién a fines de julio para empezar la campaña
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PUERTO PRÍNCIPE.- Haití ya no es solamente la nación más pobre de Occidente, ahora se ha ganado la triste distinción de ser el único país del hemisferio que no ha vacunado ni a uno solo de sus habitantes contra el Covid-19 mientras el gobierno tuvo que declarar la emergencia sanitaria por el avance de la pandemia.
Y no se trata de una cuestión presupuestaria, ya que la nación isleña también rechazó la oportunidad de recibir vacunas del mecanismo Covax de la ONU, del que participan países pobres y de ingresos medios, según reveló la agencia Bloomberg.
“Según datos de finales de abril, entre el 80% y el 90% del pueblo de Haití no quería vacunarse, sobre todo con AstraZeneca”, dijo el doctor Jimmy Almoza, representante en Haití de la ONG Médicos del Mundo Argentina, entrevistado por Radio France International (RFI). “Por eso el gobierno, siguiendo la mentalidad del pueblo, [rechazó las vacunas]. Y sinceramente tampoco había muchos casos. Pero ahora tenemos dos variantes, la de Brasil y la de Inglaterra”.
Finalmente, el 19 de mayo la Organización Panamericana de la Salud (OPS) anunció el cambio de opinión del gobierno de Haití, pero las vacunas llegarían recién a finales de julio. Serían alrededor de 147.000 de la primera dosis de AstraZeneca. Una semana después del anuncio sobre la aceptación de las vacunas, el gobierno tuvo que declarar la “emergencia sanitaria nacional” por el avance del virus.
Este lunes, la administración electoral haitiana anunció además el aplazamiento del referéndum constitucional previsto para el 27 de junio debido a la crisis sanitaria, sin dar una nueva fecha para su realización.
La pandemia avanza
Oficialmente, los casos confirmados de Covid desde el inicio de la pandemia superan los 14.000. Más de 2000 personas están hospitalizadas y más de 300 murieron a causa del virus. Pero la tasa de infección puede ser 20 veces mayor porque no se cuentan los pacientes que están bajo tratamiento en su casa, en un país donde la ciencia médica debe convivir con tradiciones y supersticiones arraigadas en la población.
Fue el propio gobierno haitiano el que inicialmente no aceptó las vacunas de AstraZeneca que se disponía a enviar Covax, citando efectos secundarios y los temores generalizados en la población.
Sin embargo, la directora general del Ministerio de Salud de Haití, Laure Adrien, dijo en una entrevista que su gobierno “no rechazó la oferta de vacunas de Covax”. Su explicación fue: “Todo lo que pedimos es que cambien la vacuna que nos iban a dar”.
Pero ante el avance del virus, el mes pasado el gobierno cambió de opinión. Los temores sobre AstraZeneca comenzaron a disminuir cuando el país experimentó un aumento en los casos. Pero cuando el país finalmente aceptó recibir las dosis, los problemas de producción en India y un aumento en la demanda global hicieron que no estuvieran disponibles.
“Hay entre cuatro y cinco hospitales que reciben pacientes de Covid-19”, dijo Almoza. “Y ya no tienen más capacidad. No tenemos un sistema para responder a una epidemia de Covid. Si los casos siguen aumentando, el sistema va a explotar”, agregó el representante de Médicos del Mundo.
La pandemia es solo uno de los flagelos que afecta a esta empobrecida nación de 11,3 millones de personas. Haití ha sido testigo de meses de protestas contra el presidente Jovenel Moise y una ola de violencia de pandillas y secuestros. El mes pasado, un miembro del personal de Médicos sin Fronteras, la organización sin fines de lucro que administra varias clínicas y hospitales en Haití, fue asesinado cuando regresaba del trabajo a su casa.
La escasez de vacunas es aún más llamativa porque la vecina República Dominicana, con la que comparte la isla La Española, ya vacunó a casi el 20% de su población. Pero esas vacunas solo están disponibles para ciudadanos dominicanos y residentes documentados, por lo que la mayoría de los aproximadamente 750.000 haitianos que viven allí no son elegibles.
El padre Tomás García, de la Fundación La Merced, una agencia de ayuda dominicana, dijo que vacunar a los vulnerables, independientemente de su nacionalidad, debería ser una prioridad. “No se trata de salvarse a uno mismo, se trata de salvarnos a todos”, dijo. “Estamos todos en el mismo barco”.
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