El líder islamista de Siria se reunió por primera vez con altos funcionarios occidentales: el saludo de la polémica
De visita en Damasco, ministros de Francia y Alemania le pidieron al líder de HTS velar por la pacificación; evitó darle un apretón de manos a la enviada alemana
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DAMASCO.- Los jefes de la diplomacia francesa y alemana se reunieron este viernes con el nuevo dirigente islamista sirio en Damasco, durante una visita en la que insistieron sobre la necesidad de una transición pacífica e inclusiva, en medio de la incertidumbre frente al flamante régimen tras la caída de Bashar al-Assad. El viaje también suscitó una fuerte polémica en las redes sociales por el protocolo del saludo.
Se trata del primer encuentro de este nivel entre altos cargos de grandes potencias occidentales y Ahmad al-Sharaa (mejor conocido por su nombre de guerra Mohammed al-Golani) quien tomó el poder el 8 de diciembre liderando la agrupación islamista Hayat Tahrir al Sham (HTS).
El francés Jean-Nöel Barrot y la alemana Annalena Baerbock, cuyo viaje se produce bajo mandato de la Unión Europea (UE), se reunieron con el dirigente de facto en el palacio presidencial, donde hasta hace solo unas semanas su antecesor Al-Assad también recibía a sus invitados.
“Juntos, Francia y Alemania están al lado del pueblo sirio, en toda su diversidad”, escribió en X el ministro francés de Relaciones Exteriores. Ambos países quieren “promover una transición pacífica y exigente al servicio de los sirios y por la estabilidad regional”, agregó.
“Queremos apoyarlos en este ámbito: en una transferencia de poder inclusiva y pacífica, en la reconciliación de la sociedad, en la reconstrucción”, indicó por su parte la ministra alemana. “Seguiremos juzgando a HTS por sus actos”, agregó, “a pesar de nuestro escepticismo”.
Las redes sociales se hicieron eco del viaje de los diplomáticos europeos, con una polémica centrada en el saludo entre los dirigentes. Las imágenes muestran el momento en que el anfitrión saluda al ministro francés con un apretón de manos, y luego evita hacer lo mismo con la alemana, algo esperable para un líder que -pese a sus intentos de mostrase moderado- encabeza una organización islamista.
Armas químicas
Además del llamamiento a la tolerancia ante un régimen islamista sin credenciales democráticas, el canciller francés hizo un pedido muy específico a las nuevas autoridades, por la eliminación de los arsenales de armas químicas que acumuló el gobierno anterior.
“Una Siria soberana y segura no deja ningún lugar a la proliferación y a la dispersión de armas de destrucción masiva, de armas químicas del régimen criminal de Bashar al-Assad”, dijo Barrot, y agregó que instaría a las nuevas autoridades a “recurrir sin demora a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)” para la “destrucción de los arsenales de armas químicas”.
Barrot y Baerbock también visitaron la cárcel de Saidnaya, símbolo de la represión de Al-Assad, que gobernó Siria con puño de hierro durante más de dos décadas.
Los ministros, acompañados por miembros de la Defensa Civil siria, visitaron celdas y calabozos subterráneos donde las condiciones de detención eran inhumanas y donde muchos presos murieron por tortura. Más de 4000 personas fueron liberadas el día en que los rebeldes tomaron Damasco tras una fulgurante ofensiva.
Pero el nuevo gobierno todavía debe demostrar qué clase de sistema reemplazará a la vieja dictadura laica de Al-Assad. Ahmad al-Sharaa se comprometió a disolver las facciones armadas, entre ellas HTS, y anunció su intención de convocar un diálogo nacional, sin precisar la fecha ni a quién se invitaría, señalando que podría llevar cuatro años organizar elecciones en el país.
Al-Sharaa reclama que se levanten las sanciones internacionales impuestas al gobierno de Al-Assad tras la sangrienta represión de un levantamiento popular en 2011, que luego se convirtió en una guerra que dejó más de medio millón de muertos, provocó la huida de millones de personas y fragmentó el país.
Su grupo, HTS, antigua rama siria de Al-Qaeda, afirma haber roto con el jihadismo, pero sigue clasificado como grupo terrorista por varias potencias occidentales, entre ellas Estados Unidos.
Dirigentes de numerosos países árabes y occidentales han acudido a Damasco desde la caída de Al-Assad, rompiendo el aislamiento impuesto a Siria desde 2011.
El nuevo gobierno ha dado un claro giro a la política exterior del país, cuyos principales aliados eran Rusia e Irán, acercándose especialmente a Turquía y Catar, y tratando de abrirse hacia Occidente.
Agencias AFP y ANSA
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