El papa Francisco reaparecerá el domingo tras la operación: rezará el Ángelus desde su suite del hospital
Seguirá la costumbre que inició Juan Pablo II, que estuvo varias veces internado en el mismo lugar; ayer caminó por el pasillo y reanudó su trabajo, indicó el Vaticano
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ROMA.- Mientras el papa Francisco, de 84 años, sigue recuperándose de su operación de colon del domingo pasado, el Vaticano finalmente reveló hoy la incógnita que desvelaba a todos los vaticanistas en los últimos días: siguiendo los pasos de su predecesor polaco, Juan Pablo II, este domingo el pontífice argentino también rezará la tradicional oración mariana del Ángelus desde la ventana de su suite del décimo piso hospital Gemelli.
En el parte médico diario que el Vaticano difunde al mediodía italiano (las 7 de la Argentina), el vocero papal, Matteo Bruni, en efecto, confirmó que “el próximo domingo está previsto que el Ángelus se rece desde la décima planta del Hospital Gemelli”. Se especulaba desde hace días sobre esta posibilidad, ya que Juan Pablo II, que estuvo internado al menos en nueve ocasiones en el Gemelli, la primera después del atentado sufrido el 13 de mayo de 1981 en la Plaza de San Pedro, lo hizo tres veces, tanto que se volvió casi una costumbre.
Así las cosas, finalmente pasado mañana los enormes teleobjetivos de los fotógrafos que hacen guardia desde hace días apostados en un espacio frente al hospital, apuntando sobre las cinco ventanas del décimo piso de la suite papal, con persianas blancas siempre cerradas, podrán desahogarse. Y todo el mundo podrá finalmente ver en vivo y en directo por el canal televisivo del Vaticano cómo está el Papa a casi una semana de su operación para resolver un problema intestinal bastante normal a su edad, pero que fue más seria y delicada de lo que se pensaba ya que no sólo fue con técnica de laparoscopía, sino también con bisturí. La biopsia de la parte de colon extirpada dio bien y confirmó que se trataba de divertículos, como le habían diagnosticado, y no de un tumor benigno.
La intervención, que duró tres horas y fue bajo anestesia general, tuvo lugar el domingo, horas después de que el Papa apareciera como siempre para la oración del Ángelus desde la ventana de su despacho del Palacio Apostólico. Aunque planificada, ya que se trataba de un problema intestinal que Francisco venía arrastrando desde hace meses, según trascendió, lo sabían contadas personas y sorprendió al mundo.
Evolución
Más allá de la alarma inicial, la evolución de Francisco sigue bien. “Pasó un día tranquilo con una evolución clínica normal. Sigue comiendo con regularidad y continúa con los tratamientos programados”, dijo Bruni, que contó, además, que ayer “caminó por el pasillo y reanudó su trabajo, alternándolo con momentos de lectura de textos”. “Por la tarde, celebró la santa misa en la capilla de su apartamento privado, de la que participaron los que le asisten en estos días de hospitalización”, agregó.
Finalmente, precisó que después del ligero episodio febril del miércoles por la noche, “el Santo Padre ya no tiene fiebre”. Y volvió a agradecer de su parte los numerosos mensajes de afecto y cercanía que recibe a diario y pide que se siga rezando por él”.
La última vez que Juan Pablo II recitó el Ángelus desde el décimo piso del Gemelli, más que recordada, fue el 6 de febrero de 2005, cuando, enfermo de Parkinson y muy frágil, ya estaba muy mal -de hecho murió el 2 de abril siguiente- y había sido internado por una crisis respiratoria. Entonces solo impartió, al final, con voz ronca y casi inaudible, la bendición, mientras que la recitación de la oración mariana estuvo a cargo de un argentino, quien solía ser entonces su “voz” y su sustituto de la Secretaría de Estado, el hoy cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Karol Wojtyla inauguró la costumbre de impartir la bendición desde el Policlínico Gemelli el 17 de mayo de 1981, cuatro días después del atentado que sufrió de manos del turco Mehmet Ali Agca. Entonces el papa polaco, que nunca temió a las cámaras, dio la bendición desde su lecho, lo que sorprendió al mundo, que nunca había visto a un papa en pijama blanco, en la cama. La segunda vez fue en octubre de 1996, luego de una intervención de apendicitis, cuando al asomarse a la ventana del hospital dijo, con gran sentido del humor: “Saludo a los presentes desde este «Vaticano III»” y luego señaló al Palacio Apostólico como el número I y la residencia veraniega de Castelgandolfo como el número II.
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