El origen del coronavirus: cómo avanzan las investigaciones de la inteligencia de EE.UU.
Por el momento, los científicos se debaten entre la transferencia zoonótica y la fuga del virus de un laboratorio; los resultados de la investigación podrían tardar más de tres meses
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WASHINGTON.- Antes desestimada por la mayoría de los funcionarios de gobierno y expertos en salud pública, la hipótesis de que el virus del Covid-19 escapó accidentalmente de un laboratorio chino ahora está vez bajo la lupa de una nueva investigación de Estados Unidos.
Los expertos dicen que la investigación de 90 días ordenada el 26 de mayo por el presidente Joe Biden obligará a las agencias de inteligencia norteamericanas a recabar más información y a elaborar un informe sobre la que ya tienen.
Los exfuncionarios del Departamento de Estado del gobierno de Trump también reclamaron públicamente una investigación más profunda del origen del virus, al igual que miembros de la comunidad científica internacional y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Muchos científicos, incluido el máximo referente epidemiológico de Estados Unidos, el doctor Anthony Fauci, siguen creyendo que lo más probable es que el virus surgió en la naturaleza y saltó de los animales a los humanos. Y los virólogos tampoco han encontrado ninguna nueva evidencia clave que aliente la hipótesis de la fuga de un laboratorio.
Los virólogos también aseguran que en 90 días es imposible llegar a conclusiones definitivas sobre el origen de un virus. Las investigaciones para confirmar el origen y recorrido de otros virus anteriores —como el primer SARS o el VIH— llevaron décadas, o incluso siguen en marcha.
Esto es lo que se sabe de la investigación de Estados Unidos sobre el virus.
¿Qué están revisando las agencias de inteligencia a pedido de Biden?
Biden les ordenó que revisaran lo que según la Casa Blanca eran indicios iniciales que conducían “a los dos escenarios probables”: la transmisión de animal a humano, o la fuga de un laboratorio. La declaración de la Casa Blanca dice que dos agencias de las 18 que componen la comunidad de inteligencia se inclinan por la hipótesis de la transmisión en la naturaleza, mientras que otra agencia se inclina por la fuga de un laboratorio.
Un documento que concita renovada atención es una ficha informativa emitida durante los últimos días del gobierno de Trump. El documento señala que Estados Unidos cree que tres investigadores de un laboratorio de Wuhan fueron atendidos en un hospital por una enfermedad respiratoria en noviembre de 2019. Sin embargo, el informe no es concluyente: se desconoce el origen y la gravedad de la enfermedad de esos empleados, y en China, para controles de rutina, la mayoría de gente va directamente al hospital, y no al consultorio de un médico.
El documento también mencionaba que en el laboratorio de Wuhan, y con apoyo de Estados Unidos, supuestamente se realizaban estudios de “ganancia de función”, un tipo de investigación que en teoría podría aumentar la letalidad o contagiosidad de un virus. Sin embargo, el director de los Institutos Nacionales de Salud, el doctor Francis Collins, ha negado tajantemente que Estados Unidos apoye cualquier investigación de “ganancia de función” de coronavirus en Wuhan.
David Feith, exsubsecretario de Estado para la región Asia-Pacífico del gobierno de Trump, dice apoyar el pedido de Biden de una revisión más a fondo del tema. “Lo que está implícito en el reclamo del presidente es que investigar más y recabar más de lo que hasta ahora se investigó y recabó”, dice Feith.
El director de la Agencia Nacional de Inteligencia no quiso hacer comentarios.
¿China obstaculiza la investigación?
La declaración de la Casa Blanca criticaba la falta de transparencia de China, haciéndose eco de críticas previas de demócratas y republicanos por igual. “No haber podido llegar al lugar con nuestros investigadores en esos meses iniciales de la pandemia perjudicará para siempre cualquier investigación sobre el origen del Covid-19”, dice el comunicado de la Casa Blanca.
La prensa también ha informado de la interferencia de China con los sondeos de la OMS sobre el virus y ha alentado teorías conspirativas en las redes sociales. En los últimos años, China también ha encarcelado o forzado a abandonar el país a los denunciantes de Wuhan y otros lugares.
La falta de transparencia de China es un problema ya conocido, pero no por eso menos grave. Y justamente por eso, la falta de transparencia en este caso no necesariamente implica que haya algo oculto.
“Si se hace un anuncio en un entorno extremadamente politizado, como ocurre con el pedido de Biden, es menos probable todavía que China se muestre dispuesta a cooperar”, dice Yanzhong Huang, investigador de salud pública global del Consejo de Relaciones Exteriores, un grupo de expertos con sede en Washington.
¿Qué saben los científicos sobre el origen del virus?
El argumento más convincente para investigar la posibilidad de una fuga de laboratorio no es que haya aparecido nueva evidencia sólida que sustente esa hipótesis, sino el hecho de que no se haya confirmado al 100% otra vía de propagación del virus.
“Lo más probable sigue siendo que este virus provenga de un reservorio natural”, dice Arinjay Banerjee, virólogo de la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas de Saskatchewan, Canadá, y señala el hecho de que los eventos de propagación —cuando los virus saltan de los animales a los humanos—, son comunes en la naturaleza, y que los científicos ya conocen dos beta coronavirus similares, el SARS1 y el MERS, que evolucionaron en murciélagos y causaron epidemias cuando se transmitieron a los humanos.
Igual, el caso no está del todo cerrado. “Una cosa es lo probable, y otra cosa es lo posible”, dice Banerjee. “Como nadie ha identificado un virus 100% idéntico al SARS-CoV-2 en ningún animal, los científicos siguen teniendo margen para considerar otras opciones”.
¿Cuánto se tarda en confirmar el origen de un virus?
Confirmar al 100% el origen de un virus es lento, difícil, y ni siquiera es siempre posible. En el caso de la viruela, por ejemplo, los científicos recién confirmaron su origen cuando la enfermedad ya había sido erradicada gracias a un programa mundial de vacunación.
En el caso del virus del SARS —el síndrome respiratorio agudo severo causado por otro beta coronavirus como el actual— los investigadores identificaron por primera vez el virus en febrero de 2003. Más tarde ese mismo año, se descubrieron los probables huéspedes intermedios del virus: la civeta común de las palmeras que se vendían en los mercados de animales vivos de la provincia de Cantón, China. Peor no fue hasta 2017 que los investigadores rastrearon la probable fuente original del virus hasta los murciélagos de las cuevas de la provincia china de Yunnan.
¿Por qué es tan importante conocer el origen de un virus?
Desde una perspectiva científica, los investigadores siempre quieren saber más sobre la evolución de las enfermedades. Desde una perspectiva de salud pública, si un virus ha pasado a propagarse básicamente de persona a persona, descubrir su origen no es tan importante a la hora de definir estrategias de contención de la enfermedad.
“Cuando la transmisión de persona a persona es generalizada, la pregunta sobre el origen y el tema del control de la enfermedad toman caminos diferentes”, dice Deborah Seligsohn, experta en medio ambiente y salud pública de la Universidad de Villanova.
Los republicanos vienen presionando para que se investigue más a fondo la hipótesis de una fuga de laboratorio como parte de una ofensiva más amplia para culpar a China y reivindicar el manejo de la pandemia por parte de Trump. En Estados Unidos han muerto por Covid-19 casi 600.000 personas, más que en cualquier otro país del mundo.
¿Qué pasará al cumplirse los 90 días que puso Biden?
Muchos científicos advierten que es poco probable que una investigación de 90 días arroje nuevas respuestas definitivas.
“Sería raro encontrar un revolver humeante”, dice Stephen Morse, investigador de enfermedades de la Universidad de Columbia. “Incluso en las mejores circunstancias, rara vez logramos alguna certeza: solo grados de probabilidad”.
Es factible que cualquier hallazgo sea políticamente explosivo, en especial si sale a la luz nueva evidencia que respalde o desestime la transferencia zoonótica o la teoría de la fuga de laboratorio. Y si no llegan a conclusiones definitivas, algo casi inevitable en apenas 90 días, todos llevarían agua para su molino, tanto los seguidores de Trump como sus detractores, y al mismo tiempo alentar a los adeptos a las teorías conspiranoicas.
Mientras tanto, expertos como Huang, del Consejo de Relaciones Exteriores, temen que China simplemente tome medidas más drásticas y sume tensión a una relación bilateral ya muy difícil. “Como consecuencia, probablemente sea todavía más difícil obtener concesiones de China para permitir que otro equipo visite Wuhan, o tenga acceso sin restricciones para investigar las instalaciones”, dice Huang.
Agencia AP
Traducción de Jaime Arrambide
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