El maquinista admitió la culpa de la tragedia
Ante el juez, dijo que el accidente en Galicia se debió a "un despiste" que lo llevó a accionar "demasiado tarde" los frenos
MADRID.- Quebrado, delante del juez, el maquinista Francisco Garzón Amo admitió toda la culpa por la tragedia ferroviaria que acabó con la vida de 79 personas en Galicia.
Dijo que fue una distracción . Que creía que iba por otro tramo del camino y que cuando se dio cuenta de que iba a tomar una curva pronunciada a casi 200 kilómetros por hora, accionó el freno, pero ya era "demasiado tarde". El Alvia 730 salió despedido de las vías y se estrelló contra un talud de hormigón en Angrois, cerca de la estación de Santiago de Compostela.
Garzón Amo, con heridas todavía visibles en la cabeza, declaró anteanoche ante el juez Luis Aláez, que lo dejó en libertad condicional al terminar el interrogatorio. Pero le quitó el pasaporte, le retiró la licencia para conducir trenes y lo imputó por homicidio cometido por "imprudencia profesional".
Antes el juez había analizado el expediente policial en el que figuraban las transcripciones de los diálogos del maquinista con la estación el día del desastre. Allí admitía haber tomado a 190 kilómetros por hora la fatídica curva de A Grandeira, cuya velocidad máxima es de 80. "La he jodido. Me quiero morir", es otra de las frases registradas allí.
Sobrevivientes que declararon ante los investigadores comentaron que Garzón Amo les pidió perdón cuando salió de la locomotora estrellada, todavía conmocionado y cubierto de sangre. "Ojalá me hubiera muerto yo", le dijo, llorando, a uno de los vecinos de Angrois.
Garzón Amo no intentó deslindar culpas en el estado del tren o de las vías. Dijo, entre lágrimas, que todo se debió a su "despiste", según trascendió de fuentes judiciales. El juez ordenó peritar su teléfono celular, para determinar si el descuido tuvo que ver con que estuviera enviando mensajes de texto o hablando.
Pese a todo, en España no cesa la discusión sobre el deficitario sistema de seguridad en el trazado de Madrid a Galicia donde ocurrió la tragedia. Sobre todo, al comprobarse que no existía en el tramo donde descarriló el Alvia una asistencia tecnológica que previniera el error humano.
La empresa estatal Adif, encargada de la infraestructura ferroviaria, admitió ayer que el accidente podría haberse evitado si el trayecto hubiera estado dotado del sistema Ertms, que funciona en toda la red de Alta Velocidad Española (AVE).
Ese mecanismo estaba operativo hasta tres kilómetros antes del descarrilamiento. La línea de AVE de Madrid a Galicia todavía está en construcción; los trenes Alvia son híbridos creados para aprovechar tanto los tramos renovados como los antiguos mientras avanzan las obras. En la curva fatídica sólo funcionaba un sistema que le avisa al maquinista las velocidades máximas a las que debe ir, pero sólo procede a tomar el control del tren cuando supera los 200 kilómetros por hora o cuando hay un obstáculo en las vías. El conductor lleva además una carta de viaje, en la que figuran las velocidades a las que debe llevar la formación en cada momento. El juez de la causa deberá determinar si hubo algo más que una falla humana. Eso influirá a la hora de definir quién paga las cuantiosas indemnizaciones.
Hoy se abrirán las cajas negras, que registran todas las operaciones, conversaciones de cabina e incidencias ocurridas durante el viaje. Ya analizan los restos de la locomotora y los vagones, y seguirán los procedimientos en las vías para saber cómo funcionó la señalización.
Garzón Amo volvió a su casa de Monforte de Lemos, en el nordeste de Galicia, mientras Santiago de Compostela se convertía anoche en el centro del dolor colectivo. Allí, en la histórica catedral del apóstol, se celebró el funeral oficial de las 79 víctimas.
Estuvieron el presidente del gobierno, Mariano Rajoy; el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba; el príncipe Felipe, y el presidente regional, Alberto Núñez Feijóo, entre decenas de dirigentes. Fuera del templo, en la plaza del Obradoiro, miles de personas se congregaron a llorar la peor tragedia que Galicia recuerde en décadas.
Un choque de trenes en Suiza deja 40 heridos
Al menos 40 personas resultaron ayer heridas, cinco de ellas de gravedad, en la localidad suiza de Granges-près-Marnand, situada en el cantón de Vaud, al producirse un choque frontal entre dos trenes de pasajeros, informaron medios locales. La colisión se produjo cerca de las 19, cuando un tren arribó a la estación local mientras otro arrancaba. Aún se desconocía por qué ambos trenes se desplazaban sobre los mismos rieles ni se podía saber con certeza si el accidente no dejó ningún muerto. Uno de los maquinistas se encontraba desaparecido."Fue un choque directo tremendo", relató un testigo a la televisión suiza. Tras el accidente, la circulación ferroviaria quedó suspendida entre Moudon y Payerne, y los heridos de gravedad fueron trasladados a un hospital de Lausana.