El presidente electo de Panamá quiere cerrar la peligrosa ruta migratoria por la selva del Darién
El año pasado utilizaron esa vía para llegar a Estados Unidos más de 500.000 personas; los expertos dudan de la eficacia de la medida propuesta por José Mulino
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CIUDAD DE PANAMÁ.- Panamá está al borde de un cambio dramático en su política de inmigración luego que el presidente electo José Raúl Mulino anunció que cerrará una ruta migratoria a través de la selva del Darién, utilizada el año pasado por más de 500.000 personas para llegar a Estados Unidos.
“Panamá y nuestro Darién no son una ruta de tránsito. Es nuestra frontera”, afirmó Mulino después de que el jueves por la noche se formalizara su victoria con el 34% de los votos en las elecciones del domingo. Asumirá la presidencia el 1 de julio.
Como había sugerido durante su campaña, el abogado y exministro de Seguridad, de 64 años, dijo que intentaría poner fin a “la odisea del Darién que no tiene razón de existir”.
La ruta de los migrantes a través del estrecho istmo creció exponencialmente en popularidad en los últimos años con la ayuda del crimen organizado en Colombia, convirtiéndola en una ruta terrestre asequible, aunque peligrosa, para cientos de miles. Hasta ahora, Panamá había ayudado a transportar rápidamente a los migrantes a través de su territorio para que puedan continuar su viaje hacia el norte.
Queda por ver si Mulino es capaz de reducir la migración a través de una región escasamente poblada y con poca presencia gubernamental, dicen los expertos.
Esa ruta creció a medida que países como México, bajo presión del gobierno de Estados Unidos, impusieron restricciones de visa a varias nacionalidades, incluidos los venezolanos y a partir de esta semana a los peruanos, en un intento por impedir que los inmigrantes volaran al país sólo para continuar hacia la frontera con Estados Unidos.
Pero una multitud de personas se lanzaron a enfrentar el desafío y partieron a pie a través de la frontera colombo-panameña cubierta de selva. Un cruce que inicialmente podría tomar una semana o más finalmente se redujo a dos o tres días a medida que el camino se fue consolidando y los emprendedores locales establecieron una gama de servicios de apoyo.
Sin embargo, sigue siendo una ruta peligrosa por la presencia de numerosas bandas delictivas. Los informes de agresiones sexuales siguen aumentando, algunos inmigrantes son asesinados por bandidos en robos y otros se ahogan al intentar cruzar ríos caudalosos.
Aun así, unos 147.000 migrantes ya han entrado a Panamá a través del Darién este año.
En todo el mundo, los intentos anteriores de cerrar rutas migratorias simplemente desviaron el tráfico hacia vías más riesgosas.
“La gente migra por muchas razones y frecuentemente no tienen formas seguras, ordenadas y legales de hacerlo”, dijo Giuseppe Loprete, jefe de misión en Panamá de la Organización Internacional para la Inmigración de la ONU. “Cuando las rutas legales no son accesibles, los migrantes corren el riesgo de recurrir a redes criminales, traficantes y rutas peligrosas, engañados por la desinformación”.
Loprete dijo que los representantes de la agencia de la ONU en Panamá se reunirían con el equipo de Mulino una vez que se nombre a sus miembros para conocer los detalles de los planes del presidente.
Si la propuesta de Mulino pudiera ser aunque sea parcialmente efectiva, produciría un impacto notable, pero probablemente temporal. Al igual que con las restricciones de visa que involuntariamente llevaron a los migrantes a la ruta terrestre a través de Panamá, si los factores que empujan a los migrantes a abandonar sus países persisten, encontrarán otras rutas. Una podrían ser las peligrosas rutas marítimas de Colombia a Panamá.
En una entrevista de radio local el jueves, Mulino dijo que la idea de detener el flujo migratorio es más filosófica que un obstáculo físico.
“Porque cuando empecemos a deportar gente aquí en un plan de deportación inmediata va a disminuir el interés por colarse por Panamá”, dijo. Cuando despegue el cuarto avión cargado de migrantes, “te aseguro que te van a decir que pasar por Panamá no es atractivo porque te están deportando”.
Julio Alonso, un experto en seguridad panameño, dijo que se desconoce lo que Mulino podría lograr de manera realista.
“Esto sería un cambio radical en la política panameña en materia migratoria para evitar más muertes y que el crimen organizado utilice la ruta”, afirmó. Entre los desafíos estará cómo funcionaría operativamente a lo largo de una frontera tan abierta e incontrolada.
“En Panamá no hay ningún tipo de represión con esta situación, sólo libre paso, y la ayuda humanitaria no logró reducir el número de agresiones, violaciones, homicidios y muertes en la ruta del Darién”, dijo Alonso. La propuesta de Mulino es “una medida disuasoria, sí, pero veremos si se puede ejecutar completamente”.
También es poco probable que se pueda lograr mucho sin cooperación y coordinación con Colombia y otros países, afirmó.
Adam Isacson, analista de la Oficina de Washington para América Latina, dijo que “sin considerar el riesgo de devolver a los migrantes a situaciones peligrosas, en términos matemáticos no sé cómo esperan deportar masivamente” a los migrantes.
“Un avión diario, que sería extremadamente caro, sólo repatriaría alrededor del 10% del flujo (entre 1000 y 1200 por día). Estados Unidos sólo logra realizar unos 130 vuelos mensuales en todo el mundo”, afirmó Isacson.
Agencia AP
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