El Papa recibió a Blinken en un momento de tensión entre Biden y la Iglesia de EE.UU.
La audiencia duró 40 minutos y se tocaron temas candentes de la agenda internacional; la visita fue el preludio del esperado encuentro con el presidente de Estados Unidos, probablemente a fin de octubre
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ROMA.- El Papa Francisco recibió hoy por primera vez en audiencia al secretario de estado de Estados Unidos, Antony John Blinken, el canciller del presidente Joe Biden, con quien compartió 40 minutos en los que estuvieron sobre la mesa los temas candentes (”hot botton issues”) de la agenda política internacional, entre los cuales Venezuela.
“La audiencia duró unos 40 minutos y fue una oportunidad para que el Papa recordara el viaje que realizó en 2015 y expresara su afecto y atención al pueblo de los Estados Unidos de América”, hizo saber el director de la Sala de Prensa, Matteo Bruni, en un escueto comunicado.
Antes de reunirse con el Papa Francisco, Blinken se reunió con el secretario de Estado del Vaticano y número dos del Pontífice, el cardenal Pietro Parolin y con el arzobispo británico Paul Gallagher, secretario para las relaciones con los Estados y “canciller”. Entonces, según pudo saber LA NACION de fuentes vaticanas, “tocaron todos los temas candentes, incluyendo la situación en Medio Oriente, Tierra Santa y China”.
El vocero del Departamento de Estado, Ned Price, en tanto, contó que la crisis en Venezuela también fue uno de los argumentos centrales que tuvo Blinken en el Vaticano, junto a Siria. “Les reiteró el apoyo de Estados Unidos al retorno a la democracia en Venezuela y nuestro deseo de ayudar al pueblo venezolano a reconstruir su país”, dijo el funcionario. La administración Biden adoptó un enfoque más discreto con respecto al del ex presidente Donald Trump, quien impuso amplias sanciones y amenazó con deponer a la fuerza al presidente socialista Nicolás Maduro. Price informó también que se tocaron temas de interés común, entre ellos la migración, el cambio climático y la campaña de vacunación mundial contra el Covid-19.
Blinken es el segundo alto funcionario de la nueva administración demócrata estadounidense que visita al Papa, que el 15 mayo pasado recibió al exsecretario de Estado, John Kerry, enviado especial para el clima del presidente Biden.
Las dos visitas son vistas como el preludio de la más que esperada reunión entre el Papa y el presidente Biden, el segundo mandatario católico de la historia de Estados Unidos después de John F. Kennedy. Esta audiencia se espera para fines de octubre, cuando tendrá lugar la cumbre del G-20 en Roma. Aunque también se habla de la posibilidad de que el Papa y Biden, que ya se conocen, puedan reunirse en noviembre en Glasgow, en la sesión de apertura de la reunión COP26 sobre Cambio Climático.
A diferencia de la anterior administración republicana encabezada por Trump, con la que Jorge Bergoglio tuvo claras divergencias en diversos temas cruciales, con la de Joe Biden hay más sintonía y coincidencias.
Biden -que ostenta una foto junto a Jorge Bergoglio en su despacho-, se reunió con él en 2013, 2015 y 2016, cuando fue vicepresidente de Barack Obama. En la Santa Sede nunca ocultaron su satisfacción por el cambio de rumbo que significó su llegada a la Casa Blanca en cuanto a cuestiones consideradas cruciales para el Papa como el cambio climático, la paz en Medio Oriente y en Tierra Santa, el drama de los migrantes, la necesidad de combatir el Covid-19 y de reforzar el multilateralismo.
La reunión entre Blinken y el Papa se dio en medio de un fuerte ataque de gran parte del episcopado estadounidense contra Biden, a quien querrían no dejar comulgar porque, si bien se opone a nivel personal, respalda el derecho al aborto, práctica considerada un pecado grave por la Iglesia católica. Antes de que votaron el 18 de junio pasado a favor de la elaboración de un documento, en noviembre, sobre este tema que obsesiona a la derecha católica, con el objetivo de privar de la comunión a Biden y otros políticos, el Vaticano dejó en claro que no estaba de acuerdo. La Congregación para la Doctrina de la Fe, en efecto, en una carta firmada por el cardenal Luis Ladaría, titular de ese dicasterio, desaconsejó cualquier acción en ese sentido advirtiendo que causaría ulterior polarización. No trascendió si en los 40 minutos de conversación, el Papa y Blinken hablaron también de este tema.
Antes de reunirse con el exarzobispo de Buenos Aires –que lo recibió muy sonriente, según puede verse en las imágenes que trascendieron-, Blinken pudo disfrutar de un tour por la espectacular Capilla Sixtina, uno de los puntos fuertes de los Museos Vaticanos y el sitio donde se realizan los cónclaves para elegir al nuevo Papa.
Blinken llegó ayer a Italia, última parada de su gira europea que también lo llevó a Alemania y Francia. Después de su paso por el Vaticano de la mañana, participó de la Conferencia Internacional de la Coalición anti Estado Islámico (EI) que se celebra en esta capital con la participación de más de 80 países. Mañana estará en la ciudad de Matera para participar en la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G-20, en cuyo marco tendrá una reunión bilateral con el canciller argentino, Felipe Solá, según se anunció.
El predecesor de Blinken, Mike Pompeo, no tuvo una audiencia privada con Francisco cuando visitó el Vaticano a fines de septiembre del año pasado, cuando se reunió solo con Parolin y Gallagher. Las autoridades vaticanas entonces hicieron saber que no querían dar una imagen de favoritismo apenas unas semanas antes de las elecciones en Estados Unidos. Pero la verdad es que entonces hubo tensión entre las dos partes porque Pompeo criticó la posición del Papa en cuanto a China y hasta le pidió al Vaticano sumarse a Estados Unidos en la denuncia de las violaciones de la libertad religiosa en la superpotencia asiática.
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