El suicidio de un político holandés reabre el debate sobre la eutanasia

LA HAYA.- El suicidio del ex diputado democristiano holandés Franz van der Heijden, y la muerte por eutanasia de su esposa, Gonnie, conmocionaron a la clase política de Holanda y reavivaron el debate sobre los límites de esta práctica.

De 78 y 76 años respectivamente, ambos padecían una enfermedad incurable y llevaban juntos 53 años. Sabiendo el sufrimiento que ello supondría en la fase final, para no separarse, prefirieron poner fin a sus vidas al mismo tiempo, el 21 de octubre pasado.

Según la noticia publicada en la prensa, se deduce que él no había llegado aún a la fase terminal descripta por la ley de eutanasia, aprobada en 2002, que indica que sólo en estos casos, y después de haberlo solicitado repetidas veces, el médico de cabecera puede administrar el producto letal. Ella sí había pedido la eutanasia.

El partido cristianodemócrata al que pertenecía Van der Heijden expresó su respeto por lo ocurrido, pero rechazó ampliar la ley como propone el gobierno, que plantea autorizar el suicidio asistido a aquellas personas que aún no hayan llegado a esa fase de enfermedad, pero que consideren que su ciclo vital está completo.

"Después de una vida feliz juntos no queríamos separar lo que unimos en 1963", rezaba la despedida del matrimonio Van der Heijden. Un poco más arriba, subrayaron que "el debate sobre la decisión de poner fin a la propia vida sigue dominado por la pregunta sobre si pueden terminar con su ciclo vital quienes lo consideren completo".

Luego agregaron en su mensaje: "Más obvio es preguntarse si los que sientan que su vida concluirá con gran dolor, y serán una carga (también por culpa de un sistema de cuidados degradado) pueden terminar cuando todavía no sufren tanto, ni son un peso para ellos mismos y para los demás".

El paréntesis está incluido en el escrito original, y alude a los ajustes en las ayudas a los dependientes; el Estado aplicó un recorte de 2300 millones de euros a esta partida el año pasado.

La carta fue el mensaje final de dos políticos con larga trayectoria. Él fue primero concejal en el ayuntamiento de Rotterdam. En el Parlamento estuvo entre 1982 y 1998, para regresar a la ciudad portuaria. Gonnie van der Eerden, nombre de soltera de su esposa, también participó en la política local de Rotterdam.

Aunque la eutanasia goza del apoyo mayoritario de la sociedad holandesa, el Colegio de Médicos la concibe como una solución de último recurso, y no quiere que sea vista como un derecho.

Pero los Van der Heijden deslizaron también en su adiós una profunda crítica. "Llama la atención que una mayoría cada vez más amplia de personas menos religiosas, que aborda la vida por sí misma, sin la perspectiva del «más allá», permitan que la ley siga siendo dictada por minorías reducidas, que se aprovechan de las flaquezas del quehacer de la actual política de coaliciones", dijeron.

El 13 de octubre pasado, los ministerios de Sanidad y Justicia elevaron al Congreso una propuesta para regular la ayuda a morir de las personas que aleguen "cansancio vital", sin enfermedad o dolores insoportables.

De esta manera pretenden ampliar los supuestos actuales de la eutanasia, que contempla ya padecimientos psíquicos siempre que el afectado haya firmado, en presencia del médico y cuando estaba lúcido, un documento requiriéndola.

En febrero pasado, la comisión encargada de analizar las consecuencias de "una vida agotada" rechazó el concepto por considerarlo minoritario.

El miércoles último, Edith Schippers, ministra de Sanidad, afirmó que el grupo es mayor de lo que se creía, y que sigue creciendo, de modo que el gobierno desea prestarle ayuda.

Una larga trayectoria

Franz Van Der Heijden

Ex diputado holandés

• Franz y Gonnie Van Der Heijden, de 78 y 76 años respectivamente, se habían casado en 1963; llevaban 53 años juntos y tenían dos hijos
• Ambos dedicaron su vida a la política. Él fue concejal en el ayuntamiento de Rotterdam, y entre 1982 y 1998, legislador en la Cámara de Representantes. Ella tuvo activa participación política en Rotterdam
• La ley holandesa de eutanasia de 2002 sólo permite la muerte voluntaria si el paciente padece una enfermedad incurable. El actual gobierno quiere expandir la asistencia al suicidio a aquellas personas que sientan que su vida llegó a su fin, incluso si no están enfermas

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