Los expertos sostienen que gobernar este Estado es como hacerlo en un país entero; y este es el desafío que tiene el gobernador Gavin Newsom
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California es sinónimo de superlativos: es el estado más rico de Estados Unidos, el más poblado, el lugar con más multimillonarios en el país y el productor de dos tercios de las frutas consumidas en la nación. Con sus excepciones estacionales, la economía californiana en general prosperó en las últimas décadas y si en 1991 ocupaba el noveno puesto entre las economías mundiales, en 2018 ascendía al quinto y se mantiene, según expertos locales.
La influencia política del estado también es clara, con varios funcionarios estatales mudándose a Washington para trabajar junto al presidente demócrata Joe Biden. Y desde hace años se acepta que el Partido Demócrata ganará los puestos de poder en un estado donde la población vota mayoritariamente por esta opción y con ello expresa sus ideales progresistas. Los esfuerzos del estado por crear economías verdes y por proteger a comunidades inmigrantes se resaltan con frecuencia.
Sin embargo, hay quienes opinan que California está lejos de ser un modelo ejemplar de sociedad o de gobernabilidad. Y su gobernador demócrata, Gavin Newsom, está a punto de ser llamado a un referendo revocatorio.
“Si California es una visión del tipo de futuro que la administración de Biden quiere para los estadounidenses, es esperable que los estadounidenses lo objeten”, escribió el columnista de opinión del New York Times Bret L. Stephens en febrero. “Como los republicanos, los demócratas lo hacen mejor cuando gobiernan desde el centro. Olviden California, piensen en Colorado”, sugirió.
Un estado desigual
La brecha en la riqueza de los californianos es la vulnerabilidad número uno del estado, según Mark Baldassare, presidente del Instituto de Políticas Públicas de California (PPIC, en inglés), una organización independiente.
“La distancia entre los ricos y los pobres impacta en los costos de las viviendas, el costo de la vida, la crisis de las personas sin techo y, en última instancia, hace que algunos se pregunten si tienen un futuro aquí”, dijo. Aunque California esté en el centro de la innovación en ciencia, tecnología y negocios, también cuenta con la tasa más alta de pobreza de Estados Unidos, cuando se considera el costo de la vida y vivienda.
Más de uno de cada seis californianos es pobre, según un informe de marzo de este año encargado por el gobernador, Gavin Newsom, a un comité integrado por diferentes organizaciones y entes de gobierno. En contraposición, en 2019 residían más multimillonarios en California que en cualquier otra zona del país, según Forbes.
“La economía californiana es extraordinariamente exitosa, pero no ha beneficiado a mucha gente”, dijo Anmol Chaddha, investigador líder del informe comisionado por Newsom. De acuerdo al mismo reporte, el principal problema es la calidad de los empleos. “Alrededor de un tercio de los trabajadores gana menos de US$15 la hora”, explicó. El panorama empeora para los latinos; el 44% gana menos de US$15 la hora.
Un salario que no compensa por los altos costos de vivienda. En una ciudad como San Francisco, el alquiler mensual promedio de un apartamento es de casi US$3.000. De acuerdo a Chaddha, solo el 40% de los californianos tiene “buenos trabajos”, que define como empleos que, además de lo que pagan, ofrecen beneficios, pago consistente y un horario fijo.
Chaddha da el ejemplo de las compañías tecnológicas como Amazon y Uber, cuyos ejecutivos perciben salarios muy altos, “en contraste con las realidades de quienes manejan los autos o trabajan en los almacenes” en zonas de menores ingresos en el estado. Existe también una discordancia entre los lugares donde hay empleos y la disponibilidad de vivienda a costo accesible en esos sitios, acotan los expertos.
Oposición al gobernador
California fue gobernado por una mayoría de legisladores y funcionarios del Partido Demócrata sostenidamente desde 2011. En general, los demócratas se caracterizan por impulsar políticas que aborden las desigualdades a partir de apoyo gubernamental. Los expertos citan como ejemplos recientes el paquete de rescate económico a raíz de la pandemia de US$7.600 millones implementado por Newsom, y fondos de millones de dólares para el beneficio de inmigrantes indocumentados, así como un programa de apoyo para el pago de rentas.
En gran parte esto es posible por la carga tributaria impuesta a los californianos con ingresos más altos, destaca Baldassare. “No estamos teniendo una crisis de presupuesto. Las ganancias fiscales han permitido al estado contar con un superávit para atender a personas que lo necesitan”, explicó. Pero estas iniciativas no han contenido una campaña para remover a Newsom del poder, que ya lleva el 80% de las 1,5 millones de firmas validadas que se requieren para realizar un referendo revocatorio a finales de año.
El esfuerzo fue inicialmente impulsado por activistas conservadores y seguidores del expresidente Trump, pero ahora recibe el apoyo del Partido Republicano e incluye a ciudadanos descontentos “de todo el abanico político”, según declaró Orrin Heatlie, quien introdujo la petición.
Aunque California como un todo es visto como un bastión demócrata, en la elección de 2020 Trump obtuvo la mayoría de los votos en zonas rurales del centro del país, lejos de metrópolis como Los Ángeles o San Francisco. El manejo de la crisis del covid-19 por parte de Newsom, con el cierre de negocios y escuelas por meses, al igual que un escándalo de pagos fraudulentos de miles de millones de dólares de la oficina de desempleo figuran entre las principales razones de quienes piden su salida.
Los llamados a referendos revocatorios de gobernadores son comunes en California, pero solo en una ocasión ha salido un gobernador del poder mediante este mecanismo. Si llegase a aprobarse, en la elección se pregunta a los votantes si desean remover al actual gobernador y luego se vota por alguno de los candidatos para sustituirlo, que hasta ahora, son todos republicanos.
Newsom definió esta iniciativa como un “desafío” a sus políticas progresistas, mientras que el Partido Republicano señala la tasa de pobreza, la población sin techo y los precios de la gasolina como los verdaderos motivos.
“Falta de rendición de cuentas”
Algunos analistas ven este meollo político como una manifestación del descontento hacia la hegemonía demócrata. Lanhee J. Chen señalaba en una columna reciente en Los Angeles Times la “falta de rendición de cuentas que viene de un régimen de un solo partido en un estado donde los republicanos no han ganado una elección estatal desde 2006 y son una pequeña minoría en ambas cámaras de la legislatura”.
Aunque parece improbable que Newsom en efecto salga del poder, los expertos coinciden en que hay problemas grandes que los demócratas no han sido capaces de resolver. “Los incentivos en la política llevan a hacer cosas a corto plazo y aquí se necesita planificar para el futuro, para prevenir que nuestras ciudades se inunden o se incendien, o resolver la crisis de vivienda o el problema de pensiones, o reformar el sistema tributario”, enumeró Bruce Cain, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Stanford.
Algunas empresas, y alrededor de medio millón de personas abandonaron California en los últimos dos años para asentarse en estados que imponen menos cargas tributarias y con costos de vida más bajos, como Texas. Cain reconoció que hay quejas por la cantidad de regulaciones e impuestos altos en el estado, “pero no se pueden hacer cosas ambiciosas, a nivel tecnológico, de infraestructura verde” sin imponer estas medidas.
No por nada dicen que gobernar California es como gobernar un país entero.
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