El papa Francisco en Chile: polémicas, definiciones y omisiones que dejó su visita

SANTIAGO, Chile.- En su gira por este país, que lo llevó a tres ciudades en cuatro días, Francisco dio nueve discursos y algunas declaraciones fuera de lo previsto. Con sus palabras, o con sus acciones, el pontífice lanzó definiciones que eran esperadas, pasó por alto temas candentes y despertó polémicas que resuenan aun después de su partida.

1. Polémicas

Abusos en la Iglesia

En su primer discurso en Chile, el Papa expresó “dolor y vergüenza” por los casos de abuso a menores en la Iglesia de este país. Después, se trasladó al Parque O’Higgins para oficiar una misa ante 400.000 personas. Entre ellas estaba Juan Barros, el religioso al que Francisco nombró obispo de Osorno pese a que es apuntado por encubrir a Fernando Karadima, un sacerdote de Santiago condenado por pederastia. Ése es el caso más emblemático de unos 80 que se conocieron en los últimos tiempos, en un escándalo que llevó a una fuerte crisis de legitimidad de la Iglesia y se transformó en la sombra que acompañó al Papa durante su gira. Una sombra que no solo opacó sus pedidos de perdón sino también su encuentro con víctimas del abuso y que creció cuando el Papa volvió a defender a Barros esta mañana, al decir que “no hay una sola prueba en su contra”.

Conflicto mapuche

Temuco, epicentro del conflicto mapuche en este país, fue uno de los destinos elegidos por el Papa. Allí, respaldó la lucha de los pueblos originarios, que denuncian discriminación y usurpación de sus tierras ancestrales, y condenó la violencia, en un mensaje enviado a los grupos más radicales. Pero desilusionó al no pedir perdón, como ha hecho con pueblos originarios de otros países de la región. Además, tanto en la misa en Maquehue como en el almuerzo posterior hubo invitados y tradiciones mapuches, pero los históricos dirigentes de la comunidad cuestionaron que no fueron tenidos en cuenta.

2. Definiciones

Migración

Mientras Temuco era sinónimo de pueblos originarios, la visita a Iquique anticipaba un discurso sobre migración, uno de los tópicos sobre los que Francisco suele hacer énfasis. El Papa alertó sobre “las nuevas formas de explotación (...)” a “muchos inmigrantes porque no conocen el idioma o no tienen los papeles en regla”, en su misa en Playa Lobito, cerca de la frontera con Bolivia y Perú. La inmigración es un fenómeno creciente en Chile, no solo desde sus países vecinos, sino cada vez más desde Haití y Venezuela. Antes, Francisco había invitado a un inmigrante haitiano al almuerzo en Temuco y a refugiados sirios a un encuentro en Santiago.

Democracia

El único antecedente de la visita de Francisco a Chile es el viaje de Juan Pablo II en 1987, durante la dictadura de Augusto Pinochet. El Papa no dejó pasar desapercibido este dato. Junto a la presidenta Michelle Bachelet , destacó la “democracia” en el país después de haber superado “diversos períodos turbulentos”. Al día siguiente, en la base aérea Maquehue, que funcionó como centro de detenciones y tortura, mencionó que allí habían ocurrido “violaciones de derechos humanos” y pidió un minuto de silencio. Hoy, el pontífice se reunió con víctimas del régimen, quienes le pidieron ayuda para “encontrar a los detenidos desaparecidos” en esa época.

Juventud

En el Santuario de Maipú, el Papa ratificó su buena sintonía con los jóvenes en el encuentro donde más cómodo se lo vio y en el que se mostró como uno más, con sus 81 años y después de un día que había incluido dos vuelos y una estadía de seis horas en Temuco. “La Iglesia tiene que tener un rostro joven y ustedes nos los tienen que dar”, les dijo a unos 40.000 jóvenes, en un discurso en el que intentó usar el mismo lenguaje que sus interlocutores. Entre otras cosas, les pidió que nunca pierdan “la conexión” con Jesús y brindó “la contraseña” para recuperar “la señal”: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?”. La audiencia le devolvió el mismo cántico que lo acompaña desde la Jornada Mundial de la Juventud de Brasil: “¡Esta es la juventud del Papa!”.

3. Omisiones

Aborto y matrimonio homosexual

La relación entre la Iglesia de Chile y el gobierno de Bachelet, que termina el próximo 18 de marzo, tuvo varios cortocircuitos. En el legado de la mandataria quedará la despenalización del aborto en tres circunstancias, aprobada hace cuatro meses, y que generó rechazos en los sectores más conservadores, igual que los proyectos de ley de identidad de género y de matrimonio igualitario, hoy en manos del Congreso. El Papa prefirió no tocar estos temas ásperos.

Disputa con Bolivia

“Estoy pensando acá en el mar, el diálogo es indispensable”. Francisco sorprendió con estas palabras en su viaje a en 2015 a Bolivia, que mantiene una demanda contra Chile para conseguir acceso al océano. El presidente boliviano, Evo Morales , pidió varias veces la mediación del pontífice en la disputa y el mes pasado, tras una reunión en el Vaticano, dijo que Jorge Bergoglio “sabe de la injusticia que hubo del pasado con Chile”. Quizás se había ilusionado con una nueva salida de protocolo de Francisco sobre este tema, pero eso no sucedió.

Viaje a la Argentina

El regreso de Francisco al continente reavivó las especulaciones sobre un eventual viaje del pontífice a su país natal. La expectativa creció cuando desde el Vaticano anticiparon que el telegrama que el pontífice mandaría a la Casa Rosada cuando sobrevolara la Argentina sería “interesante”. Cuando el mensaje arribó, mató todas las ilusiones sobre un posible anuncio. Era un texto breve, en inglés, en el que envió sus “buenos deseos” a los argentinos y les volvió a pedir que recen por él.

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