El plan de Hamas para soportar una larga guerra y atrapar a Israel en Gaza
El grupo islamista cuenta con estancar a las fuerzas israelíes lo suficiente para negociar en condiciones ventajosas concesiones de corto, mediano y largo plazo
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LONDRES.- Hamas se ha preparado para una guerra larga y prolongada en la Franja de Gaza y cree que puede detener el avance de Israel el tiempo suficiente para obligar a su archienemigo a aceptar un alto el fuego, según dos fuentes cercanas a la dirección del grupo islamista.
Hamas, que gobierna Gaza, ha almacenado armas, misiles, alimentos y suministros médicos, explicaron las fuentes a condición de anominato. En ese sentido, el grupo confía en que sus miles de combatientes puedan sobrevivir durante meses en una ciudad de túneles excavados a gran profundidad bajo el enclave palestino y frustrar a las fuerzas israelíes con tácticas de guerrilla urbana.
Según explicaron las fuentes, Hamas cree en última instancia que la presión internacional para que Israel ponga fin al asedio, a medida que aumentan las víctimas civiles, podría forzar un alto el fuego y un acuerdo negociado del que saldría el grupo jihadista con una concesión tangible, como la liberación de miles de prisioneros palestinos a cambio de rehenes israelíes.
El grupo ha dejado claro a Estados Unidos e Israel en las negociaciones indirectas sobre los rehenes, mediadas por Qatar, que quiere forzar la liberación de prisioneros a cambio de rehenes, según cuatro funcionarios de Hamas, un funcionario regional y una persona familiarizada con las ideas de la Casa Blanca.
A largo plazo, Hamas ha afirmado que quiere poner fin a los 17 años de bloqueo de Gaza por parte de Israel, así como detener la expansión de los asentamientos israelíes y lo que los palestinos consideran acciones de mano dura por parte de las fuerzas de seguridad israelíes en la mezquita de Al-Aqsa, el santuario musulmán más sagrado de Jerusalén.
Expertos de la ONU pidieron esta semana un alto el fuego humanitario en Gaza y afirmaron que los palestinos corrían “grave riesgo de genocidio”. Muchos expertos ven una crisis en espiral, sin un final claro a la vista para ninguna de las partes.
“La misión de destruir a Hamas no es fácil de lograr”, afirmó Marwan Al-Muasher, ex ministro de Relaciones Exteriores y ex viceprimer ministro de Jordania, que ahora trabaja para la Fundación Carnegie para la Paz Internacional en Washington. “No hay solución militar a este conflicto. Nos encontramos en tiempos oscuros. Esta guerra no va a ser corta”.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, promete acabar con Hamas y ha rechazado las peticiones de alto el fuego. Funcionarios israelíes dicen que no se hacen ilusiones sobre lo que puede venir y acusan a los militantes de esconderse detrás de los civiles.
“Totalmente preparado”
Adeeb Ziadeh, un experto palestino en asuntos internacionales de la Universidad de Qatar que ha estudiado a Hamas, dijo que el grupo debe haber tenido un plan a más largo plazo para seguir su asalto a Israel.
“Quienes llevaron a cabo el ataque del 7 de octubre con ese nivel de destreza, de pericia, precisión e intensidad, se habrían preparado para una batalla a largo plazo. No es posible que Hamas lleve a cabo un ataque de este tipo sin estar plenamente preparado y movilizado para el resultado”, declaró Ziadeh a Reuters.
Washington espera que Hamas intente empantanar a las fuerzas israelíes en un combate calle por calle en Gaza e inflija suficientes bajas militares como para debilitar el apoyo público israelí a un conflicto prolongado, dijo la fuente familiarizada con la Casa Blanca.
No obstante, las autoridades israelíes han insistido a los estadounidenses en que están preparadas para enfrentarse a las tácticas de guerrilla de Hamas, así como para soportar las críticas internacionales a su ofensiva, según la misma fuente. Si el país tiene la capacidad de eliminar a Hamas o simplemente de degradar gravemente a la organización sigue siendo una cuestión abierta, añadió.
Hamas cuenta con unos 40.000 combatientes, según las fuentes del grupo. Pueden desplazarse por el enclave utilizando una vasta red de túneles fortificados, de cientos de kilómetros de longitud y hasta 80 metros de profundidad, construidos a lo largo de muchos años.
El Ejército israelí afirma que soldados de su unidad especial de ingeniería de combate Yahalom han estado trabajando con otras fuerzas para localizar y destruir pozos de túneles, durante lo que un vocero calificó de “compleja lucha urbana” en Gaza.
Hamas ha librado una serie de guerras con Israel en las últimas décadas y Ali Baraka, responsable de Relaciones Exteriores de la agrupación en Beirut, afirmó que había mejorado gradualmente sus capacidades militares, en particular sus misiles. En la guerra de Gaza de 2008, los cohetes de Hamas tenían un alcance máximo de 40 km, pero en el conflicto de 2021 había aumentado a 230 km, añadió. “En cada guerra, sorprendemos a los israelíes con algo nuevo”, declaró Baraka a Reuters.
Un funcionario cercano al movimiento libanés Hezbollah, respaldado por Irán y aliado de Hamas, dijo que la fuerza de combate de los jihadistas palestinos permanecía prácticamente intacta tras semanas de bombardeos. Hezbollah tiene una sala de operaciones militares conjuntas en Líbano con Hamas y otras facciones aliadas en una red regional respaldada por Irán, según fuentes de Hezbollah y Hamás.
Llamado a la destrucción
Hamas, designado movimiento terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Euroepa (UE), pidió la destrucción de Israel en su carta fundacional de 1988.
En un documento posterior conocido como su carta de 2017, el grupo aceptó por primera vez la idea de un Estado palestino dentro de las fronteras de 1967 reclamadas por Israel tras la Guerra de los Seis Días, aunque el grupo no reconoció explícitamente el derecho de Israel a existir.
Osama Hamdan, funcionario de Hamas con sede en Beirut, declaró que el atentado del 7 de octubre y el desarrollo de la guerra de Gaza volverían a poner sobre el tapete la cuestión de la creación de un Estado palestino.
“Es una oportunidad para que les digamos que podemos forjar nuestro destino con nuestras propias manos. Podemos organizar la ecuación de la región de forma que sirva a nuestros intereses”, declaró a Reuters.
Una iniciativa de paz árabe, con amplio apoyo internacional y unánime de los árabes, está sobre la mesa desde 2002. El plan ofrece a Israel tratados de paz con plenos vínculos diplomáticos a cambio de un Estado palestino soberano.
Netanyahu ha optado en cambio por buscar una alianza árabe sunita con Israel, formada por Egipto y Jordania -con los que Israel tiene tratados de paz-, así como Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos. Antes del atentado de Hamas del 7 de octubre, estaba en conversaciones con Arabia Saudita para forjar un acuerdo diplomático histórico como frente unido contra Irán, pero desde entonces ese proceso ha quedado en suspenso.
Muasher, ex ministro jordano en Carnegie, dijo que el ataque de Hamas había acabado con cualquier posibilidad de que se pudiera alcanzar la estabilidad en Medio Oriente sin comprometerse con los palestinos. “Hoy está claro que sin paz con los palestinos no va a haber paz en la región”.
Por Samia Nakhoul, Laila Bassam y Matt Spetalnick
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