El sueño de las vacaciones en el espacio, más lejano
La caída de una nave experimental enfriaría el desarrollo de la industria
LOS ÁNGELES.- Es la promesa del futuro. Los turistas suben a una nave y despegan hacia el espacio. La oportunidad de vivir una vez lo que sólo pueden experimentar los astronautas: flotar gracias a la falta de gravedad, mirar las estrellas. Es el sueño de muchas personas. Y quizá siga siendo sólo eso, un sueño.
La caída de la SpaceShipTwo en el desierto californiano de Mojave, anteayer, es una catástrofe para el turismo espacial, que algunos ven como una industria millonaria del futuro. El extrovertido multimillonario británico Richard Branson quería enviar su nave espacial con pasajeros al espacio por primera vez el año que viene. Iba a ser el inicio de una nueva era para la humanidad.
Desde hace años, fue la voz motivadora en el sector. Su empresa, Virgin Galactic, según dijo, ya había vendido varios pasajes. A pesar del precio del viaje (250.000 dólares), por lo menos, 700 curiosos se aseguraron un lugar a bordo, entre ellos varios famosos del mundo del espectáculo y de los negocios. Todos ellos se vieron tentados por la perspectiva de distanciarse unos 100 kilómetros del mundo.
Branson y sus socios construyeron en el estado norteamericano de Nuevo México -por 29 millones de dólares- la base espacial Spaceport America, con una pista de tres kilómetros. En la inauguración, en 2010, el millonario describió la obra como "el nuevo hogar de la navegación espacial". Su entusiasmo cautivó a muchos.
Sin embargo, con los años aumentaron también las dudas. El proyecto sufrió un retraso tras otro. No sólo los fans de la navegación espacial, sino también Branson, se pusieron cada vez más nerviosos. "Estaría muy defraudado si no estoy antes de fin de año en el espacio", dijo, hace dos meses, en una entrevista. "Haremos tres pruebas más y luego deberíamos ya arrancar."
Sin embargo, la SpaceShipTwo estalló durante una de las pruebas. Fue la primera con el encendido de un cohete desde enero. Al parecer, durante esta pausa fueron modificados el motor y la mezcla de combustible. El avión portador WhiteKnightTwo la elevó a 1,5 kilómetros de altitud y la liberó. Dado que el encendido del cohete no funcionó correctamente, la cápsula cayó a la tierra como una piedra. Uno de los pilotos murió y el otro logró salvarse al eyectarse, aunque sufrió heridas graves.
Naturalmente, ahora surgen varias preguntas como, por ejemplo, si los empresarios detrás del proyecto apuraron demasiado los tiempos, o si las pruebas no fueron las suficientes. También si fue puesta en juego la vida de los pilotos. Por ahora, los responsables no dieron causas precisas del accidente. El mismo Branson anunció que volará de inmediato a California para hablar con su equipo. Habrá mucho que investigar.
En los programas norteamericanos, los expertos hablaron de un duro impacto para la navegación espacial. Otros calificaron la caída incluso de un golpe mortal para el turismo espacial. Este tipo de reacciones son frecuentes, pero teniendo en cuenta que tres días antes explotó un cohete portador que llevaba adosada la nave espacial de carga no tripulada estadounidense Cygnus, que tenía como destino la Estación Espacial Internacional (EEI), el debate sobre la viabilidad de la aviación espacial comercial ya no será fácil de detener.
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