El paso de Matthew dejó más de 800 muertos en Haití y se teme una crisis humanitaria
La cifra podría ser más elevada por la falta de datos de zonas de difícil acceso; alarma internacional por la pérdida de cosechas y la ausencia de agua
PUERTO PRÍNCIPE.- El rastro de destrucción del huracán Matthew, que a principios de la semana arrasó el sur de Haití, dejó atónitos a los rescatistas que finalmente lograron acceder a las zonas afectadas, y que describieron un panorama de tierra arrasada con la desmesurada cifra de más de 800 muertos. Un número que podría ser todavía más elevado cuando entren los datos de regiones apartadas de las que falta información.
Los vientos y las lluvias inundaron miles de casas, dañaron escuelas y destruyeron importantes superficies agrícolas, empresas, rutas y puentes, en tanto se teme el resurgimiento de enfermedades infecciosas como el cólera, en un país muy vulnerable a las tormentas por una importante deforestación que potencia los estragos naturales. La mayoría de las muertes se registraron en Les Cayes, Dame Marie y Jeremie, en la zona sur.
"La destrucción es muy considerable, por ahora estamos tratando de mejorar las situaciones de urgencia", dijo Jocelerme Privert, presidente interino de Haití, un país que todavía no se recuperó de los estragos del terremoto de 2010 que dejó más de 250.000 muertos, otros tantos heridos y 1,5 millones de damnificados. Muchos de ellos siguen viviendo al día de hoy en carpas o viviendas improvisadas.
Al menos tres aldeas reportaron decenas de víctimas, incluida la población agrícola montañosa de Chantal, donde el alcalde dijo que perdieron la vida 86 personas, principalmente por la caída de árboles sobre las casas, y que tienen otros 20 desaparecidos.
La localidad costera de Les Anglais perdió también "varias decenas" de personas, según declaró un funcionario. Les Anglais fue el primer lugar de Haití al que llegó Matthew, en forma de un poderoso huracán de categoría 4, antes de desplazarse hacia el norte, perder fuerza y recuperarla camino a Florida, cuyas costas estaba azotando ayer.
La caída de las redes telefónicas y la inundación de las rutas por la subida del nivel del mar y el desborde de los ríos ralentizó la llegada de la ayuda a las localidades de la península occidental del país, la zona más afectada, por lo que los residentes se ayudaban entre ellos.
Muchos países ofrecieron ayuda, en tanto algunas ONG llamaron a una movilización urgente por temor a un agravamiento de la crisis humanitaria. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) afirmó que se prepara para un posible aumento del cólera, una epidemia que afectó al país en el terremoto de 2010, mientras que Oxfam consideró urgente garantizar agua potable para que no se propaguen las enfermedades por carencias sanitarias.
Unicef advirtió asimismo que medio millón de chicos viven en las zonas de Haití más golpeadas por Matthew, y la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) indicó que algunas zonas afectadas perdieron hasta el 80% de la cosecha, lo que preanuncia una posible escasez de alimentos.
En un contexto mucho más preparado para situaciones de catástrofe, pero sin que nadie pueda bajar la guardia, Matthew avanzaba ayer sobre la costa de Estados Unidos con vientos de 195 kilómetros por hora, y activó multitudinarias evacuaciones en la zona atlántica desde Florida y Georgia hasta Carolina del Norte y Carolina del Sur. El sur de Florida escapó del peor impacto de la tormenta durante la madrugada de ayer, pero el presidente Barack Obama pidió a los residentes seguir atentos por el potencial destructivo de un ciclón que seguía siendo peligroso.
El Servicio Nacional de Mete- orología advirtió sobre un "impacto potencialmente desastroso".
Agencias ANSA, EFE y Reuters
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