El misterioso caso de la cepa de ántrax "made in Argentina"
Más dudas que respuestas concretas
La cepa de ántrax hallada en una carta por una señora que se hace llamar "Patricia de Parque Patricios" es un enigma que mantiene en vilo a miles de argentinos.
Esta "cepa argentina", por llamarla de alguna manera, única en el mundo porque asusta pero no daña, ¿es un efecto residual de la guerra contra el terrorismo o un producto genuino de la viveza criolla?
En busca una respuesta, LA NACION consultó a infectólogos aquí y en los Estados Unidos, a funcionarios de salud pública, a especialistas en seguridad locales y extranjeros y al juez que investiga el caso.
Casi todos aportaron pistas, señales, caminos por recorrer para agotar la búsqueda. Pero nadie ofreció respuestas concretas.
"Hay que aceptar que hay límites en el conocimiento de las cosas, hay zonas grises en el conocimiento en sí. A lo mejor no arribamos a ningún resultado y queda la duda por tiempo indeterminado", dijo Aldo Neri, secretario de Salud de la comuna porteña.
Pero la historia no tiene por qué terminar así. Partiendo de lo que ya se sabe, identificar la cepa argentina no debería ser tan difícil. Se sabe, por lo menos, esto:
- El 19 de octubre, el hospital Muñiz recibió la carta de Patricia, que contenía un folleto turístico enviado desde Fort Lauderdale, Estado de Florida.
- Un investigador pasó un hisopo por el interior del sobre y recogió miles de esporas coincidentes con el bacilo del ántrax. Según Jorge San Juan, infectólogo del Muñiz, el exterior de la carta no habría sido examinado.
- Tres días más tarde, en una prueba de inoculación de ratones practicada en el Instituto Malbrán, pudo establecerse que dichas esporas eran no patógenas, o sea que no producían la enfermedad.
La manera más fácil de arribar a ese resultado es mojar la carta en una ampolla de vacuna de carbunco, que es el nombre que se le da a la enfermedad en las zonas rurales del país, donde no es infrecuente encontrar ganado infectado.
"La vacuna es un ántrax y ante su presencia en una carta, nosotros tenemos la obligación de alertar a la población," explicó a LA NACION el Ministro de Salud, Héctor Lombardo.
Por diez centavos
Hay 15 millones de dosis de vacunas de ántrax en la Argentina, que se comercializan al módico precio de 10 centavos cada una en cualquier veterinaria.
"En la Argentina hay media docena de laboratorios que producen vacunas de uso veterinario. Todos se valen de una cepa llamada Sterne, que proviene de Sudáfrica. A esa cepa le falta un plásmido de capsulación y por ello carece de patogenicidad", explicó Ramón Noceda, biólogo del laboratorio Azul y uno de los principales expertos sobre carbunco.
Noceda dijo que no hay otras cepas de laboratorio en el país, porque no hay fondos para desarrollar investigaciones de la enfermedad. Entonces la cepa Sterne debería ser la principal sospechosa. Pero no es así, al menos por ahora.
Tanto Neri como San Juan señalaron que dudan mucho de que el ántrax hallado en la carta provenga de una vacuna argentina, aunque no pudieron dar certezas. Lombardo fue más tajante: "No se trata de la cepa sudafricana," afirmó.
Sin embargo, el profesor Ernesto Podestá, subsecretario de Investigación y Tecnología del Ministerio de Salud, dijo que es imposible saber si se trata de la cepa sudafricana hasta que se complete un estudio genético del bacilo.
El juez que investiga la carta de Patricia, Rodolfo Canicoba Corral, ordenó realizar dicho examen genético a la Policía Federal. Los resultados estarían listos en el transcurso de esta semana.
"El juez es perito de peritos. Pero no puedo opinar sobre las pruebas practicadas en el Muñiz y en el Malbrán porque no las vi. Sólo recibí dos informes (de dos carillas cada uno), el primero con los resultados del hisopado y el otro, con la prueba de los ratones", dijo el juez.
Interviene el FBI
El magistrado ordenó que se le entregue una muestra de la cepa al FBI para que se realicen estudios complementarios en los Estados Unidos. Lo mismo hizo Lombardo con el Centro de Enfermedades Infecciosas (CDC), un organismo estatal estadounidense, para ver si allá reconocen la cepa hallada en la carta de Patricia.
Oficialmente, el gobierno norteamericano ha mantenido un llamativo silencio sobre el caso argentino. "No podemos desmentir ni confirmar nada. Esperamos los resultados de la Policía Federal," dijo una fuente consultada en estricto off the record.
En la Policía Federal parece prevalecer el escepticismo. "Parece un ántrax hecho para la Argentina," dijo una fuente vinculada con la investigación.
Tanto la Federal como el FBI habrían rastreado el camino de la carta desde que llegó a manos de Patricia hasta que Lombardo anunció que poseía ántrax. Hasta ahora no habrían encontrado nada raro, pero no descartan la posibilidad de un sabotaje en la Argentina, señalaron las fuentes consultadas.
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