El Papa anunció que extiende un año una consulta global sin precedente para reformar la Iglesia católica
El Sínodo sobre Sinodalidad que comenzó hace un año no concluirá en octubre de 2023, sino en octubre de 2024: “los frutos del proceso iniciado son muchos, pero para que lleguen a plena maduración es necesario no tener prisa”
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ROMA.- En una movida sorpresiva, el papa Francisco anunció hoy que extenderá un año el sínodo sobre sinodalidad - término que significa caminar juntos- que abrió hace un año. Se trata del mayor proceso de consulta democrática jamás realizado por la Iglesia Católica, en el que participa no sólo la jerarquía eclesiástica, sino todos los bautizados y cuyo fin es escuchar todas las voces para luego hacer las reformas necesarias para una mejor evangelización en tiempos de crisis.
Ante miles de fieles presentes en la Plaza de San Pedro desde la ventana de su despacho del Palacio Apostólico después de la tradicional oración mariana del Angelus, el Papa recordó que el 10 de octubre del año pasado se abrió la primera fase del sínodo sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación, misión”.
“Desde entonces se está desarrollando en las Iglesias particulares la primera fase del sínodo, con la escucha y el discernimiento. Los frutos del proceso sinodal iniciado son muchos, pero para que lleguen a plena maduración es necesario no tener prisa”, dijo el exarzobispo de Buenos Aires, que la semana pasada recibió un informe sobre la primera fase. “Por tanto, con el fin de disponer de un tiempo de discernimiento más extendido, he establecido que esta asamblea sinodal se realice en dos sesiones. La primera del 4 al 29 de octubre de 2023 y la segunda en octubre de 2024″, anunció. “Confío que esta decisión pueda favorecer la comprensión de la sinodalidad como dimensión constitutiva de la Iglesia, y ayudar a todos a vivirla en un camino de hermanos y hermanas que testimonian la alegría del Evangelio”, auspició.
Después del anuncio, un comunicado de la Secretaría General del Sínodo subrayó que la decisión del Papa “nace del deseo de que el tema de la Iglesia sinodal, por su amplitud e importancia, sea objeto de un prolongado discernimiento no sólo por parte de los miembros de la Asamblea Sinodal, sino de toda la Iglesia”. “El Sínodo no es un acontecimiento, sino un proceso, en el que todo el Pueblo de Dios está llamado a caminar juntos hacia lo que el Espíritu Santo le ayuda a discernir como voluntad del Señor para su Iglesia”, explicó.
El comunicado recordó que el proceso de escucha comenzó en 2021 con las Iglesias locales y continúa con una Etapa Continental que culminará con la celebración de Asambleas Sinodales Continentales, entre enero y marzo de 2023, convocadas para revisar el camino recorrido, para continuar la escucha, el discernimiento a partir del Documento de la Etapa Continental y según las especificidades socioculturales de sus respectivas regiones con el objetivo de lograr una etapa final en este camino espiritual.
This morning, at the end of the Angelus, the @Pontifex announced that the upcoming 16th Ordinary General Assembly of the Synod of Bishops will be held in two moments, that is, in two sessions, spaced one year apart: the first from October 4 to 29, 2023, the second in October 2024 pic.twitter.com/Z0xyNIMrCx
— Synod.va (@Synod_va) October 16, 2022
El Sínodo sobre Sinodalidad se considera la mayor apuesta de esta fase del pontificado de Francisco, que apunta a darle un sacudón a la Iglesia católica en un momento de crisis –por el escándalo de abusos, falta de vocaciones y demás fallas-, para que, pastores y ovejas, juntos, en camino, puedan discernir las reformas necesarias para su futuro.
Al margen de que ya en el pasado el Papa había decidido celebrar en dos etapas el sínodo sobre la Familia, la extensión ahora de este sínodo reafirmó su importancia, al punto de que algunos observadores hasta lo ven como una de sus mayores contribuciones en el marco de las reformas impulsadas por el Concilio Vaticano II (1962-65). Este concilio, que comenzó hace 60 años, marcó el inicio de un aggiornamento y una apertura de la Iglesia católica al mundo moderno.
Laicos de todo el mundo participan ahora de este proceso global de búsqueda, considerado por muchos “revolucionario”, que ha despertado entusiasmo en algunas partes, aunque también incomprensión y escepticismo en otras.
Al abrir el 10 de octubre del año pasado este sínodo, el Papa explicó que no se trataba de un evento o de un congreso político. “Hacer sínodo es un ejercicio lento, quizá fatigoso, para aprender a escucharnos mutuamente —obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, todos, todos los bautizados— evitando respuestas artificiales y superficiales”, explicó. “El Espíritu nos pide que nos pongamos a la escucha de las preguntas, de los afanes, de las esperanzas de cada Iglesia, de cada pueblo y nación. Y también a la escucha del mundo, de los desafíos y los cambios que nos pone delante”, subrayó.
Se trata del cuarto sínodo de Francisco, pero muy diferente a los anteriores -sobre familia, jóvenes y la Amazonia-, porque nunca antes se había hecho una consulta de la dimensión actual, abierta a los 1300 millones de católicos del mundo y por ende, una de las mayores de la humanidad. Y que ahora tendrá un año más de duración. Algo que también fue leído como un mensaje de Francisco, de 85 años, a quienes hablan de fin de pontificado: más allá de su problema de rodilla, está bien de salud.
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