“El piso se movió como una hamaca”: un potente terremoto dejó por lo menos cinco muertos en Filipinas
El sismo fue uno de los más fuertes registrados en el país; su intensidad se sintió hasta en la capital, Manila, donde varios edificios fueron evacuados por precaución
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LA NACION
MANILA.- Al menos cinco personas murieron esta mañana tras un poderoso sismo de 7 grados de magnitud que sacudió el norte de Filipinas y se hizo sentir hasta en la capital, Manila, a más de 300 kilómetros de distancia del epicentro.
El terremoto, que comenzó a las 8.43 de la mañana, golpeó una zona montañosa de la provincia de Abra y provocó daños en la infraestructura del lugar, informó Renato Solidum, director del Instituto Filipino de Vulcanología y Sismología, quien describió la sacudida como un temblor de gran magnitud.
Solidum aseguró que en la ciudad de Manila, así como en otras ciudades aledañas, el fuerte temblor se sintió en intensidad 5. Allí, varios edificios fueron evacuados para prevenir mayores daños. Dos hospitales de la capital evacuaron a sus pacientes, algunos en sillas de ruedas, pero más tarde regresaron a los centros cuando los ingenieros encontraron apenas pequeñas grietas en las paredes.
“El suelo se meció como si estuviera en una hamaca y de inmediato se fue la luz. Salimos a toda prisa de la oficina, y escuché algunos gritos y algunos de mis compañeros lloraban”, dijo Michael Brillantes, agente de seguridad en la localidad de Lagangilang, en Abra, cerca del epicentro. “Fue el sismo más fuerte que he sentido y pensé que el suelo se iba a abrir”.
Al menos 78 personas en la región resultaron heridas y decenas de edificios sufrieron daños por los desprendimientos de tierra. Los servicios de electricidad y de comunicaciones se vieron interrumpidos.
Las autoridades reportaron al menos cinco muertos, una cifra que podría elevarse durante la jornada. Dos trabajadores de la construcción murieron en la provincia de Benguet y una mujer de 23 años falleció aplastada cuando se cayó un muro en el municipio de Bangued, situado en la provincia de Abra. Otra persona perdió la vida al precipitarse de una obra en construcción en la región de Kalinga. Otros seis trabajadores resultaron malheridos. La quinta víctima es una anciana que pereció en el municipio de Suyo luego de que un desplazamiento de tierra la sepultara mientras caminaba.
El medio local The Manila Times reportó que un total de 14 carreteras nacionales “están intransitables al tráfico debido al desprendimiento de rocas, al colapso del suelo y a razones de seguridad”, según el Departamento de Obras Públicas y Carreteras (DPWH). Las operaciones de retirada de escombros están en curso.
En la ciudad de Vigán, en la provincia de Ilocos Sur, algunos edificios del período colonial español (1565-1898) sufrieron daños. Entre ellos, el histórico campanario de Bantay, una conocida atracción turística, que sufrió importantes daños durante el sismo.
La Cruz Roja publicó una imagen de un edificio de tres plantas inclinado peligrosamente hacia una carretera cubierta de escombros en Abra.
Mira Zapata, un estudiante, contó que se encontraba en su casa en la ciudad de San Juan cuando sintió un “temblor muy fuerte”.
“Empezamos a gritar y salimos corriendo”, dijo, mientras las réplicas continuaban. “Nuestra casa está en buen estado, pero las que están abajo de la colina sufrieron daños”.
Al menos 58 desplazamientos de tierra se constataron en la región, señaló el secretario de Interior, Benjamin Abalos.
El presidente filipino, Ferdinand Marcos Jr, cuya residencia familiar se encuentra en el norte del país, pidió a los habitantes que permanezcan en refugios de emergencia hasta que se verifique el estado de sus viviendas.
Filipinas suele ser sacudido por sismos debido a su ubicación en el “Anillo de Fuego” del Pacífico, un arco de intensa actividad sísmica que se extiende de Japón al Sureste Asiático y la cuenca del Pacífico.
El terremoto de hoy fue uno de los más fuertes del país hasta ahora. En octubre de 2013, un terremoto de magnitud 7,1 en la isla de Bohol, en el centro del país, causó más de 200 muertos y 400.000 desplazados. El movimiento telúrico fue tal que desencadenó desprendimientos de tierra catastróficos y cambió el paisaje de la isla.
En 1990, el terremoto de Luzón, de magnitud 7,8, también en el norte de Filipinas, sesgó la vida de más de 1600 personas, provocó grandes deterioros en Manila y arrasó más de 100 kilómetros de terreno.
Filipinas también recibe unos 20 tifones y tormentas tropicales cada año, lo que la convierte en uno de los países más propensos a las catástrofes naturales.
Agencias AFP y AP
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