El líder supremo iraní rezó por el presidente y otros muertos en el accidente de helicóptero
El ayatollah Alí Khamenei oró junto a otros referentes religiosos; todo apunta a que la razón de la caída de la aeronave fue el mal tiempo
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DUBAI. - El líder supremo de Irán y representantes de milicias proiraníes en Medio Oriente rezaron el miércoles sobre los ataúdes del presidente del país, el ministro de Exteriores y otros fallecidos en un choque de helicóptero esta semana. Decenas de miles de personas se sumaron después a un cortejo fúnebre por la principal avenida de la capital, Teherán.
La teocracia iraní ve las marchas masivas como una demostración crucial de su legitimidad y del apoyo popular. Aun así, el funeral del presidente Ebrahim Raisi y las otras víctimas del siniestro tuvo una participación que los analistas describieron como menor que la procesión de 2020 en memoria del general de la Guardia Revolucionaria Qassem Soleimani, asesinado por un ataque de dron estadounidense en Bagdad.
Muchos de los asistentes dijeron que habían llegado a Teherán para la ceremonia desde otras ciudades y pueblos de la República Islámica, un indicio de la opinión en la capital sobre Raisi, que obtuvo la presidencia con una participación mínima récord y después dirigió varias campañas de represión contra toda disidencia, incluyendo después de la muerte en 2022 de Mahsa Amini, que desencadenó protestas callejeras contra la imposición del hijab, un pañuelo que cubre el cabello de las mujeres.
El líder supremo, el ayatollah Alí Khamenei, que lloró abiertamente por Soleimani, se mantuvo sereno mientras recitaba la oración habitual por los muertos. “Oh, Alá, no vimos nada más que cosas buenas de él”, dijo Khamenei en árabe, el idioma del libro sagrado del Islam, el Corán. Pronto se marchó y la multitud que había dentro avanzó en un intento de tocar los ataúdes. El presidente iraní en funciones, Mohammad Mokhber, estaba de pie cerca y lloró durante el funeral.
La muerte de Raisi, del ministro de Exteriores, Hossein Amirabdollahianm, y otras seis personas en el choque del domingo se produjo en un momento delicado para Irán, tanto en casa como en el extranjero. Raisi, de 63 años, estaba considerado como un posible sucesor del líder supremo de Irán, Khamenei, de 85 años. En las imágenes de la televisora estatal de los actos del miércoles no se veía a ninguno de los demás expresidentes vivos de Irán, salvo Khamenei, que fue presidente entre 1981 y 1989. Las autoridades no dieron explicación para su aparente ausencia.
Tras el letal choque de helicóptero, Irán anunció elecciones presidenciales para el 28 de junio. Por el momento no había un favorito claro para el puesto entre la élite política iraní, especialmente ninguno que sea un clérigo chiíta como Raisi.
Durante el mandato de Raisi, Irán realizó un ataque sin precedentes contra Israel el mes pasado, mientras continuaba la guerra entre Israel y Hamas en la Franja de Gaza. Irán respalda a Hamas en el conflicto y proporciona armamento a los milicianos.
El líder de Hamas, Ismail Haniyeh, asistió a las plegarias del miércoles por la mañana, apenas dos días después de que el fiscal de la Corte Penal Internacional anunciara que pediría una orden de arresto contra él y otras personas por el ataque del 7 de octubre que desencadenó la guerra entre Israel y Hamas. En el ataque sin precedentes contra el sur de Israel, milicianos liderados por Hamas mataron a 1.200 personas y secuestraron a 250.
El fiscal de la CPI también pedirá órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, por su conducta en la guerra, que ha matado a más de 35.000 palestinos en la Franja de Gaza y a cientos más en Cisjordania.
Durante los actos de homenaje, Haniyeh recordó que Raisi le había dicho este año que el ataque del 7 de octubre había sido “un terremoto en el corazón de la entidad sionista”. En una reunión posterior con Khamenei, el líder supremo dijo a Haniyeh que “la destrucción del régimen sionista es factible y, Dios mediante, llegará el día en el que se creará Palestina desde el mar al río”.
La presencia del líder de Hamas probablemente implicaba que Khamenei mantendría su política de armar a grupos milicianos en Oriente Medio, como Hamas, el libanés Hezbollah y los rebeldes hutíes en Yemen, como forma de presión sobre adversarios como Israel y Estados Unidos. Los asistentes al funeral corearon “¡muerte a Israel!”.
Estaba previsto que el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, y una delegación de Afganistán, controlada por el Talibán, asistieran a los actos en Teherán el miércoles por la tarde. El primer ministro de Irak, Mohammed Shia al-Sudani, viajó para asistir a la ceremonia, al igual que el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan. Incluso el ministro egipcio de Exteriores, Sameh Shoukry, viajó a Teherán pese a que los dos países rompieron sus relaciones diplomáticas tras la revolución de 1979. Egipto e Irán han hablado recientemente sobre restablecer sus lazos.
Durante la ceremonia de la mañana se colocó un turbante negro sobre el féretro de Raisi, un símbolo de que estaba considerado descendiente directo del profeta islámico Mahoma. Después la gente cargó los ataúdes a hombros entre cánticos de “¡muerte a Estados Unidos!” en el exterior.
La gente lloraba y se golpeaba el pecho, una expresión habitual de dolor en la cultura chiíta. Algunos arrojaban pañuelos y otros objetos al remolque que llevaba los ataúdes para que los asistentes tocaran con ellos los féretros a modo de bendición.
Un hombre dijo que sus amigos y él habían viajado siete horas en autobús para asistir a la procesión. Muchos expresaron sus simpatías por los fallecidos, incluido Raisi. “Era nuestro presidente, los otros eran pilotos y uno ministro, ¿cómo puedo ser indiferente a su pérdida?”, preguntó Sima Rahmani, una mujer de 27 años que llevaba poco ajustado el hijab pese al riesgo de ser detenida por la policía.
La fiscalía había advertido a la gente que no hiciera ningún gesto de celebración de su muerte, y desde el choque se veía una intensa presencia policial en las calles de Teherán. Muchos comercios se mantuvieron abiertos durante la ceremonia en Teherán, algo llamativo, mientras que otros cerraron pronto para un fin de semana largo.
“Yo no voté a Raisi en las elecciones de 2021, pero era el presidente de todo el pueblo”, dijo Morteza Nemati, estudiante de física de 28 años en la Universidad Azad de Teherán. “Mi presencia es una forma de rendirle homenaje”.
Entre tanto, un funcionario iraní dio más información sobre el choque del domingo, que reforzó la teoría de que se debió al mal tiempo. Gholamhossein Esmaili, que viajaba en uno de los otros dos helicópteros del séquito de Raisi, dijo a la televisora estatal que cuando despegaron hacía buen tiempo. Pero más tarde, el helicóptero de Raisi desapareció entre unas nubes densas y los otros dos no pudieron contactar con el vehículo por radio.
El religioso que dirigía las oraciones del viernes en la ciudad de Tabriz, Mohammad Ali Ale-Hashem, que también iba a bordo, pudo responder de algún modo dos llamadas de celular tras el choque y dijo que estaba herido, indicó Esmaili. No estaba claro por qué Irán no pudo rastrear después la señal del dispositivo.
“El estado de los cuerpos indicaba que murieron inmediatamente después del incidente”, dijo Esmaili. “Pero el ayatollah Ale-Hashem murió unas pocas horas después del incidente”, dijo.
AP
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