El papa Francisco pidió que los padres no condenen a sus hijos por sus “orientaciones sexuales diferentes”
En una catequesis sobre San José, el pontífice habló sobre la paternidad; además, reveló que tiene un ligamento de la rodilla derecha inflamado
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ROMA.- El papa Francisco reiteró hoy que los padres no deben condenar a los hijos que son gays, en el marco de una reflexión más amplia en la que, como ya dijo en otras oportunidades, reiteró que los padres en ningún caso deben tener actitud condenatoria hacia sus hijos.
Al reflexionar sobre la figura de San José en su tradicional audiencia de los miércoles y sobre los problemas que suelen enfrentar los padres, saliéndose del texto que tenía preparado incluyó a los “padres que ven orientaciones sexuales diferentes en los hijos, cómo gestionar esto y acompañar a los hijos y no esconderse en una actitud condenatoria”.
No es la primera vez que el Papa habla así, ya que más de una vez dijo que los homosexuales tienen derecho a ser aceptados por sus familias como hijos y hermanos. Además, aunque la Iglesia rechaza el matrimonio entre personas del mismo sexo, respaldó las uniones civiles que significan que las parejas gay puedan tener derechos relacionados con salud, jubilación y herencia.
En la misma catequesis, que fue mucho más amplia y que pronunció en el Aula Pablo VI antes centenares de fieles, Francisco también habló de los padres agobiados por hijos enfermos o con enfermedades permanentes o los que ven a sus hijos morir, incluso por accidentes de auto. Mencionó, además, “a los padres que ven a los hijos que no van bien en la escuela y no saben qué hacer”. “[Son] muchos los problemas de los padres. Pensemos cómo ayudarlos. Y a estos padres les digo: no se asusten. Sí, hay dolor. Mucho. Pero piensen cómo resolvió los problemas José y pídanle a José que los ayude. Nunca condenar a un hijo”, recomendó.
Y recordó una anécdota de cuándo era arzobispo de Buenos Aires e iba en colectivo y pasaba delante de la cárcel. “Estaba la fila de personas que tenían que entrar para visitar a los presos. Y había madres ahí que me daban mucha ternura: delante del problema de un hijo que se ha equivocado, está preso, no le dejaban solo, daban la cara y lo acompañaban”, evocó, al elogiar la “valentía de papá y mamá que acompañan a los hijos siempre, siempre”. “Pidamos al Señor que dé a todos los padres y a todas las madres esta valentía que dio a José. Y después, rezar para que el Señor nos ayude en estos momentos”, exhortó.
“Nunca la guerra”
Al final de la audiencia y antes de rezar el Padre Nuestro, tal como se esperaba al haber convocado hoy a una jornada de oración por Ucrania, al centro de fuertes tensiones con Rusia, volvió a hacer un llamamiento por la paz en la exrepública soviética. “Los invito a rezar por la paz en Ucrania y a hacerlo a menudo en esta jornada: pidámosle con insistencia al Señor que esa tierra pueda ver florecer la fraternidad y superar heridas, miedos y divisiones”, dijo. Y auspició que las oraciones e invocaciones puedan “tocar las mentes y los corazones de los responsables, para que hagan prevalecer el diálogo y el bien de todos sea antepuesto a los intereses de parte”. “Por favor, nunca la guerra”, imploró.
Finalmente, el Papa reveló que tiene un ligamento de la rodilla derecha inflamado, al explicar que no iba a poder bajar de su estrado a saludar a los fieles de las primeras filas, como suele hacer al final de la audiencia general. “Es una cosa pasajera. Dicen que esto le pasa sólo a los viejos, no sé por qué me pasó a mí”, comentó, con su habitual humor porteño más que intacto, generando un fuerte aplauso.
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