El papa Francisco en Egipto: "No a cualquier forma de violencia en nombre de Dios"
El pontífice pronunció su primer discurso en una conferencia de paz organizada por la universidad de Al Azhar, el mayor centro cultural sunnita del mundo
EL CAIRO.- “Repitamos un «no» fuerte y claro a cualquier forma de violencia, venganza y odio cometidos en nombre de la religión o en nombre de Dios. Juntos, afirmemos la incompatibilidad entre violencia y fe, entre creer y odiar”.
No bien pisó hoy por primera vez Egipto, la mayor nación árabe del mundo, últimamente epicentro de cruentos atentados de fundamentalistas islámicos, el papa Francisco volvió a condenar, en forma contundente, el uso de la religión para justificar cualquier forma de violencia. En su primer discurso de una visita de menos de dos días, pronunciado en una conferencia de paz organizada por la universidad de Al Azhar, el mayor centro cultural sunnita del mundo, considerado “el Vaticano” de los musulmanes, tal como se esperaba, también llamó a musulmanes y cristianos a una urgente alianza de civilizaciones para la paz y el encuentro, con un objetivo claro: “contrastar la barbarie de quien sopla sobre el odio e incita a la violencia”.
“Las religiones están llamadas, especialmente hoy, a excluir cualquier posición absoluta que justifique formas de violencia (…) y a condenar como falsificación idolátrica de Dios los intentos de justificar cualquier forma de odio en nombre de la religión”, sentenció el Papa.
Francisco, segundo pontífice que viaja a Egipto después de Juan Pablo II en febrero de 2000, habló así después de ser recibido con todos los honores por el presidente egipcio, Abdel Fatah Al Sisi, en su espectacular Palacio Presidencial de Heliópolis, en las afueras de El Cairo. Durante el vuelo de 3 horas que lo trajo a esta caótica metrópolis de más de 10 millones de habitantes -blindada como nunca, con tanques y militares desplegados en sus avenidas-, como siempre el Papa pasó a saludar, uno por uno, a los 75 periodistas que lo acompañan. “Gracias por su trabajo, esta visita es una ayuda a la unidad y la hermandad”, dijo.
En su primer discurso, en la conferencia de paz organizada por Al Azhar, el Papa elogió el patrimonio cultural “inestimable” de Egipto, tierra milenaria que siempre valoró la instrucción, algo fundamental también en la situación explosiva que vive hoy el mundo. “No habrá paz sin una adecuada educación de las jóvenes generaciones”, advirtió.
Algunos egipcios acusan a la universidad de Al Azhar, donde estudian imanes de todo el mundo, de ser, más allá de las intenciones de su rector, el jeque Ahmad Al Tayeb -un clérigo moderado con quien el Papa se reunió previamente en privado-, cuna de algunos musulmanes extremistas.
“El futuro de todos depende del encuentro entre las religiones y las culturas”, dijo Francisco, al reiterar la importancia del diálogo interreligioso. “La única alternativa a la civilización del encuentro es la incivilidad del enfrentamiento”, agregó, al llamar a cristianos y musulmanes a aliarse en nombre del bien común. Luego de evocar el encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán Malik al Kamil en esta tierra, hace ocho siglos, recordó que en el Monte Sinaí (en la península homónima, Moisés recibió de Dios la table de los diez mandamientos, entre los cuales uno, en el convulsionado mundo de hoy, es esencial: “no matarás”.
“Hoy hace falta constructores de paz, no provocadores de conflicto, de bomberos y no de incendiarios, de predicadores de reconciliación, no activistas de destrucción”, agregó, en italiano. Sus palabras eran traducidas en forma simultanea. Lo escuchaban entonces en silencio, en el hall de conferencias de Al Azhar, líderes religiosos de la región, el patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé II, docentes y alumnos. “Esperamos que esta visita del Papa traiga paz a toda la región, la necesitamos”, dijo a La Nación monseñor Basilio Yaldo, obispo católico caldeo de Bagdad, que viajó desde Irak para participar de la conferencia.
Francisco condenó, asimismo, a “los populismo demagógicos que no ayudan a consolidar la paz y la estabilidad”. “Ninguna incitación violenta garantizará la paz y cualquier acción unilateral que no encamine procesos constructivos y compartidos es un regalo a los impulsores de los radicalismos y de la violencia”, dijo. Estas palabras parecieron aludir a personajes como el presidente estadounidense, Donald Trump.
Como en otras ocasiones, el Papa terminó su primer discurso -interrumpido varias veces por aplausos-, subrayando que para prevenir los conflictos y edificar la paz es “fundamental” actuar para remover las situaciones de pobreza y explotación, “donde los extremismos más se radican”, y “bloquear los flujos de dineros y de armas hacia quien fomenta violencia”. “Es necesario arrestar la proliferación de armas” y “volver transparentes las turbias maniobras que alimentan el cáncer de la guerra, si no pueden prevenirse las causar reales”.
“Auspicio que esta noble tierra de Egipto, con la ayuda de Dios, pueda aún responder a su vocación de civilización y alianza, contribuyendo a desarrollar procesos de paz para este amado pueblo y para la entera región de Medio Oriente”, dijo, cerrando su discurso con palabras en árabe: “¡Al Salamó Alaikum!”, que la paz esté con vosotros.
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