El momento de Warren: la demócrata que se afianza para pelear con Trump
WASHINGTON.- La interna presidencial demócrata tiene una nueva líder virtual: la senadora Elizabeth Warren, puntera en varias encuestas, y, anoche, principal blanco de otros candidatos en el cuarto debate, el más áspero hasta ahora, que volvió a dejar al descubierto la grieta interna de la oposición entre progresistas y moderados.
Warren sufrió ataques sostenidos desde varios frentes durante el debate, en la primera prueba real a su candidatura ante las cámaras de televisión, que sirvió para dejar en claro que, para sus rivales, ella parecer ser ahora la candidata a vencer, y ya no tanto Joe Biden, un giro en la contienda para dirimir quién enfrentará al presidente Donald Trump en 2020, y determinará el rumbo del Partido Demócrata.
Warren ha logrado ensamblar una campaña popular, muy enfocada en la gente y con aura de gesta épica que logró ganar impulso, o "momentum", como dicen en la jerga política estadounidense. Se presenta como una luchadora, con "grandes ideas", lista para "dar pelea". Su campaña es una de las que sólo se financia con contribuciones de la gente, sin dinero de empresas. Impuso un rito: al final de cada acto, pasa horas sacándose selfies con sus simpatizantes, que aguardan en una ya famosa "fila para la selfie". Lleva 70.000, dijo. Hace unas semanas, en Nueva York, en uno de sus actos más concurridos, Warren pasó cuatro horas en ese ritual, al que ha llamado "una nueva medida de la democracia".
I just got off the #DemDebate stage and I’m ready to celebrate with @TeamWarren, taking selfies with the people building our grassroots movement. https://t.co/i22cdgJ1ko&— Elizabeth Warren (@ewarren) October 16, 2019
Para los mercados de apuestas, se encamina a ser la candidata demócrata. Las encuestas, un termómetro de la campaña, la muestran cabeza a cabeza o ya arriba de Biden, y a ambos ya alejados de Bernie Sanders, relegado al tercer lugar, y quien pelea con Warren por la bandera del progresismo. A diferencia de Biden y Sanders, la campaña de Warren avanza por el momento sin escándalos, traspiés ni sobresaltos. Los tres tienen algo en común: su edad y su salud han generado dudas. Warren tiene 70 años, y, como Biden y Sanders, si finalmente llega, será la persona más vieja que jamás tomó juramento para la presidencia. Las encuestas indican que muchos demócratas prefieren alguien más joven.
"Voy a trabajar más, organizar más y durar más que cualquiera, y eso incluye a Donald Trump, Mike Pence o el quien sea con quien se queden clavados los republicanos", les prometió, cuando el tema surgió en el debate. Y dijo que lo importante era poner el foco en lo que quería la gente, que los demócratas ganarían cuando "le den una razón a la gente para entrar en la pelea".
"La gente sabe lo que está roto ", insistió sobre el final. "Sé lo que está roto, sé cómo arreglarlo, y estamos construyendo un movimiento para hacerlo", concluyó.
Las críticas
Los ataques que ha recibido Warren de sus rivales tiene un gran denominador común: algunas de sus propuestas –y Warren se ganó la fama de "tener un plan para todo"– son inviables, dicen. Y hay quienes piensan que su postura ideológica está demasiado volcada a la izquierda, y, por lo tanto, es alguien que puede llegar a dividir más a un país que ya sufre la grieta y terminar favoreciendo la reelección de Trump .
Warren ha propuesto un impuesto a la riqueza, y ha respaldado dos planes demócratas que, para los republicanos y sus críticos, equivalen casi a lo mismo que llevar al país al socialismo: el Green New Deal, un ambicioso proyecto climático para reformar la economía, y Medicare For All, que podría traducirse como "Salud para Todos". La propuesta, una idea original de Bernie Sanders, apunta a ampliar un plan estatal de salud, Medicare, dedicado a los ancianos, a todos los norteamericanos.
Una de las críticas contra Warren que despuntó en el debate es que la senadora no ha sido franca respecto de cómo piensa financiar la ampliación de ese programa de salud. Otros candidatos señalaron que eso, si o si, requiere aumentar impuestos a la clase media, algo que Warren se niega por ahora a reconocer.
A eso se suma que Warren ha forjado una fuerte rivalidad con gigantes corporativos. Warren ha prometido quebrar monopolios en tecnología, como Google, Facebook y Amazon, además de los "grandes bancos" de Wall Street, uno de los rincones más poderosos de la economía, donde su avance es visto con temor y desconfianza.
Cuando faltan tres meses para que Iowa abra formalmente las primarias, Warren logró salir ilesa de la ofensiva de los otros candidatos, según los análisis en la prensa local, que le ha dado en general una cobertura favorable. Los próximos meses marcarán si logra sostener el "momentum" que construyó durante los últimos meses, y logra lo que Hillary Clinton: derrotar a Trump, y hacer historia al convertirse en la primera mujer en llegar a la presidencia de Estados Unidos.
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