El plan B del Brexit fracasa y May ofrece su renuncia si se vota su acuerdo
Planteó esa posibilidad ante los legisladores oficialistas; mañana buscará una nueva votación en el Parlamento, aunque hay resistencia
PARÍS.- En una etapa suplementaria del caos institucional en el cual el Brexit sumergió a Gran Bretaña, la Cámara de los Comunes fracasó anoche en su intento de hallar un escenario alternativo al acuerdo negociado por Theresa May con la Unión Europea (UE). Convencida de que esa opción es "la mejor para el país", la primera ministra puso su renuncia sobre la mesa, a condición de que los conservadores euroescépticos la aprueben en una tercera votación.
"Si quieren que me vaya, aprueben el acuerdo y la legislación necesaria a favor de un Brexit ordenado el 22 de mayo", prometió ayer la primera ministra a sus correligionarios tories en una reunión a puertas cerradas, poco antes de que comenzaran los debates en los Comunes sobre escenarios alternativos.
"Soy consciente de que muchos desean una nueva dirección en la segunda fase de las negociaciones del Brexit. No voy a oponerme a eso", aseguró, aludiendo a las negociaciones sobre la futura relación comercial entre el Reino Unido y la UE. Su partida, según fuentes conservadoras, se produciría durante el tercer trimestre.
Su promesa pareció conseguir el efecto buscado. Según los últimos cálculos, entre los conservadores euroescépticos que votaron en contra de su acuerdo en dos oportunidades, 40 habrían expresado su intención de aprobarlo y otros 40 estarían indecisos.
Ante ese cambio espectacular de posición, es difícil no interpretar que el problema para el sector ultra-Brexit del Partido Conservador nunca fue el acuerdo en sí, sino May y las ambiciones políticas personales de sus adversarios. Entre los "arrepentidos" está -por ejemplo- Boris Johnson, quien anunció que ahora votará a favor del acuerdo. Exalcalde de Londres, exministro de Relaciones Exteriores, figura de proa de la corriente ultra-Brexit, Johnson sueña con reemplazar a la jefa del gobierno en Downing Street.
En todo caso, si los números le son favorables, May podría organizar mañana la tercera votación de su acuerdo de salida.
Pero anoche nada era menos seguro. Sobre todo después de que el Partido Unionista Norirlandés (DUP, por sus siglas en inglés), cuyos diez diputados le son imprescindibles al gobierno para ganar cualquier votación, advirtió que "no aprobará el acuerdo negociado por la primera ministra" y tampoco se abstendrá.
"Los primeros ministros van y vienen. Pero las consecuencias comerciales y constitucionales provocadas por el acuerdo de May persistirán para siempre", afirmaban ayer fuentes de la formación, que prefiere una salida desordenada al texto de la primera ministra.
May deberá superar también otro obstáculo de talla para organizar esa votación: una nueva advertencia del speaker de los Comunes, John Bercow, que recordó que el texto no puede ser presentado sin cambios.
Fiel a su decisión de la semana pasada en ese sentido, Bercow ordenó a su equipo bloquear todo intento de presentar el mismo plan o uno similar, simplemente mediante un cambio de procedimiento. Por ejemplo, hacer votar a los diputados para que obliguen a la Cámara a ignorar esa regla legislativa, que data de hace más de 400 años.
Ayer, como estaba previsto, los diputados debatieron y votaron ocho escenarios alternativos de Brexit con el fin de conocer las preferencias parlamentarias. Pero ninguna de las ocho opciones que retuvo la presidencia de la Cámara consiguió la mayoría. Esos escenarios eran los siguientes:
1. Que el Reino Unido deje la Unión Europea (UE) sin acuerdo el 12 de abril.
2. Que negocie un acuerdo llamado "soft Brexit 2.0", con adhesión al mercado único europeo y un acuerdo aduanero.
3. Que siga siendo miembro del Espacio Único y se sume al Acuerdo Europeo de Libre Comercio.
4. Que el acuerdo sobre el Brexit incluya el compromiso de negociar con la UE una unión aduanera permanente y global, que incluya a todo el Reino Unido.
5. Que, conforme al proyecto de la oposición laborista, el país mantenga la unión aduanera y un estrecho alineamiento con el mercado único.
6. Si el Parlamento no acepta una salida sin acuerdo, que se revoque el artículo 50 del Tratado Europeo, para anular el Brexit.
7. Que se organice un referéndum de confirmación para todo acuerdo de divorcio.
8. Que el Reino Unido busque un managed no-deal (un Brexit sin acuerdo, pero controlado), si resulta imposible lograr un acuerdo de divorcio.
Una vez conocidos los resultados que confirmaron -si hacía falta- la profunda división que existe en el Parlamento, el ministro para el Brexit, Stephen Barclay, declaró que estos demostraban que el acuerdo de May era "la mejor opción". La Cámara, sin embargo, podría organizar una nueva ronda de "votos indicativos" el lunes.
Anoche, mientras la prensa aludía a "nuevos niveles de caos", todo parecía indicar, en todo caso, que el sacrificio ofrecido por May no había servido absolutamente para nada.
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