El legado de Thatcher divide otra vez a los británicos
Muchos la elogiaron, pero su muerte no borró la mala imagen que algunos sectores tenían sobre ella
LONDRES.- La muerte de Margaret Thatcher reavivó ayer el debate sobre el legado de la ex primera ministra británica , una de las artífices de la liberalización económica de los años 80, que hoy será homenajeada en el Parlamento, una semana antes de su funeral, previsto para el miércoles próximo.
La "dama de hierro", que anteayer sufrió un derrame cerebral a los 87 años, fue elogiada por los líderes mundiales y por la clase política británica, pero su muerte no logró borrar la mala imagen que muchos tenían de ella en Gran Bretaña.
Así, mientras miles de británicos rendían tributo a su herencia política y dejaban flores en el frente de su casa en Belgravia, una de las zonas más exclusivas de Londres, otros optaron por celebrar su partida en varias fiestas callejeras, que fueron organizadas espontáneamente a través de las redes sociales.
Las principales celebraciones se realizaron en Londres, Bristol, Liverpool, Glasgow, Belfast y Leeds, donde cientos de personas salieron a las calles con banderas, pancartas y botellas de champaña para brindar por la muerte de Thatcher, odiada por muchos por sus políticas de reducción del Estado, privatización, liberalización del mercado y férrea alianza con Estados Unidos.
En Bristol, un grupo de personas se enfrentó a agentes armados, a quienes les arrojó botellas, ladrillos y bolsas de basura, en incidentes que terminaron con varios policías heridos y un hombre detenido. En Liverpool, cientos de manifestantes se concentraron fuera de la estación ferroviaria de Lime Street, donde cantaron celebrando la partida de la "vieja bruja".
También en Brixton se pintaron grafitis contra Thatcher en varias paredes, con frases como: "Me robaste la leche y mi esperanza", en alusión a una de sus políticas como ministra de Educación de quitar las partidas de leche en las escuelas para los alumnos de siete a once años.
Entre las voces más críticas a Thatcher estuvo la del jefe del partido nacionalista irlandés Sinn Fein, Gerry Adams, que desde Belfast dijo que la ex premier británica causó "mucho dolor" a los pueblos de Irlanda y Gran Bretaña mientras estuvo al frente del gobierno.
En igual sentido se manifestó el Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, prácticamente destruido durante la gestión de la premier, que en su sitio web escribió: "Margaret Hilda Thatcher ha muerto, pero el daño causado por su política fatalmente imperfecta lamentablemente continúa".
En la vereda contraria, se pararon varios políticos de su partido, como el primer ministro conservador David Cameron, que expresó: "La verdad sobre Margaret Thatcher es que ella no sólo condujo nuestro país, ella salvó a nuestro país".
La división de los británicos con respecto a Thatcher quedó ampliamente reflejada en la prensa, que se mostró más o menos entusiasta según su tendencia política. Mientras el Daily Mail elogió a "la mujer que salvó el país", el Daily Mirror afirmó que Thatcher "dividió a una nación".
"No se debe bailar sobre su tumba, pero es correcto que no haya funeral de Estado", editorializó, por su parte, The Guardian.
En Escocia, donde muchos nunca le perdonaron que les impusiera antes que a nadie el impopular impuesto municipal conocido como "Poll Tax", que precipitó su caída, el diario The Herald resumió en su titular: "Thatcher: la muerte de un gigante político amado y odiado por igual".
Un sondeo de la consultora ICM reveló que son más sus defensores que sus detractores: mientras un 50% de los británicos considera que Thatcher le hizo bien a Gran Bretaña, un 34% cree que su impacto fue negativo.
En tanto, ayer se conocieron nuevos detalles sobre su funeral. Según informó ayer Downing Street, se llevará a cabo el próximo miércoles en la catedral de San Pablo, en donde se celebró la misa de acción de gracias tras la victoria contra la Argentina en la Guerra de las Malvinas.
Pero Thatcher, que sirvió tres mandatos consecutivos entre 1979 y 1990, no tendrá un funeral de Estado, sino uno "ceremonial", un peldaño por debajo. El tema suscitó cierta polémica, dado que mientras varios diputados conservadores pidieron la organización de un funeral de Estado, más de 14.000 personas firmaron una petición en Internet para impedir que sea despedida a cuenta del contribuyente.
"¿Cómo debemos honrarla? Vamos a privatizar su funeral. Abramos una licitación y aceptemos la oferta más baja. Es lo que habría querido", ironizó el cineasta Ken Loach, refiriéndose a la política económica ultraliberal que aplicó Thatcher mientras estuvo en Downing Street.
Agencias AFP, ANSA, EFE y Reuters
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