El náufrago australiano regaló a Bella, la perra que lo acompañó durante su odisea en el Pacífico
Uno de los tripulantes del buque que cuidó al animal tras el rescate adoptó a la perra luego de que Shaddock se la ofreciera para que tuviera un lugar en el que pudiera “estar tranquila”
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MANZANILLO, México.- Timothy Shaddock, el australiano que fue rescatado por un barco mexicano tras estar a la deriva más de dos meses en el Pacífico, decidió dejar en México a Bella, la perra que fue su fiel compañera antes y durante el naufragio. La perra se quedará con Genaro Rosales, uno de los tripulantes del buque que cuidó al animal tras el rescate, luego de que Shaddock le ofreciera la adopción para que tuviera un lugar en el que pudiera “estar tranquila”.
“Bella tenía una herida en su axila y yo y un compañero le dimos curaciones. Él [Shaddock] me vio, e inmediatamente me preguntó si me gustaban los perros”, contó Rosales en una entrevista publicada este jueves en el medio Milenio.
“La perrita se la regaló Timothy al capitán del barco que le salvó la vida”, dijo Antonio Guerra, director de la empresa propietaria del barco atunero que realizó el rescate.
Shaddock, de 54 años de edad, fue localizado días atrás en alta mar a bordo de su catamarán averiado. Junto con Bella, sobrevivió a base de pescado crudo y agua de lluvia. El australiano explicó que la perra, mestiza con pelambre oscuro y manchas doradas, en realidad es mexicana y se la encontró vagando poco antes de partir. Aunque intentó buscarle un hogar en tres ocasiones, el animal siempre terminó siguiéndolo y por ello decidió llevarla como compañera de viaje. “Es un animal increíble, estoy agradecido de que está viva, es mucho más valiente que yo”, dijo el martes tras llegar al puerto de Manzanillo (oeste) luego de su rescate.
Shaddock partió en abril pasado desde La Paz (noroeste), en la península mexicana de Baja California, para realizar un viaje de unos 6000 km hacia la Polinesia Francesa. Pero un huracán arrancó la vela de su barco, llamado Aloha Toa, y el motor dejó de funcionar. La embarcación quedó a la deriva con el marinero australiano y su perra en ella. El pasado 12 de julio, un helicóptero del buque María Delia, que sobrevolaba las aguas del Pacífico Oriental en búsqueda de bancos de atunes, encontró el catamarán.
Cuando llegó, declaró que se sentía bien aunque había sido un momento difícil: “Tuvimos una salud terrible, teníamos muchísima hambre, yo no pensé que íbamos a librar una tormenta pero ahora nos sentimos bien”, comentó Shaddock. “La perrita está bien, ella es increíble, yo me siento muy bendecido por ella”, puntualizó sobre lo agradecido que estaba con el animal.
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