El paso de Florence dejó 11 muertos y amenaza con más inundaciones
WASHINGTON.- Florence descargó "épicas" cantidades de agua en la costa sudeste de Estados Unidos a medida que continuaba su lento recorrido hacia el interior del país, pero la tormenta tropical generó menos destrucción de la que se preveía, aunque las autoridades mantuvieron el alerta y las advertencias por las inundaciones.
Las lluvias, inundaciones y vientos provocados por Florence ya habían dejado hasta ayer por lo menos 11 muertos, según autoridades locales. Las lluvias en Carolina del Norte, el estado donde Florence tocó tierra, habían roto el récord que dejó el huracán Floyd en 1999.
"Florence está lejos de haber terminado", indicó el Servicio Meteorológico Nacional, a medida que la tormenta comenzaba a descargar copiosas lluvias en Carolina del Sur tras causar estragos en Carolina del Norte. El gobierno alertó sobre la posibilidad de inundaciones "catastróficas y potencialmente mortales" durante los próximos días, y el riesgo de aludes de tierra en los Apalaches.
Algunas imágenes de ciudades costeras en las Carolinas, como Wilmington o New Bern, en Carolina del Norte, o North Myrtle Beach, en Carolina del Sur, mostraban daños mucho más leves a los que anticipaban las alertas y las advertencias que habían dado durante toda la semana la Casa Blanca y los gobiernos estatales y locales. Así y todo, decenas de miles de personas aguardaban en refugios el fin de la tormenta para poder retornar a sus casas y ver con qué realidad se topaban.
"El peligro de inundación por esta tormenta es más inmediato hoy [por ayer] que cuando tocó tierra hace poco más de 24 horas", dijo el gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper.
"Más personas ahora se enfrentan a una amenaza inminente que cuando la tormenta estaba en alta mar. No puedo exagerar: las aguas de las inundaciones están aumentando. Si no se están cuidando, están arriesgando su vida", indicó.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) advirtió que Florence, que fue degrada de huracán a tormenta tropical tras tocar tierra, arrojaría entre 760 y 1020 milímetros de agua en la costa sudeste de Carolina del Norte y en parte del nordeste de Carolina del Sur, así como otros 250 milímetros en el sudoeste de Virginia.
Cooper reconoció que muchas personas podían llegar a pensar que la tormenta no los había afectado, pero advirtió que Florence todavía podía desbordar ríos en los próximos días si las lluvias no se detienen, y provocar, así, muchos más daños.
Cooper confirmó cinco muertes y dijo que se investigaban varias más en el estado. En Carolina del Sur, las autoridades reportaron la primera víctima: una mujer cuyo vehículo fue golpeado por un árbol el viernes por la noche.
La Agencia Federal de Administración de Emergencias (FEMA, según sus siglas en inglés) movilizó a unas 1200 personas para las operaciones de búsqueda y rescate en los pueblos y ciudades más afectados. El ejército de Estados Unidos y voluntarios de todo el país se sumaron a las tareas.
La guardia costera también prestaba asistencia en decenas de operaciones aéreas en Carolina del Norte y del Sur.
Las ráfagas de viento causaron daños severos, al arrancar árboles y postes de luz. Más de 1.000.000 hogares no tenían electricidad en las primeras horas de ayer, según los Servicios de Administración de Emergencias de Carolina del Norte, una cifra que debía subir a medida que la tormenta continuaba descargando agua.
En Wilmington, una ciudad de unos 120.000 habitantes en la costa atlántica de Carolina del Norte, las calles estaban vacías y llenas de escombros y árboles caídos, aunque también se venían automóviles circulando sin problemas por las calles despejadas.
"El hecho de que no hayamos tenido más muertes o daños es increíble y es una bendición", afirmó a Reuters Rebekah Roth, mientras caminaba por el vecindario de Winoca Terrace en Wilmington.
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