El Gatsby malasio que engañó a Hollywood, estafó a su país y desapareció
PEKÍN.- Malasia juzga desde hoy uno de los mayores escándalos de la Historia. No es una hipérbole ni una etiqueta gastada: miles de millones de dólares esfumados, el fin del partido hegemónico y la probable cárcel para el exjefe de gobierno, una primera dama que relevó a Imelda Marcos como epítome asiático de consorte manirrota, la reputación mancillada de un banco de Wall Street y varias de las estrellas más rutilantes de Hollywood salpicadas. El país se prepara para unos meses intensos.
El exprimer ministro Najib Razak se ha sentado al fin en el banquillo después de haber retrasado durante meses la cita con maniobras dilatorias. Antes había rezado con sus seguidores a las puertas del tribunal en busca de una ayuda improbable. Najib fundó en 2009 el fondo 1MDB para convertir Kuala Lumpur en un hub financiero y estimular la economía nacional. La inversión nunca acabó en infraestructuras sino en unos cuantos bolsillos. En el suyo, según la fiscalía, aparecieron casi 700 millones de dólares. Se enfrenta a siete cargos en el primero de los actos de un maratón judicial. Su condena, que se da por descontada, culminará un proceso que empezó cuando el fondo dejó de pagar a bancos en 2015. Estados Unidos investigó el lavado de dinero de una trama con ramificaciones por todo el mundo y Najib, acorralado por las denuncias, organizó un juicio afeitado cuando aún ocupaba el poder que le absolvió.
Pero su derrota en las elecciones del pasado año y su relevo por Mahathir Mohamad selló su suerte. El admirable nonagenario, que haya había sido primer ministro en los 80, se ha empeñado en castigar un desfalco que ha dejado a su país al borde de la bancarrota.
Entre sus objetivos figura Goldman Sachs. El banco de inversiones está acusado de crímenes económicos y la fiscalía le reclama 7,5 mil millones de dólares. Su antiguo representante en el sudeste asiático, Tim Leissner, se ha declarado culpable de sobornos y lavado de dinero. Su jefe ejecutivo, David Solomon, se ha disculpado al pueblo malasio pero ha aclarado que Leissner actuó por su cuenta.
El escándalo cuenta con unos personajes de vodevil. Rosmah Mansor, la exprimera dama, se esforzó en representar las dificultades del pueblo llano mientras llenaba sus mansiones de lujos versallescos. Una caravana de camiones partió de ellas con 12.000 piezas de joyería, cientos de relojes y 500 bolsos. Sólo los de Hermes, su marca favorita, alcanzan 12 millones de dólares. Fueron necesarios tres días, seis máquinas y 22 funcionarios para contar el dinero. Las primeras estimaciones lo situaron en 273 millones de dólares, difícilmente justificables con un sueldo anual de 72.000 dólares. Los delirios de grandeza de una hija de maestros han sido ridiculizados por los malasios. Zunar, el más célebre caricaturista político, la representa con su voluminosa melena, un brillante en su anillo y un aparatoso bolso.
Pero nadie ha generado más titulares que Jho Low. El banquero y muñidor de la trama fue un advenedizo entre millonarios que gastó con generosidad el dinero ajeno. Es poco arriesgado asegurar que del fondo salieron su superyate de 250 millones de dólares, el jet privado de 35 millones de dólares, su apartamento de lujo en Nueva York con vistas a Central Park, las obras de Basquiat, Monet, Picasso y Van Gogh, los dos millones de dólares que perdió en diez minutos en un casino, la financiación de la oscarizada "El lobo de Wall Street" o las decenas de regalos que regaron su amistad con las celebridades.
Las crónicas rosas de su cumpleaños describieron las limusinas en las que llegaron banqueros de Wall Street, príncipes de Medio Oriente y un surtido catálogo de celebridades:Leonardo DiCaprio , Robert de Niro , Bradley Cooper , Kanye West, Kim Kardashian, Michael Phelps… Y del pastel gigante emergió Britney Spears para cantarle. No se recuerda otra fiesta parecida en Las Vegas.
Las primeras sospechas precipitaron su huida y hoy sigue desaparecido. Seis países que investigan el lavado de dinero del fondo lo buscan mientras desde internet sigue defendiendo su inocencia.
Los viejos amigos de Jho se apresuraron a devolver los regalos. Dicaprio entregó el Picasso de tres millones de dólares, el Basquiat de nueve millones y el Óscar que había ganado Marlon Brando. La modelo australiana Miranda Kerr renunció a las joyas valoradas en ocho millones de dólares que recibió durante su breve noviazgo. No se pudo hacer nada por las 23 botellas de champán Cristal que envió a la mesa del club de Manhattan donde Lindsay Lohan celebraba su cumpleaños. La productora de "El lobo de Wall Street" ha pagado a los federales 60 millones de dólares de sus beneficios.
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