El hombre más rico contra la empresa más grande del mundo: las implicancias de la guerra entre Musk y Apple
La disputa del nuevo dueño de Twitter con la empresa tecnológica podría poner nuevamente el foco de atención en el monitoreo de la libertad de expresión en Internet
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NUEVA YORK.- El ataque del lunes de Elon Musk contra Apple Inc y un pilar del imperio comercial del iPhone deja preparado el escenario para una guerra potencialmente cruenta entre el hombre más rico del planeta y la empresa más valiosa del mundo.
Apple y su CEO, Tim Cook, tienen la capacidad de influir enormemente en el éxito o el fracaso de Twitter Inc., ya que la empresa fabricante del iPhone es un importante anunciante y controla estrictamente el software de su tienda de aplicación App Store.
Con un hilo de tuits donde acusa a Apple de coartar la libertad de expresión y de amenazar con eliminar la aplicación de Twitter del iPhone, Musk le asestó un nuevo golpe al esfuerzo de Apple por mantener el control sobre la distribución de software, y sirvió como amplificador de las voces críticas que dicen que Apple concentra demasiado poder a través de su App Store.
Al poner la lupa sobre el rol de Apple como perro guardián del ecosistema de aplicaciones, Musk ha tomado la posta de la lucha que los desarrolladores libran desde hace años contra Apple y sus tarifas. Las palabras de Musk podrían hacer que Apple sea vista con otros ojos por los legisladores y reguladores de todo el mundo, incluidos los políticos que ya han expresado su preocupación porque consideran que Silicon Valley silencia sistemáticamente las voces conservadoras.
Musk dice que con Twitter está perdiendo cuatro millones de dólares al día y que enfrenta una rebelión de anunciantes de grandes marcas, preocupados por la moderación de contenidos en esa red social y por la incertidumbre derivada de la salida de muchos de sus ejecutivos. El megamillonario está tratando de impulsar el negocio de suscripción de Twitter, para que la empresa dependa menos de la publicidad. El lanzamiento de la subscripción Twitter Blue, pensada para brindar beneficios, como la verificación de identidad, a cambio de una tarifa mensual, fue postergado, pero Musk prometió que posiblemente se concrete este viernes.
Pero Apple podría quedarse con hasta el 30% de los ingresos de las suscripciones de Twitter, que según Musk será el un nuevo punto focal de la empresa. Apple embolsa hasta el 30% de las compras de aplicaciones o suscripciones que se realizan a través de su App Store. Después del primer año de uso, la tajada de Apple se reduce al 15%.
El lunes, Musk les envió a sus casi 120 millones de seguidores el meme de un auto avanzando a toda velocidad hacia una rampa de salida, con la leyenda que decía: “Vamos a la guerra”. El automóvil, que se bajaba de la ruta que tenía el cartel “Pague el 30%”, representaba a Musk.
Elon Musk, que con su participación en Tesla Inc. y la empresa de cohetes espaciales SpaceX se convirtió en el hombre más rico del mundo, tiene una larga historia de desafío y enfrentamiento público con quienes percibe como una amenaza para sus intereses y puntos de vista. Y no solo ha embestido contra sus rivales empresarios, sino también contra personas como el presidente Biden, e instituciones como la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.
Una lucha diferente
Pero esta nueva batalla puede ser diferente. Bajo la dirección de Cook, Apple ha retirado de su App Store alguna aplicaciones que despertaban dudas por la moderación de contenidos y ha bloqueado ciertas prácticas de recopilación de datos de redes sociales en nombre de la privacidad del usuario. La disputa podría poner la lupa sobre el monitoreo del lenguaje en Internet y el poder de Apple como árbitro del software que pueden usar los más de mil millones de usuarios de su iPhone.
Una de las primeras advertencias que hace Apple en las pautas de revisión de su App Store es que las aplicaciones “no deben incluir contenido que sea ofensivo, insensible, irritante, destinado a disgustar, de un mal gusto excepcional, o lisa y llanamente aterrador”
“Parece que Elon quiere pelearse con Apple”, dice Phillip Shoemaker, exdirector del equipo de pautas de revisión de la App Store de Apple, que abandonó la empresa en 2016. “Pero esta pelea no creo que pueda ganarla.”
Shoemaker dice que cuando supervisaba el contenido de la App Store, antes de amenazar con eliminar una aplicación, les aclaraban a los desarrolladores de aplicaciones qué reglas estaban violando. Por lo general, señala Shoemaker, antes de que Apple comenzara a rechazar las actualizaciones de la aplicación y finalmente la retirara de su tienda digital, los fabricantes de software tenían unas dos semanas para solucionar cualquier problema, por ejemplo, de moderación de contenidos.
La inquietud de los expertos sobre la capacidad de Twitter para moderar contenidos surgió cuando Musk despidió a casi la mitad de los empleados de la empresa y empujó a muchos otros a abandonarla por decisión propia. “Cuando Elon salió a despedir a todo el equipo de moderación, lo primero que pensé es que Twitter sería expulsada de la App Store”, dijo Shoemaker.
Musk dijo que una de sus principales motivaciones para adquirir Twitter fue asegurarse de que siga siendo una plataforma para la libertad de expresión, y también dijo que cumpliría con las leyes locales relacionadas con los contenidos. El magnate concretó la compra de la red social el mes pasado, en un acuerdo valuado en 44.000 millones de dólares.
Desde que completó su toma de control de Twitter, hace aproximadamente un mes, varias agrupaciones civiles, incluida la Liga Antidifamación (ADL) y el Network Contagion Research Institute, dijeron haber registrado un súbito aumento de los discursos de odio en la plataforma.
La ADL, una agrupación judía que monitorea el antisemitismo en Estados Unidos, informó haber identificado más de 1200 tuits y retuits con memes antisemitas, y dijo que se trataba de un “esfuerzo coordinado” posterior a la toma de posesión de Musk.
Yoel Roth, entonces director de confianza y seguridad de Twitter, dijo a finales de octubre que detrás de muchos de los tuits con difamaciones o contenidos de odio había una pequeña cantidad de cuentas que se repetían. El 9 de noviembre, Roth informó que habían logrado reducir la cantidad de visualizaciones de los discursos de odio.
Roth abandonó Twitter pocos días después, y en un artículo de opinión que publicó en el diario The New York Times dijo que en última instancia, los anunciantes, los gobiernos y las empresas como Apple y Google tienen una influencia significativa sobre el contenido de Twitter. Para Twitter, escribió Roth, no seguir las pautas de contenido de Apple o Google podría ser “catastrófico”.
Musk ha dicho que la cantidad de visualizaciones de los discursos de odio en Twitter se ha reducido de manera significativa. “Las huellas de los discursos de odio han bajado 1/3 respecto de los niveles previos al pico”, dijo Musk la semana pasada.
Hace unos dos años, Apple eliminó de su App Store la aplicación de redes sociales Parler, ante la sospecha de que no hacía lo suficiente para moderar los contenidos nocivos. Esa decisión, sumada a la de empresas como Google, puso a Apple en la mira de los legisladores conservadores de Washington, a quienes preocupa la concentración de poder de las empresas de Silicon Valley.
Apple defiende su negocio diciendo que las tarifas que les cobra a otras empresas por incluirlas en su tienda de aplicaciones están en línea con los valores de la industria y que son justas para la tecnología que ofrece.
Musk se metió en esa pelea hace más de un año, antes de haber manifestado interés por ser dueño de Twitter. “Las tarifas de la tienda de aplicaciones de Apple son un impuesto global de facto sobre Internet”, tuiteó Musk en julio de 2021.
Tim Higgins y Aaron Tilley
(Traducción de Jaime Arrambide)
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