El papa Francisco deploró los bombardeos y disparos contra “civiles inermes” en Gaza
El Pontífice se mostró consternado por un ataque israelí al complejo de la Iglesia católica del enclave palestino “donde no hay terroristas”: dos mujeres murieron por disparos de francotiradores mientras iban al baño
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ROMA.- En el día de su 87 cumpleaños, al margen de recordar al nuevo beato argentino, el cardenal Eduardo Pironio, el papa Francisco deploró hoy los bombardeos contra “civiles inermes” en Gaza y, especialmente, el ataque ocurrido ayer en la parroquia católica de la Sagrada Familia del enclave bajo asedio desde hace más de dos meses, en el que murieron dos mujeres.
“Sigo recibiendo de Gaza noticias muy graves y dolorosas. Civiles inermes son objeto de de bombardeos y disparos. Y esto ha ocurrido hasta adentro del complejo parroquial de la Sagrada Familia, donde no hay terroristas, sino familias, niños, personas enfermas con discapacidad, monjas”, deploró, al hablar desde la ventana de su despacho del Palacio Apostólico después de la tradicional oración dominical del Ángelus. “Una mamá y su hija, la señora Nahida Khalil Anton y la hija Samar Kamal Anton, fueron matadas y otras personas heridas por francotiradores, mientras iban al baño”, lamentó. “Ha sido dañada la casa de las Monjas de la Madre Teresa, fue golpeado su generador”, agregó, evidentemente consternado. “Alguien dice ‘es el terrorismo, es la guerra’. Sí, es la guerra, es el terrorismo”, comentó, visiblemente dolido. “Por eso la Escritura afirma que ‘Dios hace cesar las guerras… rompe los arcos y parte las lanzas’”. “Oremos al Señor por la paz”, pidió.
Desde que comenzó la guerra en Gaza en represalia del ataque terrorista de Hamas en el sur de Israel del 7 de octubre –que provocó en Israel 1200 muertos- y en Gaza, más de 18.875, entre las cuales 7729 niños y 5153 mujeres y niños, según fuentes sanitarias palestinas, el Papa fue informándose y llamando todos los días a la Iglesia de la Sagrada Familia de Gaza, la única parroquia católica del enclave bajo asedio. Su párroco es el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, del Instituto del Verbo Encarnado (IVE), que como estaba fuera de Gaza cuando comenzó la guerra, sigue con enorme preocupación desde Belén y Jerusalén la situación. El complejo, que desde el principio de la ofensiva se convirtió en refugio de más de 500 personas, se encuentra a cargo de su vicario, el padre egipcio Yussuf y de hermanas del IVE, de la Madre Teresa y del Rosario. En Gaza se estima que solían vivir unos 1000 cristianos, entre los cuales 135 católicos.
Más allá de la condena del Papa de este domingo, un comunicado del Patriarcado latino, es decir, católico, de Jerusalén, que dirige el cardenal Pierbattista Pizzaballa, también deploró el ataque del sábado. Y dio detalles: indicó que las dos mujeres cristianas, madre e hija, fueron matadas el sábado al mediodía “a sangre fría”, sin que hubiera ninguna advertencia de parte del francotirador y adentro del complejo de la parroquia “donde no hay combatientes”, según subrayó. Otras siete personas resultaron heridas. La cadena Al Jazeera informó que las dos mujeres muertas iban al único baño existente en el complejo.
Horas antes, “un misil del ejército israelí cayó sobre el Convento de las hermanas de la Madre Teresa, que alberga a más de 54 personas discapacitadas y es parte del complejo parroquial, que había sido señalado como un lugar de culto desde el principio de la guerra”. El comunicado del Patriarcado subrayó que el generador del edificio, la única fuente de electricidad y las provisiones de gasoil, fueron destruidos y la casa resultó dañada por el enorme incendio causado por el bombardeo. “Otros dos misiles, disparados por un tanque israelí contra el mismo convento, convirtieron la casa inhabitable. Las 54 personas discapacitadas se encuentran actualmente desplazadas y sin acceso a respiradores que algunos de ellos necesitan para sobrevivir”, precisó. “Además, como resultado de los fuertes bombardeos en el área, tres personas resultaron heridas adentro del complejo de la Iglesia por la noche y fueron destruidos paneles solares y tanques de agua, indispensables para la supervivencia de la comunidad”, añadió.
“Juntos en oración con toda la comunidad cristiana, expresamos nuestra cercanía y condolencias a las familias afectadas por esta tragedia sin sentido. Al mismo tiempo, no podemos no expresar que no logramos comprender cómo pudo ser posible semejante ataque, aún más en tiempos en lo que toda la Iglesia se prepara para la Navidad”, concluyó el Patriarcado.
Aplauso para Pironio
En otro orden, el papa Francisco después de la oración del Ángelus recordó que ayer en su madrepatria, en el santuario de Nuestra Señora de Luján, fue beatificado el cardenal Eduardo Pironio, “pastor humilde y dedicado, testigo de la esperanza, defensor de los pobres”. Francisco recordó que el nuevo beato colaboró con san Juan Pablo II en la promoción de los laicos y en las Jornadas Mundiales de la Juventud. “Que su ejemplo nos ayude a ser una Iglesia en salida, que se hace compañera de camino de todos, especialmente para los más débiles”, clamó, al pedir a los más de 20.000 fieles presentes en la Plaza un aplauso para el nuevo beato.
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