El príncipe heredero de Arabia Saudita venía cultivando un perfil bajo, pero ya no
NUEVA YORK.- Primero, ordenó el arresto de al menos cuatro de sus parientes, todos altos miembros de la familia real. Al día siguiente, hundió a Arabia Saudita en una guerra de precios con Rusia que provocó el derrumbe de la energía y de los mercados en todo el mundo.
Durante un tiempo, el comportamiento del príncipe heredero saudita, Mohammed bin Salman, conocido por sus siglas MBS, pareció contradecir su reputada tendencia a la violencia. Tal vez escarmentado por el rebote de su conexión con el asesinato del periodista disidente Jamal Khashoggi, el príncipe heredero de 34 años venía manteniendo un perfil bajo desde hace más de un año.
Ahora, ante su nueva ostentación de poder, en las capitales europeas se debate nuevamente si MBS no es demasiado temerario para ser un socio confiable. Su abrupta y pronunciada rebaja al precio del crudo terminó de trastocar una economía global ya en riesgo de entrar en recesión, amenaza con quemar velozmente las reservas de dinero de Arabia Saudita y socava las grandiosas promesas del príncipe de lograr nuevas inversiones para que el país deje de depender tanto el petróleo.
"Esto implica destrucción mutua garantizada para cualquier economía que dependa de las exportaciones de petróleo, como Arabia Saudita, Rusia, y probablemente también Estados Unidos", dice Greg Brew, académico de la Universidad Metodista del Sur. "Al mismo tiempo, esto es típico de MBS, ¿o no?", agrega Brew, y continúa: "Al príncipe le gusta correr riesgos y es muy proclive a las decisiones impulsivas".
Las autoridades sauditas no han salido a confirmar ni a explicar el arresto de esos miembros de la casa real, información que empezó a filtrarse el viernes. Dos de los príncipes detenidos –Ahmed bin Abdulaziz, el hermano menor del anciano rey Salman, padre de MBS, y el príncipe Mohammed bin Nayef, expríncipe heredero y ministro del interior– eran vistos en otro tiempo como posibles rivales de MBS por la corona. En el seno de la intimidada familia real, varios especulan con preocupación que el príncipe heredero se esté ocupando de limpiar a sus contrincantes antes de tomar definitivamente el trono de su padre, que ya tiene 84 años y por momentos parece olvidadizo o desorientado.
Sin embargo, las fuentes cercanas a la corte insisten que el príncipe heredero simplemente se descargó contra su tío y sus primos por criticarlo públicamente, y que su intención es escarmentar al resto de la familia. "Estuvo tranquilo un tiempo y la gente se preguntaba si MBS se había reblandecido", indica Steffen Hertog, académico de la Escuela de Economía de Londres. "Ahora queda claro que tiene el mismo carácter de siempre", añade.
Al bajar el precio del petróleo, MBS buscó castigar a Rusia, a la que acusa de no cooperar para reducir la producción y así empujar al alza el precio del crudo. Por otro lado, la demanda de petróleo ya estaba cayendo debido al parate causado por el coronavirus.
"Los rusos ya mostraron sus cartas, y ahora lps sauditas quieren demostrarles que esa falta de cooperación les costará muy cara", opina Hertog, aunque destaca que para Arabia Saudita "es un juego muy riesgoso, a quién se asusta primero". Los sauditas tienen mucho más para perder que los rusos. Las fuentes de ingresos de los rusos son más diversas, y desde la última caída del precio del petróleo, Rusia ha fortalecido mucho sus reservas de dinero.
Arabia Saudita, por el contrario, sigue dependiendo casi exclusivamente del petróleo. En tanto, hace cuatro años que sus reservas internacionales están planchadas en unos 500.000 millones de dólares, mucho menos que el pico de 740.000 millones que tocaron en 2014.
Los analistas dicen que el reino necesita un sí llamado "precio de equilibrio" de alrededor de 80 dólares el barril para cubrir su presupuesto sin perder reservas ni adoptar medidas de austeridad. Pero ayer el precio cayó a 35 dólares el barril, menos de la mitad del precio de equilibrio. Según Hertog, dos años de recesión bastarían para que esas reservas se reduzcan severamente, poniendo presión sobre el tipo de cambio y frenando cualquier plan de diversificación de la economía.
El príncipe tenía sus planes para la economía del país, que básicamente consistían en la venta pública de acciones de la petrolera estatal saudita, Aramco, para así financiar inversiones en otros sectores. Pero esos planes para debutar en las bolsas internacionales fueron postergados en favor de un tipo de cambio interno más laxo, y durante los últimos dos años el precio del crudo se desmoronó en un 20% el precio de las acciones de Aramco. Como consecuencia, hoy la empresa vale 320.000 millones de dólares menos.
La coincidencia del arresto de los familiares reales y la guerra de precios con Rusia alienta la especulación de que el príncipe heredero quiso adelantarse a la posible oposición de algunos miembros de la corte. Algunos sugieren que tal vez quiso escarmentar a sus adversarios antes de que las consecuencias económicas de la recesión lo dañen políticamente.
"La amenaza contra MBS no viene de sus rivales en la familia", dice Kristin Smith Diwan, académica del Instituto de los Estados del Golfo, con sede en Washington. "La amenaza proviene del derrumbe de los ingresos por exportación de crudo y de los efectos de ese derrumbe sobre sus ambiciosos planes para la economía saudita".
Pero otros analistas, exdiplomáticos y funcionarios con experiencia en cuestiones sauditas, así como fuentes de la corte, señalan que el poder del príncipe heredero está tan consolidado que ya no tiene nada que temer.
Con niveles de brutalidad sin precedente en la historia moderna saudita, MBS ha logrado acaparar más poder directo que ningún otro monarca en décadas, mayormente mediante la intimidación y el sometimiento a su extensa familia gobernante. Ni siquiera en caso de una recesión profunda sus parientes ahora detenidos habrían tenido esperanza de desafiar su férreo control del poder.
La máxima figura arrestada es el septuagenario príncipe Ahmed bin Abdulaziz, que una vez fue grabado en Londres diferenciándose de las políticas de MBS, pero que desde entonces parecía haberse doblegado, al menos en público. El otro detenido es el príncipe Mohammed bin Nayef, que ya había estado bajo arresto domiciliario desde 2017, cuando fue removido de sus puestos de príncipe heredero y ministro del interior por el heredero actual, MBS.
A los funcionarios de Occidente los preocupa el "riesgo reputacional" que implica asociarse con un líder tan impredecible, dice Emile Hokayem, académico del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. Pero hasta el momento, el príncipe heredero MBS ha sufrido pocas consecuencias adversas.
El presidente Donald Trump, por ejemplo, le dijo que lo considera su amigo y que está haciendo "un trabajo espectacular". Y el lunes, cuando MBS sacudió a los mercados del mundo, Trump se ocupó de resaltar los aspectos positivos. "Está bajando el combustible. ¡Buena noticia para los consumidores!", escribió Trump en Twitter.
Andrew Miller, investigador del Proyecto Democracia en Medio Oriente y exfuncionario del Departamento de Estado, dice que los arrestos y la guerra por el precio del petróleo son "típicos del MBS". "Contrariamente a lo que algunos creyeron, MBS no maduró ni aprendió nada", dice Miller. "Más bien lo opuesto: ahora cree estar por encima de la ley, porque Arabia Saudita es tan imprescindible para sus aliados de Occidente que siempre le darán de nuevo la bienvenida al rebaño".
The New York Times
Traducción de Jaime Arrambide
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