El papa Francisco emprende mañana un viaje a Colombia lleno de desafíos
Llegará a un país polarizado por el Acuerdo de Paz entre el gobierno y las FARC y sacudido por una oleada de inmigrantes desde Venezuela; intentará transmitir un mensaje de paz y reconciliación
ROMA.- Francisco se convertirá mañana en el primer Papa latinoamericano que viaja a Colombia, uno de los países más castigados de América latina, ya visitado por Juan Pablo II en 1986 y por Pablo VI en 1968. Pero no será un viaje fácil.
Impulsor tras bambalinas del Acuerdo de Paz firmado a mediados del año pasado por el presidente Juan Manuel Santos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), algo que le puso punto final a un conflicto de más de 50 años que dejó más de 200.000 muertos, refugiados internos y heridas más que abiertas, el Papa llega en un momento complejo.
La nueva etapa, en efecto, es vista con buenos ojos sólo por un 15 por ciento de la población, según sondeos. Gran parte de la opinión pública no está de acuerdo con muchas de sus novedades, como por ejemplo el ingreso en política de las FARC. La ex guerrilla se transformó a principios de este mes en “Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común”, partido que participará en las elecciones del año que viene y tendrá derecho a 10 bancas en el Parlamento. Mucha gente tampoco está contenta con los beneficios para los guerrilleros desmovilizados. Y el presidente Santos, Premio Nobel de la Paz, es acusado de haber traicionado a la población que, en un referéndum con una abstención del 63%, en octubre último, rechazó dicho tratado con el 50,2% de los votas.
Si bien en vísperas de la llegada del Papa el primer mandatario colombiano pactó un alto el fuego temporal con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que regirá a partir del primero de octubre, la situación del post-conflicto es complicada. El Estado está llamado a hacerse cargo de territorios olvidados, controlados durante décadas por la guerrilla. Desde principios de año hasta hoy han sido asesinados allí diversos líderes sociales, sindicalistas, defensores del ambiente, activistas indígenas y de los derechos huamos, que se vieron expuestos a la violencia de grupos criminales interesados en las minas ilegales, la droga y el contrabando. El último informe de Naciones Unidas habla de un aumento del 52% de las cultivaciones de coca, que hoy han vuelto a los niveles de los años Noventa. Se trata de una ducha fría para el gobierno de Santos, cuya popularidad ha bajado a sus mínimos históricos, acusado de haberse concentrado demasiado en las negociaciones con las FARC –que en los últimos años se llevaron a cabo en La Habana, Cuba-, olvidándose de todo el resto.
“La guerrilla controlaba áreas del país donde el Estado estuvo históricamente ausente. Cuando las FARC se fueron, aparecieron otros grupos rivales”, explicó al diario La Stampa el analista Sergio Guarin.
Un escenario marcado por la polarización
Con elecciones programadas para el año que viene, para las que Santos aparece débil para imponer un candidato, a diferencia de su rival, el ex presidente conservador, Álvaro Uribe, máximo enemigo del Acuerdo de Paz, el Papa arribará a un escenario marcado por la polarización y la incertidumbre, en el cual todos los actores intentarán llevar agua para su molino. Las FARC querrían reunirse con Francisco para agradecerla la virtual mediación que tuvo el Vaticano para facilitar el Acuerdo de Paz. Todos recuerdan cuando, el 20 de septiembre de 2015, desde La Habana, en un momento crucial de las negociaciones entre el Gobierno y las FARC, el Papa llamó a sostener “todos los esfuerzos” que se estaban llevando a cabo en ese momento en la isla del Caribe para “construir una sociedad pacífica”.
“Es más fácil hacer la guerra que hacer la paz”, comentó a La Nación Mary Villalobos, corresponsal de RCN Tv en el Vaticano, al admitir las dificultades que atraviesa su país de 48 millones de habitantes, la gran mayoría, católicos para implemnentar el Acuerdo. “Pero espero que la figura del Papa pueda aglutinar a los colombianos”, agregó.
Colombia también enfrenta la inédita situación de haberse convertido por primera vez en su historia en tierra de inmigración. Se estima que unos 50.000 venezolanos cada día cruzan la frontera para escaparle a la gravísima crisis política y humanitaria provocada por el régimen de Nicolás Maduro. Muchos de ellos estarán en una de las cuatro misas que celebrará el Papa en sus cinco días de visita, en la que también verá a obispos venezolanos en una reunión que tendrá con 62 miembros del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), el jueves, en la nunciatura de la capital.
El Papa, que ayer en un videomensaje aseguró que viaja como “peregrino de paz y esperanza”, tendrá una agenda más que intensa. Visitará cuatro ciudades en cuatro días y cada día estará marcado por un tema, explicó Greg Burke, vocero del Papa. En Bogotá -donde llegará mañana por la tarde y al día siguiente se reunirá con Santos y demás autoridades y celebrará una misa multitudinaria-, el tema será “artesanos de la paz, promotores de la vida”. En Villavicencio, ciudad símbolo del conflicto armado, adonde irá el viernes para reunir a víctimas y victimarios en una gran oración, el tema será “la reconciliación con Dios, con los colombianos y con la naturaleza”. En Medellín, símbolo del renacimiento social después de los terribles años de los carteles de la droga, el tema será “la vida crisrtiana como discipulado”. Y en Cartagena, escala final del viaje, “la dignidad de la persona y los derechos humanos”.
Será el vigésimo viaje internacional de Francisco, el quinto a América latina y el tercero a Sudamérica, su continente, pero no exento de desafíos.
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