El papa Francisco, sobre la guerra de Ucrania: “Todos saben cuál es mi postura, con Putin o sin Putin, sin nombrarlo”
Francisco volvió a explicar su posición sobre Ucrania, en el pasado criticada, en una entrevista con la revista jesuita estadounidense America Magazine; “ciertamente quien invade es el Estado ruso, eso es muy claro”
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ROMA.- “¿Por qué no lo nombré a Putin? Porque no era necesario, ya se sabía. Todos saben cuál es mi postura, con Putin o sin Putin, sin nombrarlo”. El papa Francisco, en el pasado criticado por una posición en teoría ambigua en el conflicto con Ucrania por no mencionar con todas las letras al presidente ruso, Vladimir Putin, volvió a explicar por qué y cuál es su postura, en una entrevista con la revista nortemericana jesuita America Magazine, publicada hoy.
“Cuando hablo de Ucrania, hablo de pueblo mártir, de un pueblo martirizado. Si hay un pueblo martirizado hay alguien que lo martiriza. Cuando hablo de Ucrania, hablo de la crueldad porque tengo mucha información de la crueldad de las tropas que vienen. Generalmente los más crueles son quizás los pueblos que son de Rusia, pero no son de la tradición rusa, como los chechenos, los buryatis, etc.”, dijo el Pontífice, que no ocultó cierta perplejidad ante el hecho de que siga habiendo confusión en esta cuestión y que se lo siga malinterpretando. “Ciertamente quien invade es el Estado ruso. Eso es muy claro. A veces trato de no especificar para no ofender y más bien condenar en general, aunque se sabe bien a quién estoy condenando. No es necesario que ponga el nombre y el apellido”, afirmó.
Estas afirmaciones, sobre todo las alusiones a los chechenos y buryatis, cayeron pésimo en Rusia, donde Maria Zakharova, vocera del ministerio de Relaciones Exteriores, reaccionó diciendo que “ya no se trata de rusofobia, sino de perversión de la verdad de no sé qué nivel”, según la agencia Tass.
Como en otras ocasiones, Francisco recordó que el segundo día de la guerra fue a la embajada rusa, un gesto inusual porque un papa nunca va a una embajada. “Y ahí le dije al embajador que le dijera a Putin que yo estaba dispuesto a viajar, a condición que me dejara una ventanita chiquita para negociar”, contó, aunque ese intento no tuvo éxito. Precisó que habló tres veces por teléfono con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky y que suele recibir listas de presos, civiles o militares y hacerlas llegar al gobierno ruso, algo que tuvo una respuesta “siempre muy positiva”. “También pensé viajar, pero tomé la decisión: si viajo, voy a Moscú y a Kiev, a las dos, no a un solo lugar. Y nunca di la impresión de estar tapando la agresión”, insistió, al reveler que ya “tres o cuatro veces” recibió a delegados de Ucrania, del gobierno.
Recordó, además, que envió en diversas oportunidades a dos cardenales (Michael Czerny y Konrad Krajevsky) y a su “canciller”, Paul Gallagher, a Ucrania, para expresar su cercanía. “O sea que la presencia de la Santa Sede con los cardenales es muy fuerte y estoy en contacto continuo con personas informadas”, explicó. Y, como hizo el miércoles pasado en la audiencia general y en una sentida carta que le escribió el viernes al pueblo ucraniano al cumplirse nueve meses de guerra “absurda”, volvió a evocar el aniversario del Holodomor, el genocidio que Stalin hizo con los ucranianos (en 1932-33): “Creo que eso conviene mencionarlo como un antecedente histórico de la lucha”. Recordó, asimismo, que “la postura de la Santa Sede es buscar la paz y buscar un entendimiento. Y la diplomacia de la Santa Sede se está moviendo en esa dirección y por supuesto siempre está dispuesta a una mediación”.
Polarización en EE.UU.
En otro orden, el Papa lamentó la polarización que vive la Iglesia Católica en los Estados Unidos. “La polarización no es católica. Un católico no puede pensar aut-aut [o-o en latín] y reducirlo todo a polarización. La esencia de lo católico es et-et [y-y en latín]. Lo católico une lo bueno y lo no tan bueno. El pueblo de Dios es uno solo. Cuando hay polarización entra una mentalidad divisoria, que privilegia unos y deja de lado a otros”, explicó.
Aunque recientemente fue nombrado nueve jefe de los obispos de Estados Unidos el arzobispo castrense Timothy Broglio, un prelado conservador, considerado “anti-Francisco”, no se tocó este tema. Pero sí hubo una pregunta sobre la bajísima confianza que, según una encuesta, los católicos le tienen a la Conferencia Episcopal de ese país. Y el Papa distinguió que una cosa es el pastor, el obispo, y otra la organización, que se puede equivocar y donde “luchan las tendencias, más de derecha, más de izquierda y de alguna manera no hay una responsabilidad de carne y hueso como la de su obispo con su pueblo”, explicó. “Jesús no creó la conferencia espiscopal, Jesús creó a los obispos y cada obispo es pastor de su pueblo”, sentenció.
Mujeres, racismo y abusos
Sobre el acceso de las mujeres al sacerdocio, un tema candente en Estados Unidos, el Papa volvió a explicar que no está previsto el principio de la “ministerialidad” para las mujeres y que esto no significa una privación. Pero que “la Iglesia es mujer y esposa”, que María es superior a Pedro, un principio mariano, místico y como no está aun desarrollada una teología de la mujer, al momento sólo hay posibilidad de un principio administrativo. Como en otras ocasiones, destacó el genio femenino: “La mujer es madre y ve mejor el misterio de la Iglesia que nosotros los varones. Por eso el consejo de una mujer es tan importante. Y la decisión de una mujer es mejor”, elogió, contando anécdotas al respecto. “Cuando una mujer entra en política o en gestionar cosas, generalmente lo hace muy bien. Y son las mujeres, hay muchas economistas, las que están renovando la economía en sentido constructivo”, sumó.
Ante una pregunta sobre el racismo en el seno de la Iglesia Católica estadounidense, el Papa lo consideró un pecado “intolerable”. Consideró por otro lado “monstruoso” el abuso sexual de menores. Y ante una pregunta sobre el hecho de que algunos lo consideran “el papa comunista”, subrayó que él trata de seguir el Evangelio. “A mí me iluminan mucho las bienaventuranzas, pero sobre todo el protocolo con el cual vamos a ser juzgados: Mateo 25. Tuve sed y me diste de beber, estuve preso y me visitasteis, estuve enfermo y me cuidaste. ¿Jesús es comunista entonces?”, preguntó. “El problema que está detrás de esto es el reduccionismo sociopolítico del mensaje evangélico. Y si yo veo el Evangelio solamente en modo sociológico, y, sí, soy comunista y Jesús también”, aseguró, sin tapujos.
En una entrevista en la que se mostró de buen humor, cuando al final le preguntaron al Papa, que en marzo cumplirá diez años de pontificado, si había tres cosas que habría hecho en forma diferente o de las que se arrepentía, contestó, entre risas: “¡All! ¡All! (¡Todo! ¡Todo!) Todo diferente. Pero hice lo que el Espíritu Santo me iba diciendo que tenía que hacer. Y cuando no lo hice, me equivoqué”.
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