El primer ministro de Haití confirmó que renunciará, en medio de la crisis por las pandillas
“El gobierno que dirijo no puede mantenerse insensible ante esta situación. No hay sacrificio demasiado grande por nuestra nación”, dijo el mandatario en una declaración grabada
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PUERTO PRÍNCIPE.- Sobrepasado por las pandillas que azotan con violencia a Haití, y sin poder regresar a su país, el primer ministro, Ariel Henry, anunció en las últimas horas que renunciará al cargo una vez se haya formado un consejo de transición en la gestión.
Su dimisión es una concesión ante la presión internacional que intenta salvar a la nación de una guerra civil. “El gobierno que dirijo no puede mantenerse insensible ante esta situación. No hay sacrificio demasiado grande por nuestro país”, dijo el mandatario en una declaración grabada.
El funcionario hizo su anuncio horas después de que gobernantes de los países caribeños y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se reunieran en Jamaica para abordar con urgencia una solución que frenara la creciente crisis en Haití.
Henry no pudo regresar a su país debido a que la violencia social provocó el cierre de sus principales aeropuertos internacionales. Hace una semana, el primer ministro llegó a Puerto Rico cuando no se le permitió aterrizar en República Dominicana, porque según las autoridades carecía de un plan de vuelo. Las autoridades dominicanas también cerraron el espacio aéreo a vuelos con origen y destino en Haití.
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— Primature de la République d’Haïti (@PrimatureHT) March 12, 2024
Message du Premier ministre, @DrArielHenry, à la nation
Lundi 11 mars 2024#Haïti pic.twitter.com/3UTM8cMVR3
Su renuncia fue incluso una exigencia expresa de las poderosas pandillas que mantienen en vilo a la población y controlan extensas zonas de Haití.
La crisis de violencia se agudizó a tal punto que la comunidad internacional pujaba por una transición con participación de la sociedad haitiana.
En un primer momento, no estaba claro quién sería elegido para liderar la salida de la crisis, en la que pandillas fuertemente armadas quemaron comisarías, atacaron el aeropuerto principal y asaltaron dos de los mayores penales del país, provocando una fuga de más de 4000 presos.