El príncipe romántico
Johan Friso es el segundo hijo de la reina Beatriz de Holanda, príncipe de Orange-Nassau y, a pesar de ser el hermano menor del heredero al trono, Guillermo Alejandro, marido de Máxima Zorreguieta, no se encuentra en la línea de sucesión al trono de Holanda porque, en 2004, renunció a sus derechos para casarse con una activista de derechos humanos que, en su juventud, tuvo una relación con un famoso narcotraficante.
Nacido en Utrecht en 1968, "Friso", como lo llaman en Holanda, se encuentra según el último reporte oficial, "en peligro pero estable", a raíz del accidente que sufrió mientras esquiaba fuera de pista, en una zona donde en las últimas semanas se había dado una alarma de aludes de grado 4 sobre una escala de 5.
Para justificar el atrevimiento, vale destacar que Friso no sólo es un experimentado esquiador, sino que además conoce la zona desde su juventud más temprana: hace exactamente 47 años que la familia real holandesa se reúne para pasar dos semanas de febrero en la localidad alpina Lech am Arlberg, en los Alpes del estado austríaco de Vorarlberg, cerca de la frontera con Suiza.
Además de ser un gran deportista, es descripto por sus amigos como inteligente e irónico y cuentan que, en la infancia, solía bromear con sus hermanos sobre la "dura vida" que le esperaba al príncipe heredero Guillermo.
Friso molestaba a su hermano con lo "extenuante" que sería reinar y, en contraste, se regocijaba con lo comodidad que le auguraba su puesto en la línea sucesoria.
El amor antes que el trono El príncipe renunció a ese puesto en la sucesión cuando se casó con Mabel Wisse Smit, el 14 de abril de 2004, luego de que el Parlamento holandés decidiese negarle el permiso para el matrimonio con la joven.
A pesar de ser reconocida por su activismo por los derechos humanos, y de haberle caído en gracia a la reina, Wisse Smit generó un gran revuelo en Holanda.
Fue cuando la prensa local reveló que la prometida del príncipe había ocultado al gobierno, y a la propia soberana, la intensidad de una relación que había mantenido en su juventud con Klaas Bruinsma, el narcotraficante más famoso del país, que fue asesinado a balazos por sus enemigos en 1991.
A pesar de que Mabel pidió disculpas públicas e insistió en que con Bruinsma sólo habían sido amigos, las explicaciones no convencieron al gobierno del entonces premier, Jan Peter Balkenende, que acabó por no pedir permiso al Parlamento para autorizar el enlace, un paso clave en Holanda para la conformación de cualquier matrimonio de la realeza.
Puesto a elegir entre el amor y la posibilidad de convertirse algún día en el rey de su patria, Friso no tardó en decidirse por lo primero, por lo que perdió, además de sus derechos de sucesión, el título de príncipe de Holanda.
Mantiene, sin embargo, el de príncipe de Orange-Nassau, además de muchos otros, y forma parte de la familia, pero no de la Casa Real holandesa.
La pareja, que mantiene una excelente relación con el resto de la familia, vive y trabaja en Londres, donde nacieron sus dos hijas, Emma Luana y Joanna Zaria de 6 y 5 años, respectivamente.