AUSTIN (AP).- La capital del estado está en alerta. Durante las últimas tres semanas, cinco paquetes bomba explotaron en diferentes puntos de la ciudad principal de Texas, Estados Unidos , y encendieron la preocupación de los habitantes, que reclaman se atrape al agresor o a los agresores. Según las autoridades, el responsable podría ser un atacante en serie.
Sin embargo, los datos por ahora no son concluyentes y las autoridades no parecen estar cerca de realizar detenciones.
El primer ataque ocurrió el 2 de marzo. Después, en un lapso de diez días, aparecieron dos paquetes bomba más ante distintas puertas: mataron a dos personas y causaron otros dos heridos. El cuarto apareció el domingo por la noche, fue activado por un cable trampa casi invisible y dejó otros dos heridos. El quinto tuvo lugar durante esta medianoche, cuando otro paquete estalló en un centro de distribución en FedEx en Schertz y provocó un herido, según lo confirmado por el departamento de bomberos de San Antonio.
En un primer momento, la policía barajó la hipótesis de posibles delitos de odio porque las víctimas son afroamericanos, hispanos y blancos de diferentes zonas de Austin, una ciudad cada vez más diversa.
Pero tras buscar posibles vínculos entre los fallecidos y heridos, las autoridades admitieron que la existencia del cable trampa supone que la elección de las víctimas podría ser totalmente aleatoria. "La presencia de un cable trampa cambia las cosas. Es más sofisticado. No estuvo dirigido específicamente contra persona alguna", dijo el agente del FBI, Chris Combs, a cargo de la división en San Antonio.
Por el momento, los investigadores tienen más preguntas que respuestas y la sociedad está preocupada: cerca de 700 personas llamaron a la Policía para informar sobre paquetes sospechosos desde el 2 de marzo y los parecidos con el caso del terrorista Ted J. Kaczynski, apodado "Unabomber" y quien dos décadas atrás asesinó a varias personas con esta metodología, desataron el miedo.
Cientos de agentes del FBI y del departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos se sumaron a la investigación y la recompensa por información que conduzca a un arresto ya es de 115.000 dólares.
El recuerdo de "Unabomber"
No es la primera vez que Estados Unidos vive una situación como esta. Hace 22 años, Ted J. Kaczynski, quien se ganó el apodo de "Unabomber", envió 16 paquetes bomba a distintos puntos del país y provocó pánico.
En total, durante las casi dos décadas en las que fue uno de los hombres más buscado por las autoridades, desde 1978 hasta 1995, Kaczynski mató a tres personas e hirió a otras 23 con sus envíos.
Durante su infancia no había dado indicios de lo que iba a pasar tiempo después. Fue un niño prodigio. Genio de las matemáticas, se anotó para estudiar en Harvard a los 16 años, obtuvo un doctorado en la Universidad de Michigan en 1967 y se convirtió en profesor asistente de la Universidad de California a los 25, de acuerdo con lo publicado por el diario La Vanguardia.
Pocos años más tarde, el escenario cambió completamente: se convirtió en terrorista. Impulsado por su descontento con la sociedad moderna tecnológica, comenzó a atacar con cartas bombas a personas que estaban a la vanguardia de los avances tecnológicos.
Su alto coeficiente intelectual fue la llave que lo mantuvo tantos años lejos del radar del FBI, que no lograba cerrar el círculo para dar con su paradero. De hecho, cuando fue arrestado el mérito fue suyo: envió un manifiesto a los diarios The Washington Post y The New York Times exigiendo su publicación. Se trataba de una disertación filosófica sobre los males de la sociedad moderna.
Tras la salida en los periódicos, los agentes de seguridad se contactaron con el hermano de Kaczynski y lograron capturarlo. Tenía 54 años y decidió declararse culpable para evitar la pena de muerte; en cambio, fue condenado a ocho sentencias de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
El apodo "Unabomber" fue idea de los medios de comunicación, que comenzaron a llamarlo así tras enterarse que el FBI usaba el sobrenombre "Unabom" para referirse a su caso.
Hoy Kaczynski está preso en la única cárcel "supermax" del país, en Florence, Colorado.
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