Tras el escándalo, el Papa convocó a una cumbre de la Iglesia para la prevención de abusos
ROMA.- Consciente de la gravedad del escándalo de abusos por parte de sacerdotes que sacude a la Iglesia y a su pontificado, el Papa decidió convocar a los 112 presidentes de las Conferencias Episcopales de todos los continentes a una reunión cumbre que tendrá lugar en el Vaticano en febrero del año próximo. Se trata de una cita sin precedente, con la que Francisco busca darle una respuesta unificada a un flagelo que está dañando como nunca la credibilidad de la Iglesia Católica.
"Tras escuchar al Consejo de Cardenales, el Santo Padre ha convocado a una reunión con los presidentes de las Conferencias Episcopales de todo el mundo para hablar de la prevención de abusos de menores y adultos vulnerables", anunció hoy Paloma García Ovejero, vicedirectora de la Sala de Prensa de la Santa Sede, en una conferencia al cierre de la reunión del denominado C-9, el Consejo de Cardenales asesores de Francisco.
Aunque no la mencionó, García Ovejero aludió a la crisis que desencadenó hace poco más de dos semanas la carta de un exnuncio que pidió la renuncia de Francisco luego de acusarlo, sin pruebas, de haber encubierto al cardenal abusador estadounidense, Theodore McCarrick, con la complicidad de varios otros altos funcionarios del Vaticano.
"Una vez más, los cardenales han expresado plena solidaridad al papa Francisco por lo acontecido en las últimas semanas", dijo la vocera.
En un comunicado, el C-9 detalló que la reunión de los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre la "protección de menores", algo sin precedente en la historia de la Iglesia Católica, se desarrollará en el Vaticano del 21 al 24 de febrero de 2019. En representación de los obispos argentinos, estará presente el arzobispo de San Isidro, Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal del país.
El C-9 -que el lunes había adelantado que la Santa Sede prepara una "respuesta aclaratoria" al J'accuse del exnuncio Carlo Maria Viganò- en el mismo comunicado aseguró haber reflexionado "ampliamente junto al Santo Padre sobre los temas del abuso".
Al margen del escándalo por el caso McCarrick, un informe salido a la luz en Pensilvania reveló que 1000 chicos fueron abusados por cerca de 300 sacerdotes durante 70 años, en el siglo pasado, algo que volvió a poner sobre el banquillo al Vaticano, que durante décadas prefirió silenciar este horror. Se sumó, además, un terrible informe sobre abusos en Alemania.
De todo esto se hablará mañana cuando el Papa reciba en audiencia al cardenal Daniel Di Nardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos; al cardenal Sean O'Malley, arzobispo de Boston, miembro del C-9 y presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, y otros dos obispos. La Iglesia Católica estadounidense, desde siempre muy polarizada, se encuentra devastada por los últimos acontecimientos y sus fieles exigen respuestas y aclaraciones.
De hecho, según dijeron fuentes bien informadas a la nacion, se espera que los prelados estadounidenses le pidan al Papa una investigación -también llamada "visita apostólica"-, en Estados Unidos y en el Vaticano, que pueda esclarecer cómo pudo llegar a la cumbre de esta institución un abusador como McCarrick.
Pese a los rumores de abusos, este prelado fue designado, en noviembre de 2000 -durante el pontificado de Juan Pablo II-, arzobispo de Washington. Un año más tarde, fue designado cardenal, pese a existir denuncias en su contra en el Vaticano, tal como confirmó una carta salida a la luz el viernes pasado.
Al margen de anunciar que se hará esta cumbre sin precedente sobre la prevención de los abusos con los presidentes de los episcopados de todo el mundo, García Ovejero explicó que gran parte del trabajo del C-9 tuvo que ver con los últimos retoques de la nueva Constitución Apostólica de la curia romana, cuyo título provisorio es Praedicate evangelium.
Además, tal como se adelantó el lunes pasado, confirmó que el C-9, órgano consultivo creado hace cinco años por Francisco para asesorarlo en la reforma de la curia y el gobierno de la Iglesia universal, tendrá un recambio de sus miembros.
Como se adelantó, se espera la salida, no sólo por cuestiones de edad, de tres cardenales: en primer lugar la del australiano George Pell, exzar de las finanzas del Vaticano que se vio obligado a regresar a su país para enfrentar un juicio por abusos; del chileno Francisco Errázuriz Ossa, implicado en el escándalo de abusos de su país, y del africano Laurent Monswengo, de la República Democrática del Congo. Los tres estuvieron ausentes.
"Para diciembre (cuando se realizará la próxima reunión del Consejo de Cardenales) no habrá nuevos miembros del C-9, ya veremos si habrá cambios", dijo Ovejero, que dejó entender que no son inminentes los reemplazos. "Hasta hoy el Consejo está compuesto por los nueve que conocemos", puntualizó.
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