El príncipe Carlos envuelto en un escándalo tras conocerse que recibió tres millones de euros en efectivo de Qatar
La residencia real, Clarence House, insiste en que todo se ha hecho en pleno cumplimiento no solo de la ley sino también de las costumbres y estatutos
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LONDRES.– Afrontará una investigación la bochornosa historia sacada a la luz ayer por el Sunday Times de las millonarias donaciones en efectivo realizadas al príncipe Carlos en 2011 y 2015 por el jeque Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, magnate y exprimer ministro de Qatar, además de miembro de la dinastía gobernante en el Estado del Golfo aliado a Estados Unidos y el Reino Unido.
Los fondos fueron recibidos por el Prince of Wales’s Charitable Fund, una fundación que gestiona varias organizaciones benéficas dedicadas a “buenas causas”, como la educación, la protección del medio ambiente, la salud y la inclusión social.
La Comisión de Caridad no realiza investigaciones criminales y, además, no hay por ahora sospechas de ilegalidad sobre el hecho, pero todavía tiene poderes administrativos e incluso puede suspender ciertas actividades de una organización benéfica cuando identifica violaciones de las reglas internas que las asociaciones han pronunciado, que deben respetar la legislación nacional.
Clarence House –la residencia real– insiste en que todo se ha hecho en pleno cumplimiento no solo de la ley sino también de las costumbres y estatutos.
Sin embargo, el incidente corre el riesgo de arrojar nuevas sombras sobre el heredero al trono británico, en un momento en que el Príncipe de Gales, de 73 años, parece cada vez más involucrado en un papel como corregente de facto junto a su madre, de 96 años, la anciana Isabel II.
Y justo hoy, al margen de una visita de la reina a Escocia, se le ha asignado otro título: el heredado de su padre Felipe, de patrón del Royal College of Surgeons de Edimburgo, una gloriosa institución médica nacional.
El hecho de que el dinero que, según asegura Clarence House, llegó de modo regularmente a las arcas de una de las organizaciones benéficas patrocinadas por Charles –tres millones de euros en total– se hubiera pagado de una forma totalmente irracional pesa mucho en el asunto de las donaciones del jeque de Qatar.
Lo llamativo es que fue en efectivo, en tres tramos diferentes: dos en manos de los colaboradores del Príncipe (con los billetes en bolsos de la prestigiosa tienda de delicatessen Fortnum & Mason de Londres); y uno cedido en un maletín incluso directamente al delfín de Windsor.
Todo en el marco de unas conversaciones informales de las que, según el Sunday Times, no hay rastro en la agenda oficial de la época.
Para colmo, también existe el precedente de otra investigación abierta desde hace algún tiempo sobre la Fundación del Príncipe, una de las organizaciones benéficas promovidas personalmente por Carlos: no solo por la Comisión de Caridad en ese caso, sino también por la policía, por el supuesto intercambio entre donaciones y honores reales negociado con un intermediario saudí.
Donaciones de las que en su caso el príncipe de Gales no habría sabido nada, pero que en todo caso se cree que han sido gestionadas por su exasistente Michael Fawcett, colaborador muy cercano durante muchos años, obligado finalmente en los últimos meses a dimitir como consejero delegado de la Fundación.
Agencia ANSA
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