El nuevo gobierno de Pedro Sánchez, ante urgentes desafíos en un “campo minado” en España
El clima de tensión que experimenta la política española no se circunscribe al Parlamento o a los medios, sino que encuentra un reflejo en las calles
- 5 minutos de lectura'
BARCELONA.- Una vez más, Pedro Sánchez superó las adversidades y se salió con la suya, reforzando su imagen de sobreviviente nato. Este jueves, se consolidó en el hemiciclo del Parlamento la mayoría que se había dibujado en las rondas de consultas entre partidos efectuadas después de las elecciones del 23 de julio, y fue investido presidente del gobierno con 179 votos a favor y 171 en contra. Sin embargo, el tono ácido del debate entre el PSOE y la oposición de derecha augura una legislatura muy dura y difícil.
El esquema político español sólo presenta alguna ligera -aunque significativa- modificación respecto al de la pasada legislatura. Volverá a haber un gobierno de coalición entre el PSOE y la izquierda, esta vez representada por Sumar en lugar de Podemos, y apoyado por un nutrido grupo de partidos nacionalistas o independentistas periféricos. Enfrente, de nuevo, el Partido Popular (PP), ahora liderado por Alberto Núñez Feijóo, y la ultraderecha de Vox.
Ahora bien, la nómina de aliados del gobierno se tuvo que ampliar para poder sumar los 176 diputados que marcan la mayoría absoluta. Hasta un total de seis formaciones periféricas (Junts per Catalunya, Esquerra Republicana, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria) sellaron una alianza con Sánchez. Pero como la principal llave la tienen los independentistas catalanes, sobre todo Junts, del expresidente Carles Puigdemont, el resto -los nacionalistas gallegos, vascos y canarios- se prevé que asumirán un papel más bien secundario.
Y es este hecho, y sobre todo el precio que exigió Puigdemont a cambio de sus votos, una amnistía para todos los implicados en el infructuoso intento de independencia de Cataluña en 2017, el que incendió la inflamable política española. En el Parlamento, se oyeron durante los dos días del debate de investidura palabras muy pesadas, como “golpe de Estado” o “traición”, y el líder de Vox, Santiago Abascal, llegó a hacer una llamada a la rebelión. Abascal llegó a comparar a Sánchez con Adolf Hitler, ya que “también llegó al poder a través de unas elecciones”.
Sánchez justificó la aprobación de la ley de amnistía, que fue presentada a la mesa del Congreso y deberá votarse durante las próximas semanas, como una herramienta para pacificar la situación en Cataluña y mejorar el clima de convivencia.
El presidente reiteró los mismos argumentos que ofreció ante la Ejecutiva del PSOE, cuando dio a entender que era un precio a pagar para contar con un gobierno progresista y poder continuar avanzando en el camino del progresos y la ampliación de los derechos sociales. Por ejemplo, en su acuerdo con Sumar se compromete a rebajar la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales.
Tensión en las calles
El clima de “guerra civil” que experimenta la política española no se circunscribe al Parlamento o a los medios de comunicación, sino que encuentra un reflejo en las calles. Durante las dos últimas semanas, la extrema derecha convocó diariamente concentraciones a las puertas de la sede central del PSOE en Madrid en rechazo al pacto entre los independentistas catalanes y el PSOE. En las movilizaciones, que incluyeron cantos y saludos fascistas o nazis, hubo enfrentamientos violentos con las fuerzas policiales y decenas de arrestos. El jueves por la mañana, cuatro diputados socialistas llegaron a sufrir insultos o agresiones antes de entrar al Congreso de los Diputados.
Precisamente, el acoso de la derecha podría ser el mejor cemento del bloque de la investidura, ya que la desconfianza entre algunos de sus integrantes, sobre todo Junts y el PSOE, es manifiesta. De hecho, tras la primera intervención de Sánchez para presentar su programa, la vocera de Junts, Miriam Nogueras, solicitó a una reunión de urgencia al negociador socialista, Santos Cerdá, para expresar su enojo por el tono empleado por Sánchez, que explicó la amnistía como “una medida de gracia” del gobierno.
Y es que para los independentistas, la amnistía es tan solo el acto inicial de un proceso negociador para abordar una solución política al conflicto entre Cataluña y el gobierno central español. “En nuestro acuerdo no se habla de reencuentro, de perdón, ni de medidas de gracia … Es un conflicto entre dos naciones”, dijo Nogueras, que advirtió que su partido apoyará a Sánchez en el Congreso siempre y cuando cumpla los acuerdos pactados.
Tras la votación, como es tradición, Feijóo se acercó a Sánchez para felicitarlo con un apretón de manos. Luego, ante los medios, explicó su conversación. “Esto es una equivocación y tú eres el responsable”, le espetó el líder del PP, que lamentó que el futuro de España no se decida en el Parlamento, sino “fuera de España”, una alusión al hecho de que Puigdemont está exiliado en Bruselas.
Una de las dudas que presenta la legislatura es si Feijóo la culminará como líder de la oposición, ya que se atribuyen a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (PP), ambiciones presidenciales. Una vez más, Ayuso logró su cuota de protagonismo en la jornada, debido a que las cámaras captaron cómo dirigía un “hijo de puta” a Sánchez, cuando este mencionó un presunto caso de corrupción que afecta a su hermano.
Posteriormente, tanto el equipo de Ayuso como ella misma dijeron que lo que realmente había dicho era “me gusta la fruta”, una idea que no convenció a los expertos en leer los labios.
Así, aunque Sánchez logró su objetivo de un nuevo mandato presidencial, el suyo no será un camino de rosas, sino más bien un “campo minado”. De hecho, dado el alto grado de polarización, y la dificultad de mantener una coalición tan heterogénea, algunos analistas consideran probable la convocatoria de elecciones anticipadas. Quizás, ese es el objetivo de la estrategia de desestabilización de Feijóo.
Otras noticias de España
Más leídas de El Mundo
"Extremadamente grave". El médico personal de Lula reveló que el presidente estuvo al borde de la muerte
Presión a Maduro. Colombia se ofreció a custodiar la embajada argentina en Caracas y exigió "respetar los derechos" de los opositores refugiados
Fuerte malestar. La tajante decisión que tomó la familia real con el príncipe Andrés tras la polémica con un espía chino
Giro ideológico. Por qué Kim Jong-un renunció al ideal de una reunificación con Corea del Sur que priorizaron su padre y su abuelo